¿Qué haces por las noches?

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Jace abrió los ojos y parpadeó hacia la oscuridad, la voz de su padre desaparecía como humo en el viento. Sintió un regusto metálico y doloroso en su lengua. Se había mordido el labio inferior. Se levantó, tambaleándose. El crujido se oyó de nuevo e involuntariamente miró hacia su mano. No tenía marcas. Se dio cuenta que el sonido venía del exterior de la habitación. Alguien golpeando  insistentemente  la  puerta.  Rodó  debajo  de  la  cama,  temblando  cuando  sus  pies descalzos pegaron en el suelo frío. Se había quedado dormido con la ropa puesta y miraba hacia su camisa  arrugada.  Probablemente  olía  a  lobo.  Y  le  dolía  todo.  El  golpeteo  llegó  de  nuevo.  Jace atravesó la habitación y abrió la puerta. Parpadeó sorprendido.

-¿Alec?

Alec, con las manos en los bolsillos de los jeans se encogió de hombros premeditadamente.

-Lo siento si es temprano. Mamá me mandó por ti. Quiere verte en la biblioteca

-¿Qué hora es?

-Las cinco de la madrugada

-¿Qué demonios haces despierto?

-No he dormido

Parecía que decía la verdad. Sus ojos azules estaban rodeados de sombras oscuras. Jace se pasó una mano por el cabello enredado.

-Está bien. Espera un segundo mientras me cambio de camisa

Caminando al guardarropa, escarbó entre las pilas de ropa pulcramente doblada hasta que encontró una camiseta azul oscuro deslavada. Se sacó la camisa que usaba cuidadosamente, en algunos lugares de la piel tenía sangre seca. Alec lo miró.

-¿Qué te pasó? –su voz sonaba un poco consternada

-Pelea con una manada de lobos –Jace metió la cabeza en la camisa azul. Vestido, empujó levemente a Alec al pasillo.

-Tienes algo en el cuello –observó

-¿Qué?

-Parece una mordida –dijo Jace- ¿Qué haces por las noches?

-Nada –unas manchas rojas se extendieron por su cara, y sin quitarse la mano del cuello, Alec caminó por el corredor

Jace lo siguió.

-Fui al parque. Quería poner mi mente en claro

-¿Y te encontrase con un vampiro?

-¿Qué? ¡No!... me caí

-¿Sobre tu cuello?

Alec hizo un ruido y Jace decidió que era mejor dejar el tema.

-Bueno, como quieras. ¿Qué tratabas de poner en claro?

-A  ti.  A  mis  padres  –dijo  Alec-  El  por  qué  estaban tan  molestos  cuando  te  fuiste.  Y  nos explicaron acerca de Hodge. Por cierto, gracias por no contarme nada.

-Lo siento –era el turno de Jace de sonrojarse- En cierta forma no sabía cómo hacerlo

-Claro –Alec finalmente bajó su mano del cuello y miró acusadoramente a Jace- Parece que estuviste escondiendo más cosas. Cosas acerca de Valentine.

Jace se detuvo.

-¿Crees que mentía? ¿Qué en realidad sabía que Valentine era mi padre?

-¡No! –Alec se veía sobresaltado, por la pregunta y el modo en que Jace la dijo- Y no me importa quién sea tu padre. No tiene importancia para mí. Sigues siendo la misma persona

-Quien quiera que eso sea

Las palabras salieron frías, antes de que pudiera pararlas

  -Sólo decía –el tono de Alec era tranquilizador- Puedes ser un poco molesto a veces. Sólo piensa antes de que hables, es todo lo que pido. Nadie aquí es tu enemigo, Jace

Amor diferente (Malec) - CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora