Capítulo 38: "Enamorado de ti".

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Los días iban pasando poco a poco y cada nuevo amanecer venía con nuevas dudas para tres personas a las que la incertidumbre no dejaba en paz; Butch, Burbuja y Bombón.

Butch no tenía ni idea de lo que había pasado con Bellota después de que el padre de ella los viera besarse. Necesitaba verla y hablar con ella; quería volver hasta la casa para ver si se encontraba bien, pero temía empeorar las cosas si intentaba acercarse.

Burbuja no había vuelto a ver a Boomer desde que acordaron que fingiría ser su novia. No sabía si el chico había cambiado de idea, si se había ido de casa, si se había enfrentado a su madre... absolutamente nada, y eso la tenía preocupada.

Y luego estaba Bombón, que por una parte intentaba descifrar sus propios sentimientos, y por otra, no sabía qué pasaba por la cabeza de Brick y eso la ponía nerviosa.
Desde que se habían besado junto a la fuente, le parecía notar algo extraño en él, en sí misma y en el ambiente. No entendía qué podía haber cambiado, si solo fue un beso, no era el primero que se daban y seguramente no sería el último. ¿Entonces qué había pasado, si es que realmente había pasado alguna cosa?

Aquella noche, al separarse después del beso, Brick le había sonreído y se había alejado sin más. Cuando se fue a dormir, él no estaba y cuando se despertó la mañana siguiente, vio que el pelirrojo ya se había levantado. Más tarde se cruzaron por el pasillo y ella esperaba poder hablar con él, pero él solo murmuró que estaba ocupado.
Al tercer día los rosales seguían frescos, Brick finalmente no los había destruido y Bombón no sabía si interpretar eso como una buena señal, porque la actitud del ojirrojo la hacía dudar de si estaba todo bien. A ratos, cuando estaba en el jardín, se percataba de que Brick la miraba desde la ventana de su despacho, pero cuando se cruzaban sus miradas, él se iba.

Harta de que la esquivase, al sexto día Bombón decidió que le esperaría despierta para hablar con él, sin importar la hora. El lobo Snow cambió de posición para dormir unas quince veces hasta las dos de la mañana, mientras la chica leía un libro. Eran casi las tres cuando lo dejó y se tumbó con los ojos cerrados, cansada de esperar. Estaba ya medio dormida cuando un ruido la sobresaltó y al abrir los ojos vio a Brick junto a la ventana.

— Últimamente estás desaparecido — murmuró somnolienta. Brick sonrió de lado antes de responderle.

— Duérmete, primor. Es muy tarde.

No hacía falta que se lo dijera dos veces, la pelirroja estaba muerta de sueño.
Por la mañana, la historia se repitió; Brick se había levantado muy temprano y no estaba. Bombón empezaba a estar muy harta de esa situación, estaban más o menos como al principio, pero resultaba evidente que después del picnic el pelirrojo la evitaba y quería que eso terminase. Esa era otra cuestión; por qué quería su atención, si antes lo que quería era que la dejase tranquila.

Y ahí estaba el otro problema, que pensaba en Brick. Pensaba mucho en Brick. Pensaba si a Brick le gustaría el vestido o el conjunto de blusa y falda que se había puesto, si se verían a la hora del desayuno, a la hora de comer, o a cualquier hora, si sería tan frío como siempre o le dedicaría al menos una sonrisa. Y sobre todo, recordaba los besos; el del callejón, el del restaurante, el de la boda, el de la noche de bodas, el de la fuente... se le aceleraba el corazón al pensar en esos encuentros que en su momento no le agradaron demasiado, y que ahora sin embargo revivía en su cabeza, con la esperanza secreta de que pronto Brick decidiera regalarle otro de esos recuerdos para su colección.

Pero a pesar de todo, Bombón se repetía a sí misma que aquello no estaba bien. Que había estado leyendo demasiadas novelas románticas y por esa razón estaba viendo la situación con un filtro de color rosa. La realidad seguía siendo la misma; se habían casado por obligación y en algún momento ese matrimonio se acabaría de la misma manera que empezó. Y no, definitivamente no podía gustarle Brick. Se negaba a aceptar esa idea.

Los colores del amor - (PPG y RRB).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora