Capítulo 68: Poderes descontrolados.

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La conversación pendiente de Brick y Anthony no se hizo esperar más allá de la medianoche, cuando ambos se aseguraron de que tanto Bombón como Robin ya estaban dormidas. Antes, al llegar Brick le había dicho que se encontraran en la biblioteca más tarde, sin importar lo tarde fuera eso.
Nada más entrar en la enorme biblioteca del castillo, el castaño vio a Brick caminando de un lado a otro entre las primeras estanterías llenas de libros. Se le veía intranquilo e impaciente. Al notar su presencia, el pelirrojo se dirigió directo hacia él.

— ¿Qué demonios ha pasado? — quiso saber.

— Nada, tranquilo — contestó Anthony con toda la calma del mundo.

— ¿Entonces por qué nos hemos ido prácticamente corriendo del banquete?

— Noté la intensidad de la magia negra antes que tú, y supuse que podría haber algún tipo de ataque. Tú y yo no somos los únicos con poderes, ¿sabes? Podría pasar cualquier cosa y no quiero que Robin corra peligro en su estado.

— No intentes dártelas de héroe — Brick le miró con su típica cara de pocos amigos. — Tú eres otro aliado del mago oscuro. ¿Por qué ibas a cuidarte de él? Él no os haría daño.

— Se nota que eres nuevo en esto — se rio Anthony, aunque en su voz había más lástima que burla. — Cuando las cosas se ponen feas, o cuando él se enfada, el bando poco importa. Podrías verte afectado como consecuencia de un ataque hacia otra persona, o podría atacarte a ti como advertencia de que no estás haciendo lo que debes.

— Comprendo. Entonces tú no eres un aliado, eres un subordinado igual que yo.

— No vuelvas a decir eso — le advirtió el ojiverde. — Y entre nosotros, tampoco lo pienses de esa forma porque suena realmente mal y no es cierto. No cualquiera puede presumir de ser discípulo de un gran mago... es un privilegio, y nosotros somos privilegiados.

— Joder, ¿qué clase de privilegio es ser manipulado por un mago cruel y sediento de poder? — replicó Brick.

— No eres nadie para juzgarle por eso precisamente — lo defendió Anthony. — Te recuerdo que si estás metido en esto es porque tú también estabas tan sediento de poder como él. Y también lo estaba yo, y todos los que aceptan los poderes que ofrece.

— Sabes tan bien como yo que las cosas no son tan simples. Es un depredador que sabe jugar sus cartas para convertir a quien quiera en su presa y después atraparla.

Para su sorpresa, Anthony sonrió con arrogancia.

— Pues sí, y tú fuiste una presa bastante fácil. Le fue muy sencillo hacerte creer que tu esposa era la mala cuando en realidad lo eras tú. Celos, luego desconfianza, inseguridades... son algunas de las muchas fuentes de alimentación de la magia negra. Lo tenías todo para convertirte en uno de nosotros.

— Veo que no eres en absoluto como aparentas delante de la princesa Robin y los demás. Detrás de la fachada de caballero impecable y esposo amoroso no se esconde más que otra alimaña como Malinski.

Anthony apretó los dientes, dio un paso adelante y agarró a Brick del cuello de la camisa. El pelirrojo, por su parte, agarró la muñeca del contrario con fuerza y lo miró con el ceño muy fruncido. Anthony negó lentamente con la cabeza sin soltarlo.

— No te lo aconsejo; perderías. — dijo adelantándose a sus intenciones. — Además, tú y yo no somos enemigos, no deberíamos pelear — concluyó justo antes de soltarlo. Brick lo pensó unos segundos para después soltar su muñeca.

— No me das miedo. Yo también tengo un consejo para ti: no te atrevas a amenazarme, y menos en mi propia casa, porque te sorprendería el uso que puedo dar a mis poderes.

Los colores del amor - (PPG y RRB).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora