Capítulo 22: Poderes al descubierto.

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Después de que se supiera la noticia del compromiso de Bombón y Brick, éstos tardaron casi una hora en salir del campo de los juegos. En cuestión de minutos se vieron atrapados entre los miembros de las casas de las reales, que se acercaron a darles la enhorabuena, y un pequeño ejército de aristócratas y otros miembros de familias importantes de los demás reinos.

La gente comenzó a marcharse sin prisa y Burbuja, Bellota y Robin se quedaron en la entrada del campo para esperar a Bombón. Poco antes de que la pelirroja saliera, vieron que el rey Brick se iba con la cabeza bien alta acompañado por sus dos amigos, Boomer y Butch. El rubio y Burbuja intercambiaron una sonrisa y se despidieron con la mano. Butch recordó lo sucedido con el maíz y le guiñó el ojo a Bellota, pero ella le ignoró y miró para otro lado.

Pasados unos minutos, vieron que Bombón también se acercaba.

- Ya creía que no me dejarían salir nunca - se quejó la pelirroja.

- No me sorprende. He visto a gente que se ha quedado literalmente de piedra cuando ha oído la noticia. Creo que nadie esperaba algo así - comentó Burbuja.

- Yo lo que no esperaba era que lo anunciara de esta manera y precisamente aquí, delante de todos. - continuó Bellota. - Me imaginaba que lo diría en alguna reunión, una cena o algo por el estilo.

Bombón suspiró y se apoyó en la pared.

- Lo ha hecho porque Dexter me ha regalado una rosa delante de sus narices y enfrente de todos. Ni se lo ha pensado. ¿Y habéis visto cómo me ha llevado hasta el megáfono? Por un momento pensé que me iba a pegar.

- Pues si lo ha hecho para molestarle yo diría que lo ha conseguido, porque he visto cómo se le esfumó la sonrisa a Dexter y luego se marchó enfadado.

- Es que no sé qué le pasa a Dexter - Bellota negó con la cabeza. - Su cabezonería le va a meter en un buen lío, ya veréis.

- Esperemos que no vuelva a hacer algo como lo de antes, por su propio bien.

- Cambiando de tema, ¿a que no sabéis qué? - dijo Robin, muy emocionada.

- ¿Qué?- Mañana habrá un concurso de cocina, ¡y yo seré uno de los miembros del jurado!

- ¿De verdad? Si lo hubieras dicho antes me habría presentado.

- Pero si tú no sabes cocinar, Burbuja - replicó Bombón.

- No importa, Robin me habría dado su voto de todas formas.

- No estés tan segura, espero que lo que preparen sea comestible. Phil también es parte del jurado, ya me imagino lo bien que lo pasaremos catando la comida.

- Tanto hablar de comida me ha dado hambre. ¿Os parece bien que vayamos a comer algo? - propuso la morena, las demás asintieron.

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Tras informar a sus padres de adónde iban, las cuatro subieron a uno de los carruajes y se fueron a la Ciudad de las Altas Llamas, que no quedaba muy lejos del campo de los Campeonatos. A la entrada de la ciudad había unas altísimas verjas de hierro acabadas en puntas doradas, y por dentro la ciudad era bastante colorida y estaba muy bien conservada. Decían que la ciudad existía desde antes del gran incendio de la princesa Armonía y que había sobrevivido a las llamas porque era un lugar mágico, pero eso eran sólo leyendas.

El carruaje se detuvo en una calle amplia y el cochero les abrió la puerta a las chicas. Robin salió y vio el establecimiento donde había decidido llevar a las chicas. El año pasado había estado ahí con Phil y lo recordaba como un pequeño restaurante donde servían comidas deliciosas y una chica de su edad tocaba el violín para los clientes. Era un local modesto, pero con un bonito toque de elegancia. Sin embargo, ahora parecía distinto.

Los colores del amor - (PPG y RRB).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora