Capítulo 18: Sentimientos negativos

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Cuarenta minutos dando vueltas en la cama, y cuando por fin se estaba durmiendo, alguien llamó a la puerta de Bombón. Afuera estaba lloviendo a cántaros y el sonido de los truenos combinado con los golpes en la puerta le dieron un buen susto a la pelirroja. Se levantó de la cama y fue hasta la puerta, donde se detuvo antes de abrir.

— ¿Quién es?

— Robin.

Bombón se sorprendió al abrir la puerta y ver que Robin tenía las mejillas empapadas de lágrimas. Y por lo rojos e hinchados que tenía los ojos, dedujo que debía hacer mucho rato que lloraba. Nunca la había visto así, llorando de esa manera como una niña pequeña. La pelicastaña abrazó a su amiga y se quedó así un rato, era lo que necesitaba.

— Robin, ¿qué ha ocurrido?

— He... he conocido a mi prometido. Y él... él... yo... no quiero casarme Bombón — decía sollozando. — No me gusta, me da miedo... tengo mucho miedo y no sé por qué.

— Tranquilízate, por favor. ¿Te ha hecho algo? ¿Ha sido grosero contigo?

— No... pero no estoy preparada para esto.

— Vale — Bombón le limpió con cuidado las lágrimas y cogió las manos de Robin entre las suyas. — Cálmate y cuéntamelo todo. Parecías tan serena cuando nos dijiste que te casabas, que creía que ya lo tenías asimilado.

— Eso creía yo también... pero luego se ha presentado aquí sin avisar y me ha pillado desprevenida. Estoy... confusa y tengo miedo.

— ¿Pero miedo de qué?

— No lo sé, he llegado a sentir una especie de escalofríos cuando estuvo a mi lado. Hay algo en él que no me gusta... no me gusta nada.

— Te entiendo, pero intenta tranquilizarte. Ahora estás alterada porque no esperabas encontrártelo — Robin asintió. — Seguro que por la mañana después de dormir un poco te sentirás mejor. Yo reaccioné de una forma similar cuando supe que iba a casarme, y aquí estoy. Sabes, yo también conocí a mi prometido esta noche.

— Ah... sí, yo también le vi esta mañana. ¿Qué te ha parecido?

— Pues no sé qué decirte, la verdad. No fue demasiado amable, estuvo serio todo el tiempo. Y encima me ocultó su identidad hasta que vino su mayordomo Mojo y entonces se descubrió el pastel.

— A mí también me parece demasiado serio. Al menos... mi prometido no me miraba con esa cara de enojo, de haberlo hecho probablemente me habría desmayado.

— Lo más impactante fue que... me besó — confesó un poco sonrojada, Robin abrió los ojos de par en par.

— ¿En serio? ¿Y cómo fue? — ya había despertado su curiosidad. — ¿Fue dulce? ¿Romántico?

— Nada de eso, fue violento y le mordí para que parara.

— Oh — Robin se decepcionó al oír eso, por un momento había pensado que Bombón ya había encontrado el amor. — Quizás no tuviera mala intención.

— Puede que no, pero de todas formas no empezamos con buen pie — aunque no lo dijo, la pelirroja pensó que las intenciones que tuviera eran lo de menos, ya fueran buenas o malas, ella no se quedaría para averiguarlo.

— ¡Oh no! — la castaña se tapó la boca con las manos y saltó de la cama — ¿Y si intenta besarme?

— Bueno, algún día lo hará, aunque sea en vuestra boda. Por lo pronto... tal vez si no os quedáis a solas no lo haga, no sé.

Los colores del amor - (PPG y RRB).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora