Capítulo 15: La llegada al reino de Fuego

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No había ni una sola nube en el cielo, el sol brillaba con todo su esplendor y las temperaturas eran ideales. Todo estaba preparado para la llegada de los forasteros dos días antes del comienzo de los Campeonatos de Fuego en el reino de Leynor. Los reyes y su hijo aguardaban la llegada de los huéspedes en el palacio. Como cada año, las familias Reales se iban a alojar en el castillo, y todos los demás ocuparían las posadas, hoteles y pequeñas casas de huéspedes que con los años se habían ido construyendo para esa ocasión en las distintas poblaciones del reino.

Los reyes habían enviado a sus consejeros junto con un grupo de sirvientes y carruajes a los dos puertos más grandes del reino, que era donde solían desembarcar los visitantes cuando llegaban para los juegos. Cuando llegasen, llevarían los primeros a Villasol, la aldea más cercana a medio camino entre los dos puertos, donde se alojaría una parte de los visitantes.
Así, a medida que fuesen llegando, irían repartiéndolos entre las ciudades y aldeas cercanas; la Ciudad de las Altas Llamas, el Pueblo del Caos, la Ciudad de Fuego y el Pueblo Fantasma. Todas ellas poblaciones cercanas al campo de los Campeonatos, que consistía en un enorme terreno, rodeado por un alto muro de piedra. Por dentro, el campo estaba dividido en cuatro partes; la Arena, donde tenían lugar las luchas y peleas; la zona Verde, donde se hacían todas las carreras por tierra; la zona Azul, donde hacían las competiciones acuáticas y por último la zona Neutral, donde se organizaban los concursos de dibujo, de cocina, todo tipo de manualidades y además montaban mercadillos y puestos de comida. Alrededor de las tres primeras zonas había gradas de piedra para que los espectadores pudieran sentarse y disfrutar del espectáculo.

Los primeros barcos en aparecer fueron los de los invitados de Carixia, acompañados de los reyes del Sur y Bell, la hermana pequeña de la reina. Eran dos barcos, uno enorme de color rojo seguido por otro más pequeño que venía justo detrás y era del mismo color y ambos se dirigían al Puerto Antiguo. No muy lejos de ahí, en el Puerto Norte, llegaba el barco de Rosixia. Una nave grande de colores rosa y azul oscuro, y decorada con dibujos de flores.

Desde su camarote, Brick observaba la orilla y se preguntaba si sus vecinos de Nordixia habrían llegado ya. Tampoco podía dejar de pensar en cómo sería su encuentro con Bombón. ¿Sería tenso? ¿Incómodo, quizás? ¿O por qué no... divertido? De repente se le había ocurrido una forma interesante de romper el hielo, y nunca mejor dicho. La voz de Boomer al otro lado de la puerta le sacó de sus pensamientos, era hora de bajar.

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— Robin, sube ya, que nos vamos.

La pelicastaña hizo caso a su madre y se metió en el carruaje. Se había empeñado en esperar un poco a ver si llegaban las chicas, pero no. Ya llevaban una hora en Villasol y no podían demorarse más, qué le iba a hacer, las vería más tarde o al día siguiente. En cuanto cerraron la puerta y Robin miró por la ventanilla, vio de espaldas a un hombre de cabello rojo que le pareció haber visto antes. El susodicho se giró y pudo verle la cara, pero en ese momento tampoco le reconoció.

— ¿Sabéis quién es ese hombre?

— ¡Oh, mira quién está ahí! — Exclamó su madre llamando la atención de su marido — No puedo creer que por fin se haya dignado a venir.

— Esto sí que es extraño. ¿A qué habrá venido?

— ¿Quién es? — insistió la joven. — ¿Me lo vais a decir?

— Es el rey de Carixia, Brick. Cariño, ¿crees que deberíamos bajar a saludarle ahora o nos esperamos a llegar al castillo? — preguntó el padre de Robin a su mujer, pero ésta negó con la cabeza.

— La última vez no fue muy amable precisamente, mejor nos esperamos.

Los reyes de Rosixia siguieron conversando mientras Robin miraba a Brick por la ventana. ¡El hombre con el que querían casar a Bombón! ¡Era él y estaba ahí mismo! A la castaña le pareció un tipo muy serio, o tal vez estaba enfadado, quién sabía. Entre la multitud distinguió a Mojo, con su característico turbante de colores blanco y lila. El pobre se acercaba corriendo a hacia Brick con varias bolsas, seguido por una horda de sirvientes cargados de equipaje. Y mientras el carruaje partía hacia el palacio, Robin se preguntó si su amiga pelirroja estaba al tanto de que su prometido iba a asistir al evento o estaba a punto de llevarse una sorpresa.

Los colores del amor - (PPG y RRB).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora