Capítulo 65: Existir.

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Capítulo 65:

Había muchos sentimientos en mi corazón, durante los primeros años de mi vida sentí miedo, desesperación, dolor. Pero jamás me rendí, porque nosotros siempre buscamos una razón para vivir, aunque sea mínima para evitar perdernos.

Después, esos sentimientos se fueron disipando, traté de olvidar y centrarme en lo que era el presente, mi Compañero, mis hermanos, mi familia. Pero poco a poco también se perdieron.

Me muevo en la penumbra, si, ya era consciente de lo sucedido y también era consciente del error que ocurrió.

Caminé hasta la cocina y bebí un vaso con agua.

—Tía Aidan— ese simple llamado hace que me exalte y suelte el vaso.

—Isabel, ¿Qué haces despierta? — recojí el vaso y limpié el agua.

—Mi papá se quedó dormido en el suelo de nuestro cuarto— suspiré.

—Bien, vamos por Ilikai, dormirán conmigo.

Cuando cargué al niño en mis brazos miré por última vez a mi soldado Guardián que se quedó quieto en el suelo.

"Quédate a si, cuando abras los ojos esto acabará, Serena"

Casi no dormí durante la noche, solo un rato después de que el pequeño Ilikai tomara mi mano.

Por la mañana se escuchó un estruendo, me levanté abruptamente y caminé con cautela, después escuché una risillas.

Preparada para todo avancé por el pasillo y vi como Ethan y Trent estaban en la sala, bueno, solo Ethan estaba sentado, Trent estaba en el suelo.

— ¿Ethan? — su sonrisa se apaga y se trata de acomodar su cabello y sentarse adecuadamente, pero desde donde estoy puedo ver que lo borracho no se le ha quitado por completo, a ninguno de los dos juzgando el estado de Trent.

—Shhh— puso su dedo índice en su boca— está dormido, su Compañera nos ha echado y no nos dejó dormir.

— ¿Ustedes son mis protectores? ¿En serio? —la frente de Ethan se arrugó.

—No grites Aidan, no fue sencillo traerlo cargado.

—No puedo creerlo, están, están— ni siquiera podía encontrar palabras suficientes— ¡están mal!

—Aidan, querida Aidan, hazle caso al rubio y baja la voz— me giré y vi a Mason masajeando sus sienes.

— ¿Bajar la voz? Así que tengo que ser considerada con ustedes— Mason y Ethan asienten sin remordimiento.

— ¿Este es el buen ejemplo que le dan a Ilikai e Isabel? — alguien hipa interrumpiéndome, volteo a ver a Trent en el suelo quien abre sus ojos.

—S-s-señorita— vuelve a hipar — ¿puedo pasar al baño? — esto colma mi paciencia y me voy al cuarto, tomo las cosas de los niños y los despierto.

—Vamos Isabel— la niña se remueve —Ilikai, despierta, solo puedo cargar a uno— el niño obedece y se cambia su pijama. Cuando regreso con la niña en brazos y el niño agarrado de mi blusa con su mochila, los tres se ponen de pie.

— ¿A dónde vas? —me preguntan.

—A un lugar donde no puedan ver esas influencias.

— ¿Llevarás a Isabel? — se pone enfrente Mason.

— ¿Me lo impedirás? —sus ojos negros se mantienen mirándome fijamente incluso puedo ver como se pierde en sus pensamientos y de pronto aparta la mirada, y no vuelve a mirarme.

Mi Luna AzulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora