Capítulo 54: Buenas y malas noticias.

2.4K 141 97
                                    

Pasaron horas, pasaron días, pasaron casi dos semanas y en ese tiempo Bellota y Butch no fueron capaces de arreglar las cosas. No porque el ojiverde no intentase por todos los medios hablar con ella y pedirle disculpas, sino porque ella se negaba a escucharle.
Burbuja había intentado convencer a la morena de darle otra oportunidad porque un desliz lo podía tener cualquiera, y tanto ella como Boomer, quien conocía al moreno de toda la vida, estaban seguros de que de haber estado sobrio nunca habría hecho algo así. Sin embargo, Bellota estaba demasiado dolida y el solo hecho de pensar en lo sucedido la ponía, además de triste, furiosa.

Pero con el paso de los días, la ira y la tristeza que sentía se fueron calmando hasta que le quedaron solo la decepción y el rencor. Echaba de menos a Butch, pero no podía pensar en él sin recordar con amargura que la había engañado a la primera de cambio. No quería verle ni hablar con él; no obstante, no se había atrevido a comentar con su familia lo sucedido. Por lo tanto, ellos pensaban que todo iba bien. Quién sabía cómo reaccionarían cuando se enterasen.

Bellota había pensado en la forma de decir a sus padres que no habría boda de manera delicada y sin entrar en demasiados detalles, pero incluso en su cabeza esa conversación nunca acababa sin una discusión, sin preguntas incómodas o sin su padre saliendo a buscar a Butch para darle una paliza. Definitivamente no sabía cómo se lo contaría.

— ¡Bellota! — Burbuja golpeó el cristal con los nudillos y se quedó esperando. La morena se sobresaltó al oírla, pero inmediatamente se levantó para abrirle la ventana. — Date prisa, si tus vecinos me ven flotando harán preguntas.

— Entra — murmuró Bellota y cerró la ventana cuando la rubia hubo entrado.

— ¿Cómo estás?

— De maravilla.

— Ayer fui a ver a Bombón, dijo que Butch había estado en el castillo hablando con el rey Brick y se le veía muy mal; deprimido y malhumorado.

— No me importa lo que le pase a ese cretino... igual otra le ha dado calabazas y por eso está así.

— Bellota, sabes que es por ti. El pobre anda como alma en pena, y Boomer dice que se desahoga metiéndose en peleas por las tabernas, más que antes. Debes hablar con él, al menos dile que le perdonas, tal vez así tú también podrás superar este bache de vuestra relación.

— Ya te he dicho que no puedo fingir que no ha pasado nada — replicó la ojiverde y se sentó al borde de la cama, cabizbaja. — No es tan fácil como parece desde fuera, cada vez que pienso en él me lo imagino con esa... tipa.

— Pero él había bebido...

— Sí, entiendo que estuviera borracho, pero eso no le quita culpa. Además, trató de ocultármelo. Le pregunté más de una vez si había algún problema porque ya se notaba que le pasaba algo, pero él lo negó. Ni siquiera tuvo el valor de dar la cara desde un principio, y cuando se descubrió el pastel empezó a disculparse. Como si fuera tan sencillo perdonar una infidelidad — la voz de Bellota se iba apagando a medida que hablaba, Burbuja tomó asiento al lado de su amiga y la abrazó. — No puedo perdonarle esto. Además, si ha ocurrido una vez, ¿quién me asegura que no volverá a pasar?

Un silencio pesado invadió la habitación. Las chicas no se percataron, pero alguien se había acercado a la puerta con la intención de entrar. Sin embargo, al oír las voces se quedó fuera.

— Comprendo lo que sientes pero si te cierras en banda la herida no se va a cerrar — insistió la rubia. — Los dos sufriréis, ¿no te das cuenta? No intento justificarle, yo también creo que estuvo muy mal lo que hizo, pero creo que merece otra oportunidad para demostrarte su amor. Solo piensa en los buenos momentos que habéis pasado, en lo que sientes cuando estás con él. Él cometió un error pero creo que tú también lo estás cometiendo ahora. También quiero decirte que Boomer y yo pensamos que...

Los colores del amor - (PPG y RRB).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora