Capítulo 62:
¿Lastima? ¿Dolor? ¿Amor?
¿Qué era lo que sentía por ti?
Jev estaba en el suelo tras haber recibido varios golpes de Iker, en esta ocasión la ira de él no era justificada, ni sus arrebatos estarían permitidos en mi casa ni mucho menos frente a mi hijo quien era sostenido por Liszt.
— ¡¿Qué haces?! — lo empujé obligándolo a dar unos pasos atrás, pero la ira en sus ojos no cesó y se acercó de nuevo, volví a empujarlo.
— ¿Por qué defenderías a una porquería como esa? — Señaló detrás, sonreí — ¿Qué te dijo?
—No tiene por qué importarte— avancé tratando de hacer ver que él no podía hacer lo que quisiera aquí— Vete— siseé.
—No puedo creer que puedas defenderlo, él fue el que te engañó, nosotros, nosotros...
—No sabes nada Iker, así que vete si no estás aquí para dar algo bueno.
— ¿Cómo puedo dar algo bueno cuando él está aquí? Justo cuando él nos dijo todas esas...—
— ¡Jamás fuiste obligado a nada! — Estallé — ¡Él no te obligó a decir todo eso de mí!
—Pero...
— ¡Lo escuché de ti, lo escuché de Ashaia, Jev no te obligó a decirlo, eso salió de ti!— pinché su frente con mi dedo índice.
Inhalé profundo y con mi voz más calma hablé.
—Ahora vete— miré un poco sobre mis hombros —váyanse.
Vi como Jev se puso de pie un poco tambaleante, pero siguió yendo al frente, y sin que todos en la sala supiéramos lo que hacía, se arrodilló.
—Perdón— susurró —es mi culpa, todo esto es mi culpa— me miró un poco y pude ver como una de sus comisuras estaba manchada de sangre— yo fui el culpable de todo, cúlpame a mí, después a mí, y al último a mí.
Mi corazón se estremeció al escucharlo, sus palabras entrecortadas y mirada rota.
—Perdónenme Alfas, esto fue mi culpa, no debí apoyar a Nicole— cerró sus ojos unos momentos —lo único que puedo decir en mi defensa es que jamás quise lastimar a nadie, mucho menos a ti Aidan— sus ojos celestes carecían de brillo, su pálida piel demacrada y las ojeras debajo de sus ojos llamaban la atención.
"Te lo suplico, no le hagas nada a Aidan, por favor no la lastimes"
Esta era una situación complicada, él fue una vez mi Compañero, ambos unidos por la Madre Luna, pero separados por la ambición de terceras personas.
¿Qué era lo que debía hacer?
—Perdón— musitó con temor, estaba cansado y sentía tanta lastima por él.
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Mi Luna Azul
WerewolfEl Renacer de Illazki. "El pelaje negro resurgirá entre las cenizas ciñéndose en el delicado cuerpo de una mujer, sus ojos rojos por la furia, grises por el dolor, azules por la felicidad y cafés por la tranquilidad. Los cuatro elementos a su m...