Capítulo 28: La boda (parte 1).

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El sol aún no había salido cuando la última reunión antes de la boda dio comienzo

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El sol aún no había salido cuando la última reunión antes de la boda dio comienzo.
Los reyes de Nordixia, los padres de Brick, Mojo y Dormender, el mago más importante de Carixia y varios consejeros comentaron por última vez las condiciones del enlace y las consecuencias en caso de ataque por alguna de las dos partes entre otras cosas. Algunos incluso compartieron con el resto cómo pensaban que acabaría todo.

Brand, el padre de Brick, no lo dijo pero en el fondo seguía pensando que todo aquello era una pérdida de tiempo porque al final habría divorcio. O bien porque esos lobos con pieles de ovejas los atacarían o bien porque los pelirrojos no tendrían un hijo en el plazo que les había dado. La posibilidad de que finalmente se quedaran juntos la descartaba por completo. No así su esposa, que estaba contenta y creía de corazón que aquella boda iba a traer felicidad y paz para todos, tal como dijo en cuanto llegó su turno para hablar.

Tenían todo el día planeado, la ceremonia comenzaría a media mañana en el Templo de las Mil Vidas, donde Bombón y Brick serían declarados marido y mujer oficialmente y firmarían el tratado de paz junto con los demás papeles que entre todos habían preparado.
Después de eso irían hasta la Frontera, donde el hechicero Dormender destruiría la barrera mágica con la ayuda de algunos magos más. Luego regresarían al palacio donde se celebraría la coronación de Bombón y con eso culminaría el día de la boda, al menos de cara al público.

Cuando la reunión llegó a su fin, el mago Dormender salió de la sala y se dirigió con paso lento pero firme hacia los sótanos del castillo. Su larga barba grisácea se movía de un lado para otro a cada paso que daba.

Fueron muchas las escaleras que bajó hasta llegar a la planta más baja, donde las antorchas en las paredes iluminaban los pasillos del inmenso sótano del palacio. Era como un laberinto, y cuanto más se adentraba, más estrecho parecía aquello. Llegó por fin a una puerta cerrada con candado, sacó una llave y la abrió.

Al otro lado de la puerta había una especie de cuartucho con paredes de piedra, una silla tirada de cualquier manera y un cuadro colgado para despistar. El mago quitó el cuadro de la pared y, después de dejarlo al suelo, procedió a sacar la piedra que quedaba allí oculta.
Detrás de aquel trozo de roca, sobre un cojín lila yacía una esfera  de color anaranjado que parecía hecha de cristal translúcido y brillaba con intensidad. Era la fuente de energía de La Frontera.

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— ¡Auch! Eso me ha dolido — se quejó Bellota cuando una doncella le apretó los cordones del vestido más de lo que a ella le hubiese gustado.

— Perdone, señorita, ha sido sin querer.

Burbuja, Bellota y Robin se estaban arreglando para la boda con la ayuda de varias doncellas. Como damas de honor que eran, tenían que ir vestidas y peinadas igual, y la tarea de ponerlas guapas se la habían encargado a las cinco doncellas más veteranas del palacio, unas señoras que llevaban toda la vida trabajando allí y que, años atrás cuando eran más jóvenes, habían ayudado a vestir a la madre de Brick, la reina Rina, el día de su boda. Por lo tanto ya sabían cómo se tenían que hacer las cosas para que todo fuera del agrado de los reyes.

Los colores del amor - (PPG y RRB).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora