Capítulo 43: Fantasía.

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NOTA: Este capítulo tiene contenido subido de tono.
No me hago responsable de nada. Si decidís leer, lo hacéis bajo vuestra propia responsabilidad.

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Butch estaba eufórico, sobre todo después de poner el anillo con la pequeña esmeralda en el dedo de Bellota y besarla. El beso apenas les duró unos segundos, pues la tía Petunia los separó diciendo que se refrenaran un poco delante de los invitados.

Todos felicitaron a la pareja, incluso la familia Mitchelson, que llegó poco después y se quedaron a cenar. Hubiera sido de mala educación decirles que se fueran después de haberlos invitado. De las tres bandejas de dulces que había llevado la madre de Butch solo quedaron las migas. Lo mismo con la comida que habían preparado en casa de Bellota, no sobró nada con tanta gente en la mesa.

Cuando llegó el momento de que los invitados se fueran, el señor Price quiso hablar a solas con Butch.

— Mira, te voy a ser sincero. No acabas de convencerme, pero te doy un voto de confianza porque parece que hay algo sincero entre mi hija y tú.

— Lo hay, señor — afirmó el moreno. — Le doy mi palabra de que no se arrepentirá, haré feliz a su hija.

— Más te vale, porque como la hagas sufrir sí que te pegaré un tiro entre ceja y ceja. Bienvenido a la familia, muchacho.

Dicho eso, el padre de Bellota le ofreció su mano y Butch la estrechó amistosamente. Quizás acabarían llevándose bien.

Al regresar con los demás, vieron que las chicas ya se estaban despidiendo, aunque en la tarde del día siguiente volverían a verse porque pensaban viajar juntas a Lirixia para la boda de Robin. Bombón mandaría un carruaje para recogerlas y se encontrarían en el puerto directamente. La pelirroja quería pasar por el palacio ya que estaba en Nordixia, pero se había hecho muy tarde y además vería a su familia en Lirixia.

Mientras los demás iban hacia los carruajes, Butch y Bellota se detuvieron en el jardín. Hacía frío pero apenas lo notaron, estaban demasiado concentrados el uno en el otro.

— Ha sido un gran día, no tienes idea de lo contento que estoy de que por fin pueda llamarte mi prometida. — Butch le acarició la mejilla. — Estoy impaciente por poder llamarte también mi esposa.

— Yo también soy muy feliz — respondió con una sonrisa. — Me parece increíble que esto esté sucediendo de verdad, aún no me lo creo.

— Pues créetelo, nena. Ya estamos juntos — concluyó antes de cerrar los ojos y rozar sus labios.

— ¡Reservad algún beso para boda! — chilló la tía Petunia y tiró del brazo de Bellota.

— Adiós, linda — Butch le mandó un beso al aire y ella sonrió dulcemente a modo de despedida.

Los dos carruajes emprendieron camino. En uno iba Butch con sus padres y Boomer, en el otro, Burbuja con los pelirrojos. Iban a hacer una parada en el Distrito Acuático para dejar a la rubia delante de su casa y luego se irían. Ella y Boomer habían acordado que seguirían con el paripé del noviazgo y volverían a hablar con la madre de él cuando ella regresara de Lirixia. Pero no tenían ni idea de que la señora Watson ya había tomado cartas en el asunto.

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Después de la cena de bienvenida que habían organizado en el palacio de Lirixia, todos se fueron a sus aposentos. Robin, sin embargo, le había prometido a Princesa que se reuniría con ella para que le explicara lo que tramaba y salió de su habitación para encontrarse con la chica en el vestíbulo del castillo.

Los colores del amor - (PPG y RRB).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora