Capítulo 55: Tercer baile: Esposos.

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Capítulo 55: Primera parte.

— ¡Por qué te sigo amando! — Sollozó — ¡Porque te sigo amando como si fuera la primera vez que te vi bajar de aquella camioneta hace seis años! —Las lágrimas de arrepentimiento se deslizaban por sus mejillas —Jamás dejé de amarte, no podría...

—No quiero escucharte— hablé interrumpiendo —no quiero escucharte mentir.

— ¿Mentir? —Asintió— sí, eso es lo que yo hago, mentir, mentirme. Me mentí diciéndome que ya no te amaba, que estaba bien al verte con él, lejos de mí. Me mentí diciéndome que todo estaba bien porque era lo que yo había provocado, yo te alejé, yo me equivoqué.

—Es bueno que lo reconozcas— le sonreí.

—Pero no puedo continuar, esto...

—Esto, Jev, son las consecuencias de tus errores, ahora enfréntalos.

—Eso es lo que más me duele, que fue mi culpa, es lo que me atormenta.

Avanzó unos pasos para estar cerca, sus manos buscaron mi rostro, sus ojos celestes estaban tan devastados que no me moví.

Pero sus manos se retiraron lentamente, como si él no fuera lo suficiente.

— ¿Por qué tus ojos dejaron de mirarme con amor y ahora me miran con lástima? ¿Por qué?

Sonreí.

Mi mano se extendió y acunó su rostro, la cercanía de ambos se me hizo tan familiar que por poco retrocedí.

Sus ojos cargados de lágrimas se cerraron, obligando a que ellas se deslizaran por su rostro.

—El tiempo pasó— dije con dulzura— Se acabó— me acerqué a su oído y miré directamente a la mujer que estaba de pie, la cara de desilusión en ella y el dolor era fácilmente filtrado.

—Ahora confórmate con lo que tienes y mereces— le susurré, poco a poco mi mano se separó de él y me alejé.

No sabía si mentías, pero no me iba a quedar a averiguarlo.

Lo dejé ahí, con el llanto decorando su rostro, la mirada de humillación marcada en toda la cara de Nicole, porque sé que un día ellos me miraron llorar y no les importó, se burlaron de mí, me humillaron y no me tuvieron compasión, ahora no lo iba a tener yo.

—Ethan— susurré a la persona que estaba en el mueble de la sala.

— ¡Regresaste mami! —Corrió a recibirme y darme un ligero abrazo— ¿Me trajiste algo?

Lo miré.

—No pasa nada, está bien si no me compraste algo— saqué de mi bolsillo una paleta de mora azul y sus ojitos brillaron — ¡gracias mamá!

—Volviste muy rápido ¿Qué te dijeron?

Miré rápidamente al niño mirando la televisión con su paleta en mano.

—No estaban dispuestos— me miró sonriente—era la despedida de soltera de Nicole.

La sonrisa se borró al instante.

— ¿Por qué no supiste cuándo sería el día?

—No lo sabía.

—La invitación estaba ahí, la leíste ¿por qué...?

— ¿Cómo iba a saberlo? — le interrumpí a su regaño, al darme cuenta que había elevado mucho la voz de inmediatamente miré a Ilikai, pero él seguía emocionado en la televisión. — ¿Por qué has estado tan irritante?

Mi Luna AzulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora