Capítulo 74: Un amuleto perdido y las cenizas de un amor imposible.

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Advertencia: Este capítulo contiene una escena subida de tono. Si decides leerlo, lo haces bajo tu propia responsabilidad.

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La boda de Princesa y Drake se había celebrado justo cuando empezaba oficialmente la primavera en el reino de Lirixia, por lo que no era extraño que dos días después de la ceremonia todavía hubiera gente festejando por todo el territorio. Había ferias, fiestas en algunos pueblos y por supuesto, buen ambiente en el castillo. Si todo iba bien, siglos de enemistad por fin habrían llegado a su fin.

Lo que también llegaba a su fin era la estancia de los invitados en el reino, pues poco a poco tanto miembros de la Realeza como nobles llegados de otras tierras empezaban a empacar y marcharse hacia sus respectivos hogares. Los reyes de Seyfar habían sido los primeros en partir; luego los de Leynor. Los padres de Brick se habían marchado también, pero de viaje por Lirixia para disfrutar de los espectáculos que hacían en algunas ciudades para celebrar el inicio de la primavera.
Los reyes de Rosixia se habían ido poco después de ellos, pero no sin antes hablar con su hija Robin. La reina Rosa y su esposo no iban a reconciliarse después de lo sucedido entre ellos, pero a diferencia de otros, sabían fingir que no pasaba nada. Ambos estaban de acuerdo en que tenían una reputación que mantener y no iban a separarse. Pondrían a Robin al corriente de la situación, pero más adelante; no querían darle un disgusto estando embarazada. Eso sí, debían informarla de otro hecho que el mundo sí conocería pronto: que la reina esperaba otro hijo.
Robin recibió la noticia de que tendría un hermanito o una hermanita con inmensa alegría, sin siquiera sospechar que sus padres estaban peleados y las probabilidades de que se reconciliaran eran muy pequeñas; aunque no inexistentes, pues el rey Rick no perdía las esperanzas de que su esposa le perdonara.

Otros no se esforzaban tanto en ocultar que estaban a la gresca y, como era de esperar, los chismes que corrían como la pólvora pronto se convirtieron en rumores no oficiales, pero con todo el potencial para serlo según quienes los comentaban. Bombón y Brick pasaron de ser una pareja enamorada esperando un hijo a ser una pareja al borde del divorcio, cuya separación probablemente terminaría con una guerra entre los dos reinos y finalmente levantarían La Frontera de nuevo. Cuando todo eso sucediera, porque los chafarderos ya daban por hecho que así sería, solo quedaba la duda de cómo harían para ver a su hijo. Ese bebé era el heredero legítimo al trono de Carixia, por lo que tendría que vivir en ese reino; pero su madre lo querría tener en Nordixia, así que la tensión sería constante entre ambos reinos como antaño.
Los desagradables rumores que corrían por allí inevitablemente llegaron a oídos de los pelirrojos. ¿Por qué la gente no podía ocuparse de sus asuntos y dejar al resto en paz? Siempre tenían que hablar de lo que no les incumbía.

— Dicen por ahí que nuestro matrimonio pende de un hilo.

La voz Brick rompió el tenso silencio en la habitación. Desde que habían discutido por Snow, Bombón y Brick no se dirigían la palabra salvo cuando era estrictamente necesario. Ella seguía molesta y dolida, y él dejaba pasar el tiempo hasta que a la chica se le pasara el enojo. Era lo único que podía hacer; esperar.

— No están del todo equivocados...

— ¿Vas a dejarme?

La pregunta pilló a Bombón desprevenida. Tal como estaban las cosas, tal vez se lo hubiera planteado, pero dadas las circunstancias una separación traería más dolor y problemas que otra cosa. El tratado de paz sería anulado y la brecha entre sus reinos volvería a abrirse sin remedio, pelearían por quién se lleva al bebé, por no mencionar que una acción como esa podría contradecir la Profecía y desatar el caos. Por otro lado también estaba el hecho de que Bombón, por muy enojada que estuviera, realmente no quería separarse de Brick. Para bien o para mal, lo amaba demasiado y cuando la ira que traían consigo las discusiones se calmaba, caía en la cuenta de que no era capaz de dejarlo.

Los colores del amor - (PPG y RRB).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora