Capítulo 71:Una amistad inesperada, una decisión repentina y la Casa de cristal.

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Cuando la sirvienta que había llevado la bandeja con los tés y los bizcochos cerró la puerta, la biblioteca volvió a quedarse en completo silencio. La luz del amanecer que comenzaba a colarse por las ventanas iluminaba el perfil de los rostros de Bellota y Burbuja, sentadas a un lado de la mesita de madera donde habían dispuesto el té, y también los de Robin y Bombón, sentadas frente a ellas.

La rubia y la morena no eran las únicas que se habían presentado en el castillo de Carixia sin avisar esa mañana; Boomer y Butch también habían ido, pero cada uno por separado. No era una visita corriente, hasta el mayordomo Mojo lo había notado. Era extraño el hecho de que estuvieran todos allí de madrugada, cuando ni siquiera Brick, que era el más madrugador, se había despertado. Por no mencionar que siendo todos amigos, además de parejas casadas, se presentaran cada uno por su lado. Había gato encerrado, pero eso no entraba en los asuntos del mayordomo.
Burbuja y Bellota habían llegado juntas alegando que les urgía hablar con Bombón y Robin. Un rato después hubo que despertar a Brick porque Butch lo esperaba en el jardín por un asunto confidencial. No mucho después se les unió Boomer, por cuyo aspecto Mojo dedujo que no había dormido mucho esa noche.

Ahora, en la biblioteca del castillo, las cuatro chicas se miraban entre sí, esperando que alguna empezara a hablar. Antes que nada, Bellota cogió un trozo de bizcocho y le dio un buen bocado.

— Está muy rico.

— ¿Y bien? ¿Qué era tan urgente? — preguntó finalmente Bombón.

— Bellota y yo tuvimos el mismo sueño anoche — empezó a contar la rubia. — Sang nos llevó a ver unas habitaciones en una casa que daba mucho miedo. ¡Solo de recordarlo se me pone la piel de gallina!

— Bueno, en realidad no daba tanto miedo — intervino Bellota, todavía comiendo bizcocho. — Lo que pasa es que Burbuja escogió la habitación del miedo y salió como si hubiese visitado una casa encantada.

— Si hubieras presenciado lo mismo que yo en esa habitación, entenderías mi reacción — replicó indignada rubia.

— Chicas, no comprendo. ¿Qué casa era esa y qué había en las habitaciones? — cuestionó Bombón. Robin se pegó al respaldo de la silla antes de carraspear para atraer la atención de las otras.

— Yo también estuve ahí con Reynan. Entré en la habitación de las cartas.

— ¡Cierto! Sang lo mencionó — recordó Bellota. — Bueno, Burbuja escogió la de las ventanas y yo la de los pergaminos.

— ¿Alguien puede explicarme de qué va todo eso de las habitaciones? — preguntó de nuevo la pelirroja, cada vez más confundida.

— Pues al parecer hay una casa con habitaciones mágicas donde puedes ver tu futuro, más o menos — explicó Bellota. — Cada una teníamos derecho a escoger solo una habitación. En la que eligió Burbuja puedes ver tus miedos, en la mía los poderes que tendrás, y hay otras sobre los hijos, lágrimas que vas a llorar, el tiempo que vivirás, el dinero que vas a tener, tus deseos y no sé si me dejo algo más.

— La del amor de las parejas y la de la suerte — añadió Burbuja.

— Donde yo estuve — comenzó a relatar Robin — tenía que escoger tres cartas de una baraja para averiguar mi suerte. Salieron amor, fertilidad y... traición.

— ¿Traición? — Burbuja se sorprendió. — ¿Por parte de quién?

— Ese es el misterio. Me suena a que alguien va a traicionarme, o que yo traicionaré a alguien. Espero poder preguntarle pronto a Reynan lo que significan esas cartas.

— Eso da mucho qué pensar. Nosotras no nos traicionaríamos, ¿verdad? — inquirió Burbuja con una ceja alzada. Las demás negaron con la cabeza repetidamente. — Yo confío plenamente en vosotras.

Los colores del amor - (PPG y RRB).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora