Capítulo 11:
Cuando queremos y apreciamos a alguien el temor por perderlo incrementa, miedo a la soledad, miedo al olvido, miedo al dolor.
Mis manos temblaban ligeramente y mi respiración era agitada, la ira y la desilusión marcada en mi rostro, retrocedí para dar media vuelta.
No me detuvieron.
Limpié por debajo de mis ojos y seguí hasta mi cuarto, llegando caminé hasta mi cama para acostarme boca arriba, dejando salir un largo suspiro.
—Han arruinado todo— susurré cerrando los ojos, no recuerdo cuánto tiempo pasó para que los nudillos golpeado mi puerta se escuchara.
— Aidan— me senté en la cama esperando a que pase el Alfa Erick, mi padre.
— Vienes en representación de los chicos ¿No es así? — él, mientras tanto negó con la cabeza.
— No, no vengo de parte de nadie— me hice a un lado para que pueda sentarse a mi lado — no vengo a pedir que los perdones, simplemente a decir que reflexiones un poco— mi mirada bajó hacia mis manos, jugueteé mientras escucho lo que tiene que decir. — ellos te siguen viendo como la niña pequeña de hace años, que te encantaba jugar con ellos a pesar de que eran muy bruscos con sus juegos, y ellos se dieron cuenta que tenían que ser más cuidadosos contigo, te protegían y te protegen, para ellos eres su hermana que tienen que proteger como nadie, sé que no eres para nada débil, sin embargo... solo te pido que seas un poco compresiva— levanté la vista hasta dar con los ojos verdes de mi padre — quiero aclarar que no estoy diciendo que lo que hicieron estuvo bien— me sonrió y le sonreí de vuelta.
—Destruyeron algo importante en la casa de los hermanos Jones y como consecuencia ellos dejarán de hablarme.
—Lo sé, por eso mismo te dije que lo que hicieron no estuvo bien, pero en verdad parecen arrepentidos— mi padre poco a poco intentaba convencerme aquella tarde.
—No solo es eso, pelear en medio de la escuela ¿Qué caso tiene involucrar a los hermanos?— volví a insistir.
—Te diré algo, se sintieron algo celosos y amenazados, comenzabas a entusiasmarte con esos amigos que los hiciste a un lado, ellos esperaban que comieras con ellos en la escuela, sin embargo, te fuiste con los Jones.
—Dijeron que mantuviera un perfil bajo, y con ellos a mi lado no lo obtendría— mi padre sonrió y acarició mi cabeza —¿celosos? por favor, son mis hermanos, no podría cambiarlos por nada, son odiosos e irritantes, pero los quiero. Mantendré mi postura, no pueden justificarse con celos por todo lo que hicieron.
—Anda Aidan, no seas orgullosa, están esperando afuera.
—Dijiste que no habías venido en representación de ellos— me crucé de brazos.
—Y no lo hice, solo que ya han llegado— volteó hacia la puerta —anda, ve.
— Okey, iré a hablar con ellos— me levanté de la cama, sentí rápidamente la presencia de ellos en la puerta, casi podía imaginarlos en fila escuchando todo —no perdonaré tan fácil y quiero hechos, no simples palabrerías.
Lo escuché reír.
— Ten cuidado...— comenzó a decir mi padre, pero abrí la puerta de un tirón, dejando caer a cuatro chicos.
Se levantaron con rapidez, Ashaia tomando mis manos entre las suyas poniéndose de rodillas.
— Perdónanos Aidan, te prometemos lo que quieras, haremos tus tareas durante lo que resta de tu vida, Scott arreglará la guitarra que rompió, pero por favor perdónanos— puedo ver entre la conmoción una lagrima, en la mejilla derecha, me reí ayudándolo a levantarse.
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Mi Luna Azul
Про оборотнейEl Renacer de Illazki. "El pelaje negro resurgirá entre las cenizas ciñéndose en el delicado cuerpo de una mujer, sus ojos rojos por la furia, grises por el dolor, azules por la felicidad y cafés por la tranquilidad. Los cuatro elementos a su m...