Capítulo 59: Tensión, celos y besos. [Parte 1]

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El pomo de la puerta del dormitorio giró lentamente sin hacer ningún sonido, a diferencia de la puerta, que emitió un leve chirrido que hizo saber a Robin que Anthony estaba allí. El joven la vio parada al lado de la ventana, pensativa y con los brazos cruzados. Ella le miró con una pequeña y tímida sonrisa al principio, pero esta se esfumó ante la absoluta seriedad del chico.

Anthony no dijo nada cuando entró, se limitó a cerrar la puerta tras sí y permaneció callado hasta que ella carraspeó para romper el incómodo silencio que se había instalado entre ellos. Solo entonces el pelicastaño pareció reaccionar, como si hasta ese momento su mente hubiera estado muy lejos de esa habitación, y dio algunos pasos hacia ella; la cogió de la mano y la guió hasta el borde de la cama, donde se sentaron.

— Robin — dijo, su voz sonó más grave que de costumbre. — El doctor me ha dicho que tú... que tú y yo vamos a... me felicitó porque... — la chica le ofreció una pequeña sonrisa al ver que, al parecer, el ojiverde no encontraba las palabras que buscaba. Y le temblaban las manos.

— Te ha dicho que estoy...

Embarazada — dijeron finalmente los dos al unísono. Se hizo presente otro largo silencio entre ambos, la situación realmente parecía haberlos cogido por sorpresa; y efectivamente, así era.

— ¿Tú lo sabías? — preguntó Anthony. Ella negó con la cabeza.

— No, la verdad es que no. De hecho, aún no puedo creerlo — añadió, Anthony vio cómo sus mejillas se sonrojaban. — Es que hay parejas a las que les lleva años tener hijos, y nosotros... — Robin se encogió de hombros, ahora era ella quien no encontraba las palabras que buscaba. — En fin, ha sido una sorpresa — concluyó.

— Tú... ¿estás contenta? — inquirió nervioso, pues no le parecía muy ilusionada.

— ¿Y tú? — cuestionó la chica, aunque le daba miedo oír la respuesta.

— Me siento un poco abrumado, la verdad — admitió. — Esta noticia me ha cogido desprevenido, y aunque por un lado me parece increíble y precioso, también me asusta. ¿Crees que seremos buenos padres?

— Creo que si los dos nos esforzamos, lo seremos — contestó ella. — Yo también tengo miedo, pero supongo que es inevitable agobiarse al principio. Al fin y al cabo, esta es una de las cosas más importantes que pasan en la vida... De todos modos iba a suceder tarde o temprano, así que no hay por qué entrar en pánico, podemos con ello y lo haremos bien.

— Estoy de acuerdo contigo — Robin se sorprendió al ver que al fin asomaba una sonrisa en los labios de Anthony. — Sabes, pensándolo bien, la noticia nos ha sorprendido a ambos, pero al menos sabemos cuándo ocurrió y el bonito recuerdo de esa noche ahora será el doble de especial.

Robin se ruborizó al recordar la noche de la que el pelicastaño hablaba, aquella en que habían hecho el amor por primera y única vez desde que se habían casado.
Él le acarició la mejilla y le besó la mano.

— Mañana pediremos que preparen una comida especial para celebrarlo.

— Me parece una buena idea — convino la chica. — Voy a acostarme, antes me desperté con sed y ahora que he bebido vuelvo a tener sueño.

— Yo también, pero primero iré a darle la gran noticia a mi tío. Verás qué contento se pondrá.

Robin asintió y Anthony la besó en los labios antes de volver a salir de la habitación y en el silencio del pasillo pudo escuchar los acelerados latidos de su corazón al pensar en la situación. Una vez lo hubo asimilado no pudo evitar alegrarse ante la idea de ser padre, pero por otra parte algo dentro de él le susurraba que aquello había ocurrido en un momento un tanto inoportuno. Sintió unas fuertes ganas de regresar a la habitación, tumbarse al lado de Robin y abrazarla, pero antes debía informar a su mentor sobre el embarazo de la chica. A ella le había dicho que el hombre se pondría contento, pero en realidad no tenía ni idea de cómo iba a reaccionar.

Los colores del amor - (PPG y RRB).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora