Capítulo 78: Es tiempo.

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Volví♡

Capítulo 78:

Deja que el lobo te guíe en la necesidad y también que los Elementos te protejan.

Lobo hoy, lobo siempre.

El lobo interior se extendió por nuestra piel humana, tan sutil y liberador.

El lobo gris y negro zigzagueaban entre el espeso boscaje directamente a los límites, los soldados cercanos y élites que sintieron la transformación de Illakzi se transformaron de igual manera encontrándonos con rapidez.

Ahora, con una alineación perfecta lideraba alrededor de quince lobos, manteniéndose ligeramente detrás de mí. No tardamos más que unos miseros segundos en llegar y para sorpresa de todos, el lugar estaba sumido en un terrible en silencio.

Mi respiración, que apenas era agitada, provocaba vaho que salía de mis labios tan pronto salí de la transformación.

La noche era oscura y sin luna, pero se podía apreciar claramente la hilera de cuerpos fuera de los límites, mi corazón bombeo con tanta fuerza que fue doloroso, y mis pasos se detuvieron.

Comencé a marearme y las náuseas volvieron, todo parecía surreal, mi mente vagó durante unos segundos que me parecieron horas.

De nuevo, cuerpos sin vida estaban frente a mí, importaba poco si fueran malos o buenos, eran personas que los elementos acabaron sin pestañear.

No, los elementos no, yo lo hice.

Los lobos siguieron sin deparar en mí y en el miedo que me atormentaba.

Yo de nuevo asesiné, yo... yo.

Respiré profundo tratando de armarme de valor, pero solo me quedé de pie, distante a ellos, no quería ver sus rostros, no quería que ellos estuvieran en las noches conmigo.

—Illazki, de las ordenes— todos los soldados me miraban expectantes a las órdenes, pero sentía que mis labios se habían pegado y mi garganta se sintió seca.

—Verifiquen si hay sobrevivientes, de lo contrario que sean incinerados— el pronunciar aquellas palabras me había tomado un esfuerzo enorme.

Todos pronunciaron un y continuaron, pero alguien permaneció de pie a unos metros de distancia, Mason me miró unos segundos analizándome con su mirada, sin embargo, no dijo nada y se fue detrás de ellos.

Abandoné el lugar tan pronto pude, y llegando a la casa de la manada fuego vomité.

Encerrada en pequeño baño sin que nadie se percatara de mi presencia, nadie estaba ahí, solo yo. Lloré, sentada en el frío suelo.

Puedo ser sincera contigo, me estaba consumiendo todo, el saber que mis manos se manchaban de sangre me hacía llegar a mi límite. Era terriblemente agotador la situación, me estaba rindiendo poco a poco.

Cuando me puse de pie vi mi reflejo por el largo espejo, hui rápidamente de aquella mirada y mojé mi rostro.

—Todo estará bien.

Mentira, nada lo estaría, no si yo...

.....

El sol se colaba por las cortinas entre abiertas, bostece removiéndome para apartar las mantas que me cubrían. No había soñado nada, eso era extraño pero debí de haber estado tan agotada como para hacerlo.

—Buenos días mami— Ilikai venía con una pequeña bandeja con comida en ella.

Sonreí inconscientemente.

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