Capítulo 1: Una conversación entre amigas.

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~ Narra Bombón.

Me desperté de muy buen humor. Hacía un día precioso, el sol brillaba y no había ni una sola nube en el cielo. Nadie hubiera dicho que se acercaba ya el final del verano. Me duché rápido, me puse un vestido rosa que me llegaba a la rodilla y era de manga corta con bordes blancos, unas bailarinas rosas, recogí mi cabello en una coleta alta con mi lazo rojo y bajé a desayunar.

Todo estaba servido en la mesa y mis padres y mi hermano estaban esperándome. El desayuno transcurrió con total normalidad, salvo que por alguna razón reinaba el silencio, y eso rara vez pasaba. Sería lógico que Blake estuviera calladito ya que aún estaba castigado, ¿pero los demás?

— ¿Ocurre algo? — pregunté, y todos parecieron sorprenderse ante mi pregunta.

— Nada. ¿Por qué lo preguntas? — mi madre tomó un poco de zumo de naranja.

— Porque no decís nada. Estáis muy callados.

— ¿Nosotros? Para nada. — mi padre rió. — Es que anoche estuvimos revisando unos documentos hasta tarde y estamos un poco cansados.

— Oh, entiendo.

Falsa alarma, todo estaba en orden. Terminé de desayunar y salí para encontrarme con mis dos mejores amigas; Bellota y Burbuja. El carruaje ya aguardaba fuera. Yo sabía montar a caballo, pero mis maestras siempre decían que no debía hacerlo sin su supervisión. A veces me preguntaba si de verdad lo decían porque les preocupaba mi seguridad o sólo querían fastidiarme.

El punto de encuentro con mis amigas era la Ciudad del Trébol, ahí vivía Bellota. La ciudad se encontraba a media hora del castillo y a una hora más o menos del Distrito Acuático, donde vivía Burbuja. Las tres estábamos muy emocionadas porque ese año, por fin, ellas podrían participar en los Campeonatos de Fuego.

Los Campeonatos de Fuego se celebraban una vez al año en el reino de Leynor, y consistían en una serie de competiciones entre varios participantes de cada reino. Había de toda clase; natación, lucha con espadas, lucha cuerpo a cuerpo... ¡incluso de cocina! Sin embargo la edad mínima para participar era de dieciocho años, y hasta ese momento mis amigas no habían podido competir. Burbuja era una apasionada del tiro con arco, era una de las mejores del reino. Bellota... qué decir de ella. Aparte de ser una increíble espadachina, tenía una fuerza brutal.

Yo estaba lejos de todo eso. Mi fuerza estaba en los libros, y eso no me iba a servir en Los Campeonatos. Mis maestras se habían esforzado por enseñarme a ser una buena princesa, a ser responsable, y a ser una dama. Recuerdo una vez en que una de ellas me vio manchada de barro porque había estado jugando en la lluvia. Su cara fue de puro terror. Nunca había pasado tanto tiempo bañándome como esa tarde.

Casi sin darme cuenta, ya habíamos llegado a la ciudad. Bajé del carruaje y junto a mi cochero, que también era mi guardaespaldas, me dirigí a la plaza donde me esperarían las chicas. Las vi de lejos sentadas en un banco, las dos me saludaban con la mano.

Pasamos toda la mañana paseando por la ciudad, hablando y riendo.

— Lo de Princesa va a ser todo un espectáculo. — dijo Bellota totalmente en serio, nosotras reímos. — Apuesto lo que queráis a que arma un escándalo en su boda.

— A mí me da un poco de pena el príncipe, le va a convertir en su esclavo. — comentó Burbuja.

— Le va a amargar la vida. — continuó Bellota. — Ya lo veréis.

— Quizás se quieran... muy en el fondo. — murmuré yo, mis amigas me miraron sin comprender.

— ¿Eso crees? — Bellota me tocó la frente. — No, no tiene fiebre.

Los colores del amor - (PPG y RRB).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora