Capítulo 45: Acuerdos peligrosos.

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Bellota bebió un poco de su zumo de naranja y se preparó para atacar la magdalena de chocolate que había pedido, cuando Burbuja le hizo un gesto con la cabeza señalando a Bombón con una sonrisa. La pelirroja tenía la mirada perdida y jugaba con la cucharilla de su taza de té. De vez en cuando se le veía sonreír, seguramente sin darse cuenta.

— Tierra llamando a Bombón — dijo Burbuja agitando la mano frente a ella.

— Disculpa, ¿qué?

La rubia y la morena rieron.

— Físicamente está aquí pero tiene la cabeza en otro lado — confirmó Bellota. —Y ahí tenemos la razón — continuó al ver pasar cerca de ellas a Brick con un par de hombres bigotudos y trajes llenos de medallas.

Bombón levantó la vista de la mesa tan pronto como oyó que Brick estaba cerca y sus miradas no tardaron en encontrarse. Él le sonrió al ver que le miraba y ella le saludó con la mano. Sus amigas intercambiaron una sonrisa pícara.

— El amor está en el aire — comentó la rubia.

— Ahora solo faltas tú — soltó la ojiverde consiguiendo que Burbuja casi se atragantara con su infusión. — Es cierto, Bombón ya se ha casado, Robin se va a casar ahora, yo estoy prometida...

— ¿Seguro que no te gusta el rubio? — intentó sonsacarle la pelirroja.

— Boomer y yo somos amigos. Amigos — recalcó.

— ¿Entonces por qué te has puesto tan roja? — bromeó la morena, pero la susodicha se sonrojó de verdad.

— Es... es que hace mucho calor aquí. ¿Por cierto, cuándo llegaremos? — cuestionó solo para cambiar de tema.

— Pues antes del mediodía deberíamos estar ya allí — contestó la ojirrosa. — Estoy impaciente por llegar.

— Yo igual, tenemos tantas cosas que contarle a Robin...

— Y no olvidéis el abrazo grupal cuando la veamos — añadió Burbuja. — Esto va a ser muy emocionante.

— Burbuja, no creas que no nos hemos dado cuenta de que evitas el tema, algún día nos lo vas a tener que explicar.

— ¿A qué te refieres, Bellota? — quiso saber la pelirroja.

— La razón por la que a veces parece que la dan miedo los hombres — aclaró la ojiverde, la rubia frunció el ceño.

— No me dan miedo los hombres, solo soy precavida. Y tú Bellota, hasta que conociste a Butch tampoco te agradaba demasiado la idea de que algún hombre mostrara interés en ti.

— Pero eso es diferente — replicó.

Se hizo un largo silencio, Bombón observaba a sus amigas, se notaba la tensión en el ambiente.

— Os vais a reír de mí si os lo digo.

— O sea, que hay algo, yo tenía razón.

— ¿Cuál es el problema, Burbuja? — preguntó Bombón.

La rubia miró a su alrededor y prosiguió a explicar brevemente en voz bajita lo que hasta entonces había ocultado.

— Cuando era pequeña, una adivina me dijo que cuando fuera mayor... un chico intentaría engañarme con falsas palabras de amor. Me dijo que la única forma de evitarlo era escogiendo yo al chico con el que quisiera estar, pero debía elegir bien, porque había muchas probabilidades de que escogiera precisamente al mentiroso. Por eso me asusta... gustarle a alguien o que alguien me guste a mí.

Bellota y Bombón se miraron entre sí, analizando la explicación y pensando qué decir. La rubia esperaba nerviosa algún comentario.

— ¿Chicas? ¿No vais a decir nada?

Los colores del amor - (PPG y RRB).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora