¿No lo estás diciendo solo para verte sexy?

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JUSTO CUANDO LA PLATAFORMA ESTABA A PUNTO DE CHOCAR conla letra R, Alec tomó con su mano la manga de Magnus, tirando de él en un torpe abrazo, y lanzó a ambos desde un lado de la plataforma. El cielo y la ciudad resplandeciente cambiaron de lugar mientras el mundo daba giros. Perdió la orientación de qué era arriba y abajo, y no recobró el sentido hasta que chocaron contra el suelo. Un instante de oscuridad, y luego notó que estaba recostado sobre el pasto, rodeado de los brazos de Alec.

Magnus pestañeó varias veces, justo a tiempo para ver el globo estrellarse con la marquesina, causando una impresionante explosión de chispas y astillas. La flama de gas que les había ayudado a flotar perdió fuerza, con lo que el globo rápidamente se desinfló y la marquesina se prendió en llamas.

La gente se estaba juntando sobre la calle para poder echar un vistazo. El distintivo sonidode las sirenas de la policía parisina se estaba volviendo audible y se volvía más fuerte. Algunas cosas no podían ser ocultadas con un glamour.

Unas manos fuertes ayudaron a Magnus a levantarse.

—¿Te encuentras bien?

Sorprendentemente, sí lo estaba. Aparentemente caer de manera segura desde una altura absurda era una de las muchas habilidades de los cazadores de sombras. Magnus estaba más sorprendido por la mirada de preocupación de Alec que por el accidente. Quería mirar sobre su hombro para poder ver a quién realmente estaba dirigida esa mirada, porque no podía creer que era para él.

Magnus había evitado la muerte por siglos. No estaba acostumbrado a que alguien se preocupara por él cada vez que estaba al borde de la muerte.

—No me puedo quejar —dijo Magnus, ajustándose los puños de la camisa—. Si lo hiciera, sería solo para llamar la atención de un guapo caballero.

Afortunadamente, Carmen no tenía función esta noche, por lo que parecía que no había heridos. Los dos se pusieron de pie y admiraron los escombros. Por suerte eran invisibles para la multitud ahí reunida, quienes muy pronto se verían confundidos por la aparente falta de pasajeros en el globo. El aire se quedó en silencio, y la marquesina crujió y colapso cuando el fuego terminó de quemar los soportes y envío todo impactando con el suelo, lanzando una nube de humo y chispas. Varias personas de la multitud se alejaron con cuidado, pero siguieron tomando fotos.

—Lo admito —comentó Magnus, tirando de un trozo de su camisa ondeando en el viento—, esta tarde no está yendo como lo había planeado.

Alec se veía abatido.

—Perdóname por arruinar nuestra noche.

—Nada está arruinado. La noche es joven, y puedo reservar otro lugar —dijo Magnus—. El teatro recibirá una generosa donación de un patrocinador anónimo para que puedan hacer las reparaciones necesarias después de tan extraño accidente. Estamos por disfrutar de una caminata nocturna a través de la ciudad más romántica en el mundo. Me parece una excelente noche. El mal ha sido vencido, lo cual está bastante bien.

Alec frunció el ceño.

—Ver a tantos demonios Iblis en el mismo lugar es inusual.

—Debemos dejar un poco de maldad para que el Instituto de París se entretenga. Sería grosero de nuestra parte acaparar todo el mal por vencer. Además, estamos de vacaciones. Carpe Diem. Aprovecha el día, no los demonios.

Alec aceptó la idea encogiendo los hombros y sonriendo un poco.

—Además, eres muy hábil con ese arco, y eso es muy muy atractivo —añadió Magnus. En su opinión, Alec necesitaba que le dijeran más cumplidos. Alec se veía un poco sorprendido, pero no molesto—. Está bien. Ahora. Nueva ropa. Si una de las hadas de París me ve así, mi reputación se verá afectada por un siglo.

Amor diferente (Malec) - CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora