Capítulo 24:El soldado renaciente.

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Capítulo 24:

Inhalé aire mientras abría los ojos de golpe.

—No es el culpable— mis labios abandonaron esas palabras en un simple susurro, para luego observar a mi alrededor.

En lugar de la penumbra que me había cubierto, ahora el sol resplandecía en lo alto, los gritos y sonidos de la piel cortarse de Mason llamaron mi atención y bruscamente lo buscaba.

— ¿Cuánto tiempo? — Le dije a la misma chica castaña que me observaba con extrañeza — ¿Cuánto tiempo estuve sin hablar?

— ¿Qué dices? — Ahora su voz tenía un dejo de enojo —si no los detienes, lo matarán.

Vi entre el gentío a Mason, la sangre y sudor esparciéndose sobre él, que ahora solo mantenía la vista en suelo, los golpes del látigo cada vez eran más fuertes.

No lo merecía.

—Sígueme— le ordené a la chica, mientras entre empujones lográbamos estar un poco más lejos del chico.

— ¿Q-que haces? — me detuvo de la muñeca. —Necesitamos parar esto— la ignoré y seguí retrocediendo.

Puedo hacerlo, puedo hacerlo.

Al estar más lejos de todos miré mis manos.

Puedo hacerlo.

«La Tierra nos cura»

Aquellas palabras me habían curado de los recuerdos, ahora, en esos momentos quería que curaran a Mason, al chico que lastimaron y lastimé.

Ahora le tocaba curarse.

La tierra vibró a mis pies, pues con un solo llamado la tierra quería reunirse a mi alrededor tratando de protegerme, no obstante, ahora no me tocaba su protección.

«Cúrenlo»

Mis palabras surtieron efecto, un frío viento sopló con fuerza, mi falda del uniforme azul ondeó del mismo modo, mi cabello recogido hizo lo mismo, las hojas secas de los arboles rodaron sobre nuestros pies.

La tierra vibró con fuerza, pero eso no llamó la atención de nadie, sin embargo, sí de la castaña a mi lado.

— ¿Sientes eso? —dijo, aunque una vez más fue ignorada.

«Cúrenlo»

Extendí mis manos y las levanté hacia Mason y con ellas el elemento, que formó un escandaloso circulo de tierra alrededor de él, el viento llegó en su ayuda haciendo remover el cabello negro de Mason. La tierra vibraba con más fuerza, el viento igual.

Mis manos temblaban, pero nadie se percataba de eso, todos veían anonadados lo que sucedía frente a sus ojos, la tierra abrazaba a Mason, curándole las heridas, un tornado del tercer elemento protegiéndolo, envolviéndolo.

Los Alfas no tardaron en buscarme con la vista, pero entre la gente me perdía perfectamente.

El sudor comenzaba a acumularse en mi frente, pero aún no había acabado, el viento rugía con cada vez más fuerza, la tierra danzaba alrededor del chico curando recuerdos, emociones, sentimientos.

Se escuchó las cadenas que lo ataban romperse, los jadeos de miedo no tardaron en escucharse, alarmados comenzaron a buscar al provocante de los disturbios.

Bajé ambas manos en seco, haciendo parar el viento y la tierra que, así como apareció a si se esfumó.

Mi respiración y mi corazón yacían agitados, mis piernas temblaban ligeramente mientras llevaba mi mano a la frente, no era tiempo para descansar, así que tomé la muñeca de la chica castaña y la arrastre hacia al frente.

Mi Luna AzulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora