Capítulo 48: ¿Habemus boda? (parte 2)

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Robin se desmayó en los brazos de Anthony, que estaba siendo invadido por sentimientos contradictorios; su preocupación por Robin luchaba contra su creciente enojo porque la ceremonia estaba a punto de irse a pique. Malinski estaba igual, pero furioso también consigo mismo por no haber previsto que ese podía no ser un buen momento para reforzar la magia negra de su discípulo.

Los dos hechiceros, Kronor y Rishav, también percibían la magia negra, pero por culpa de los hechizos de protección del mago oscuro no podían saber su origen.
Los invitados habían rodeado el altar y miraban con preocupación a la novia desmayada, pero todos creían que el motivo del desvanecimiento habían sido los nervios de la boda. ¿Quién iba a suponer que podía ser un asunto de magia? Si ya se le había explicado a todo el mundo que el asunto estaba zanjado, y el tipo que había atacado el campo de juegos en Leynor había sido capturado.
Lejos de saber lo que realmente ocurría, algunos incluso empezaron a cuchichear que en cuanto despertara, Robin iba a salir a escape de allí dejando al novio plantado.

Phil había salido disparado en busca de un médico mientras Bombón, Burbuja y Bellota llamaban a su amiga, pero la susodicha no despertaba.

...

Al igual que la última vez, sobre el pequeño castillo de Reynan se cernía un cúmulo de nubes que amenazaban con soltar un chaparrón importante. Hacía un rato Robin había oído la voz del chico como un eco lejano, pero ahora ya no la llamaba, no le hablaba. Reynan estaba frente a ella en completo silencio.

— ¿Sigo estando en peligro? — preguntó la pelicastaña, pero no recibió respuesta. — Le vi en persona, al mago oscuro... el otro día. Y antes, en la ceremonia, de repente he sentido una presencia aterradora y me ha invadido el miedo. ¿Es porque el mago oscuro anda cerca? ¿Es por eso que la primera vez me dijiste que estaba en el punto de mira de alguien?

Robin frunció el ceño ante el silencio del chico.

— Reynan, ¿qué está pasando ahí fuera? ¡Dime algo!

Se sorprendió al descubrir que Reynan desaparecía de su lugar en una fracción de segundo para, acto seguido, aparecer justo delante de ella y abrazarla con fuerza. Robin sintió una extraña pero reconfortante calidez que la hizo cerrar los ojos y sonreír.

— Sé fuerte. Yo estaré aquí — susurraba el joven. — Siento haber sido tan duro contigo... pero me daba tanta rabia que tú... olvídalo todo, lo siento.

— No entiendo nada. ¿Qué pasa? ¡Respóndeme! — exigió, pero él negó con la cabeza.

— Solo ten cuidado, Robin. No bajes la guardia. Ahora vuelve allí y cásate, yo te veré en unos días...

— Espera, ¡espera Reynan! — gritó al darse cuenta de que el mundo de ensueño se desvanecía.

La silueta del chico permaneció inmóvil en medio de la espiral de oscuridad en que se convirtió el trance entre el sueño y el despertar.

La sonrisa de alivio de Burbuja fue la primera cosa que vio al abrir los ojos, a su lado, Bellota le salpicaba la cara con un poco de agua. Su padre la ayudó a levantarse y mientras trataba de recomponerse, vio a Bombón entrando en el templo. Se preguntó adónde habría ido.

Luego la mirada de Robin se topó con la de Anthony cuando este le acarició la mejilla y le preguntó si se encontraba mejor. No estaba segura de si era su imaginación o había algo distinto en los ojos verdes del chico.
Lo que sí pudo notar era que el ambiente se sentía más ligero, esa sensación de pesadilla que antes había tenido ya no estaba; la chica imaginó que se debía a que el mago oscuro ya no estaba en la zona. No podía estar segura, pero prefirió pensar eso y acabar cuanto antes con la situación tan incómoda que estaban viviendo.

Los colores del amor - (PPG y RRB).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora