Capítulo 6: Lo peor

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Capítulo 6:

Solté su mano con sorpresa, el chico me miró impresionado, como todos, Corina me abrazaba mientras me susurraba cosas que en estos momentos no logré escuchar. Hasta que finalmente me soltó y abrazó a su hijo.

La puerta se escucha con fuerza cuando fue cerrada, Nicole había huido con prisa depués de que todos comenzaran a creer que Jev y yo éramos Compañeros.

— Muchas felicidades Aidan— comenzaron a felicitarme y todo comenzó a hacerse abrumador, sentí todas sus miradas felices, más, sin embargo, no pude devolverlas porque ellos no sabían algo que yo sé, que no es el único con una herida similar.

"Vaya tan pequeña y ya tiene a su Compañero"

"Por la Luna, Erick, las manadas se unirán más que nunca"

"Son perfectos juntos"

"Es un encuentro perfecto"

"Felicidades, chicos".

—Basta— musité, nadie me escuchó.

Les brindé una sonrisa obligatoria a todos y me fui, no queriendo soportar todas esas miradas llenas de extrema felicidad, no hasta que se compruebe que yo en verdad soy su Compañera, nadie me sigue.

Llegué a la entrada del hospital, abrí las puertas recibiéndome un cálido aire, en los adentros del hospital tenía aire acondicionado, así que el aire de afuera se sintió como verdadero respiro, inhalé profundo y exhalé con suavidad.

— Siempre me han dicho que no sirvo para nada— la voz llena de melancolía de Nicole se escucha a mi izquierda, donde se encontraba sentada en la banca. — Que nunca hago las cosas bien, todo está mal en mi desde que llegué a este mundo, pero eso no es lo peor, ¿sabes que es lo más terrible de esto? — me pregunta, no me observa, solo mantiene la vista fijamente al frente, y al ver que no hay respuesta me voltea a ver con dureza. — que me lo dicen mis propios padres.

No estaba preparada para ver la vulnerabilidad de otras personas.

—Siempre que quiero enseñarles algo importante para mí, siempre lo rechazan— continuó — porque según ellos no es digno de mirar, aun cuando tenía doce años, llegue emocionada porque había sacado un nueve en historia, ¿sabes cuál fue mi regalo? Puros regaños ¿Por qué sacar nueve, cuando puedes sacar diez? Desde ese día decidí no permitirles entrar en mi vida, pero era casi imposible ocultarles una relación con un futuro Alfa. Nunca en mi maldita vida los vi tan felices, me abrazaron y dijeron que por primera vez había hecho algo bien, pero todo eso, todo lo que, hasta ahorita he hecho bien, se está escapando de mis manos, ¡y todo por tu culpa! — de pronto se empieza a alterar y comienza a respirar con más velocidad.

— Siento lo que has vivido, pero yo en esta situación no tengo la culpa, yo no decido quienes son los Compañeros de otros, así que no veo la razón suficiente para el odio que me tienes, no hay solución para esto— digo con clama, todo lo contrario, a ella.

— Claro que, si la hay, recházalo — su mirada adquiere un brillo casi macabro.

— ¿Rechazarlo? Si aún no estoy segura de si en verdad es el indicado, no rechazaré a nadie solo porque tú quieres, nunca rechazaré a nadie — en esos momentos olvidé por completo la frase "nunca digas nunca", y no supe la importancia de esta sencilla frase hasta años después.

Después de eso volví a entrar al hospital, con la mirada busqué a los guardias para que pudieran llevarme de regreso, no me sentía cómoda regresando a la habitación de Jev.

Caminé hasta ver a dos guardias altos con el uniforme de la manada Fuego. 

— Buenas tardes ¿Puede llevarme de nuevo a la casa de la Manada? — pregunté con cierto grado de timidez al guardia cerca.

Mi Luna AzulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora