Capítulo 21: "Eres mía".

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"No hay mal que por bien no venga", ese fue el primer pensamiento de Bombón cuando se despertó. De haber aparecido Dexter, se hubieran marchado en barco y si ese mago los hubiese atacado en medio del mar no habrían sobrevivido, la ojirrosa estaba segura de ello.

Abrió los ojos y vio que estaba en su habitación en el castillo, mas no recordaba haber regresado, no por su propio pie al menos. Todo estaba oscuro y silencioso, aún era de madrugada.

No sabía cómo había logrado salir airosa, si es que esa era la palabra adecuada, de su encuentro con el mago oscuro. Lo daba todo por perdido, pensaba que la iba a matar, y de pronto había sentido como si una especie de fuerza de origen desconocido se hubiera colado en su cuerpo sin previo aviso. O como si hubiera estado ahí por mucho tiempo y de repente hubiese comenzado a dar señales de su existencia, intentando salir de golpe y haciéndola perder el equilibrio. Una energía descontrolada e incontrolable. Luego aquella luz se había llevado al mago y a partir de ahí ya no había nada, no estaba segura de si se había dormido o desmayado. Le había parecido ver a Brick por un instante, pero creyó que era un sueño.

Lo que la tenía intrigada era qué podría haberle pasado a Dexter para que no se presentara en el lugar acordado, después de tanto insistir y con lo emocionado que estaba, era imposible que se hubiera echado atrás en el último momento. Esperaba que no le hubiese sucedido nada malo.

Trató de levantarse pero sintió un fuerte mareo acompañado por un leve dolor de cabeza y volvió a caer sobre la almohada.
Toc Toc Toc,
escuchó que alguien llamaba a la puerta. ¿A esas horas, que ni había salido el sol? Apretó los labios con fuerza, se quedó quieta e incluso aguantó la respiración para no hacer ningún ruido, quería que pensaran que estaba dormida. Pero volvieron a llamar, esta vez con más fuerza. La tercera vez Bombón comprendió que no tenía sentido que callara, fuera quien fuera no parecía dispuesto a irse.

— ¿Quién es? — no obtuvo respuesta, pero la puerta se abrió lentamente y la pelirroja no tardó en ver quién había ido a visitarla. — ¿Qué está haciendo aquí? ¿Qué quiere?

La ojirrosa se incorporó y se sentó apoyando la espalda en el cabecero en la cama, aunque aún seguía un poco mareada. Brick se acercó con pasos lentos y se sentó al borde de la cama, no muy lejos de ella.

— Qué amable — murmuró con un tono sarcástico. — ¿Así es como me da la gracias por haberla traído sana y salva anoche?

Bombón tragó saliva, no había sido un sueño.

— ¿Cómo me encontró?

— El idiota de su amiguito tuvo la brillante idea de mandarle una nota, pero también tuvo la mala suerte de que yo me hice con ella antes de que usted la recibiera — explicó.

— ¿Qué le ha hecho? — preguntó preocupada al descubrir la razón por la que Dexter no había acudido a la cita.

— ¿Quién, yo? Nada. Sólo le he advertido que iba a tener problemas si venía por aquí. Por cierto, aplíquese el cuento, porque a usted ya le había advertido y aún así tuvo el atrevimiento de intentar escapar.

— En realidad yo había...

— No me dé explicaciones, ni las necesito ni las quiero. Le estoy dando otra oportunidad, y por su propio bien y el de su reino, le aconsejo que no la desperdicie. Porque mi paciencia tiene un límite, como todo en este mundo.

— Descuide, capto el mensaje. Será mejor que se marche antes de que alguien le vea.

— Ah, pero anoche no le preocupaba tanto que alguien la viese con su noviecito el cocinero — comentó con burla.

Los colores del amor - (PPG y RRB).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora