Capítulo 50: Guardianes.

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Capítulo 50:

— ¡Tranquilos todos! — el Alfa Henry tomó palabra.

La gente se tranquilizó un poco, pero la emoción seguía a flor de piel.

—Lo respeto, mi Alfa, pero su hijo no merece el puesto.

El Alfa miró a su hijo transformado y me dolió ver la desilusión decorar su rostro.

Todos estaban en contra de él, pero ¿Realmente era lo que quería?

Aparté la mirada avergonzada y desesperada por esos pensamientos.

—Mason— le llamé —por favor consígueme una manta, para él—señalé al chico en el suelo.

Asintió.

—Mi hijo cometió errores que deberá cargar siempre con ellos, pero no olvidemos que todos en algún momento erramos y lo que importa es saber reconocerlo y cambiar— El Alfa me miró —La manada Agua te pide una disculpa por las falsedades hacia tu persona, sin embargo— miró a la multitud —él es mi hijo, el próximo Alfa Jev, y aseguro que el futuro de nuestra manada se mantendrá a salvo.

La lluvia caía con delicadeza y miré a Jev, sus ojos celestes era lo único que podía verse entre el pelaje blanco de su licántropo.

Esos ojos que alguna vez me miraron con amor y mi corazón se sacudió, Nicole seguían en el suelo con la lluvia cubriéndola y el lobo de Jev protegiéndola, la gente de la manada susurrando.

Sonreí con angustia, esto era lo que quedaba, lo que yo provoqué.

—Aquí está— Mason me obligó apartar la mirad de aquellas personas que tanto me hirieron.

Tomé entre mis manos la manta y cubrí al chico desnudo en el suelo quien sollozaba negando.

—No iba a lastimarla— sollozó —no podría hacerlo.

—Shh— el chico me vio con su mirada destrozada — todo está bien ahora.

—No quería matarla— su ceja tenía una herida así que pasé mi dedo índice por ella, cicatrizó al contacto mientras le sonreía para tranquilizarle.

—Sé que no quisiste hacerlo, ponte de pie, estoy contigo— el chico tambaleante logró erguirse. —Lo llevo a la manada Agua, juzgaremos todo ahí— el chico de hoyuelos ya se había transformado de nuevo y una manta le cubría la desnudez, Nicole yacía a su lado —termina con lo que iniciaste.

Le di una mirada al público quien aprecia seguirme en cada paso.

—Estamos contigo— susurró una señora de avanzada edad, le sonreí agradecida.

Les di la espalda y comencé andar con André a mi lado, él seguía llorando.

Pero uno de los soldados se quedó plantado en su sitio.

—Mason— le cité, él miraba en frente donde los futuros líderes Agua se mantenían.

Poco a poco fue retrocediendo para seguirme, en cambio, Jev dio un paso al frente molesto por la mirada desafiante del chico de ojos negros, avancé un paso y Nicole lo detuvo agarrando su brazo.

Si Jev se atrevía a ponerle una mano encima a Mason tendría que pasar por mí.

El chico a mi lado también se prepara para atacar, solo elevé mi mano para evitarlo.

Jev soltó una risa incrédula.

—Atrévete— susurré bajo.

—Jev ya basta— murmuró Nicole.

Mi Luna AzulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora