Capítulo 42: Un plan malicioso y una pedida de mano muy especial.

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A veces las cosas se salen de control. Pasa cuando crees que tienes vigilado a tu perro y sin embargo lo pierdes en el parque, o cuando tienes ya casi planeada la boda de tu hijo con la chica perfecta y resulta que el muy desagradecido está enamorado de otra. Eso pensaba la madre de Boomer, la señora Elisa Watson.

No podía creer que su marido hubiese aceptado la relación de su hijo con Burbuja así por las buenas. ¿Había perdido el juicio? Estaba claro que Burbuja era una buena chica, no podía negarlo, pero no dejaba de ser... ella. Una del montón, a su parecer, que no podía compararse ni de lejos con una muchacha de alta alcurnia como Brat; la hija de todo un Barón. Porque eso era lo que más le gustaba de Brat, que era de una familia importante. Ser la consuegra de los barones Bluebell sería un sueño hecho realidad para la señora Watson.

Quería hacer entender a Boomer la suerte que tenían de que Brat se hubiese fijado en él y de que tenía la paciencia suficiente para luchar por su amor pese a los muchos desplantes del chico. Y como si eso no fuera ya difícil de por sí, tenía que meterse en medio esa arquera de tres al cuarto. Pero ella no se iba a quedar de brazos cruzados, no dejaría que estuvieran juntos de ninguna manera.

Pensaba que el asunto había quedado zanjado después de la conversación que tuvo Brat con Burbuja, una conversación en que debía convencerla de que Boomer era un mujeriego y un desgraciado, pero que ella le quería y estaba dispuesta a perdonarle su actitud y estar con él. Debió imaginar que no sería tan fácil deshacerse de la chica.

Tenía que pensar en otra cosa. ¿Pero qué?
Una idea llegó a su cabeza; buscaría la familia de Burbuja y hablaría con ellos. Sí, esa sería la solución si sabía qué decirles exactamente. Esta vez no pondría verde a su hijo delante de nadie, eso lo tenía claro. Pero sí podía... poner verde a Burbuja. No tenía nada que perder, al contrario, pues le parecía que saldría perdiendo únicamente si esa chica y Boomer finalmente acababan juntos. Era el peor escenario que podía imaginar.

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Butch entró en su casa como un huracán, recorrió el pasillo hasta el comedor y tiró el abrigo encima del sofá. Sus padres, Virginia y Elliot Forester, que estaban cenando, le miraron sorprendidos. Tenía los ojos enrojecidos y la respiración agitada.

— ¿Qué tienes, hijo? — preguntó su padre, tenía el cabello naturalmente negro, pero gran parte de él se estaba poniendo blanco. Sus ojos eran verdes, parecidos a los de Butch.

— Seguro que tiene hambre. He hecho sopa — informó su madre, aunque era evidente. Era una señora de cabello castaño con algunas canas, largo hasta los hombros y ojos marrones.

Butch tomó aire y se mordió el labio mientras miraba al techo, buscando las palabras indicadas. Aunque no había mucho que pensar.

— Papá, mamá, voy a casarme.

La señora Forester casi se atragantó al oír a su hijo. Su padre miró a su esposa y luego a Butch, perplejo. La mujer se levantó y fue a tocar la frente del chico para comprobar si tenía fiebre.

— Pues no, fiebre no tiene — comentó y se tapó la mano con la boca, preocupada. — Hijo, ¿te has vuelto a pasar con el whisky?

— Si estuviera borracho apestaría a alcohol — dijo el señor Forester. — ¿No te habrás dado un golpe en la cabeza?

— Nada de eso, me he enamorado pero he metido la pata y yo quiero hacer las cosas bien. Así que voy a ser un hombre e iré a pedir su mano porque la amo.

— ¿No la habrás dejado embarazada? — supuso su padre.

— ¡Claro que no! Solo la he besado pero su padre y su tía nos han visto. Y ahora quieren casarla con otro. Pero yo la quiero y pienso arreglarlo todo. ¿Cuento con vuestro apoyo?

Los colores del amor - (PPG y RRB).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora