Capítulo 69:
Mi hogar se siente distante, no lloro, no me quejo ni hago absolutamente nada más que recostarme en el sofá.
No sé cuánto tiempo ha pasado, el miedo se dispersó al igual que la negación, Scott, mi hermano ha muerto.
¿Culparme?
Lo hago, esa muerte, junto con la de mis soldados y la pequeña niña solitaria fueron muertes que se acumularon en mis hombros, sin llegar a contar a Elif y Caleb, ni mucho menos Lía.
Los elementos volvieron, si, justo después de verlos morir, lo que hacía que la carga fuera mayor, no fui lo suficientemente fuerte para traerlos de regreso, solo hasta que fallecieron pude traerlos, así que todo eso estaba en mí.
La puerta se abrió sin cuidado, mi transformación volvió igual, así que podía saber quién era el que había venido por mí.
—Aquí estás, te han estado buscado por horas.
— ¿Sabes lo irónico que es esta situación? — No me giré a verlo —ellos volvieron.
—Eso es... eso es bueno...
— ¡No es bueno! —Tomé una bocanada de aire —yo podía haberlos traído de regreso en cualquier momento, pero no lo hice y con ellos vidas inocentes, vidas...—cubrí mi cara.
—Te lo dije antes, esto no es tu culpa.
—Ya lo sabias, tú y Trent sabían que Scott estaba mal.
El silencio lo confirmó.
—Sí, lo sabíamos.
—No querías que volviera, si tan solo hubiésemos regresado con tiempo, quizá él se hubiera salvado.
—Ya era tarde.
La foto en mis manos era mi consuelo, nuestras sonrisas entre la lluvia y el lodo, esos tiempos que jamás regresaron.
—Sí, lo era— abracé la fotografía y la cadena, fue cuando sentí a Mason acercarse, cuando su mirada captó mi aspecto la sorpresa decoró su rostro.
—Aidan, tus ojos— miré hacia la ventana, el color gris estaba en ellos, un claro recordatorio de la agonía y el dolor del elemento Viento.
—No me duele.
—No trates de mentirme— no quería mirarlo, sentía que si seguía aquí me rompería a llorar de nuevo —no a mí.
"¿Por qué te reprimes de esa manera?"
—Déjame sola.
—No intentes frenarte frente a mí— lo sentí cerca — llora, adelante, lloraré contigo.
Fue en ese momento cuando su sonrisa y sus brazos abiertos fueron tentadores, me escondí entre ellos esperando que me protegieran siempre, que alejaran el dolor.
Lloré con Mason, él no dijo nada, me dejó desahogarme sin ninguna objeción.
—No podré ver a Liszt a los ojos— sollocé —no puedo hacerlo.
—No tienes la culpa de nada.
—No lo protegí, él iba a hacer papá y ahora... —apreté su ropa su olor parecía tranquilizarme.
Durante un momento me quedé dormida, cuando volví a abrir mis ojos el sol estaba a punto de esconderse entre el bosque.
Escuché como tocaron con cuidado.
—Señorita, está despierta — Kala me sonreía levemente, no tenía ánimos para nada así que no le devolví el gesto.
— ¿Sucede algo?
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Mi Luna Azul
WerewolfEl Renacer de Illazki. "El pelaje negro resurgirá entre las cenizas ciñéndose en el delicado cuerpo de una mujer, sus ojos rojos por la furia, grises por el dolor, azules por la felicidad y cafés por la tranquilidad. Los cuatro elementos a su m...