T1C10: Ignoremos los Atajos.

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          Fer llegó apresurada al cuarto 701, donde moraba Abiatti, sin embargo él estaba con Vanya. Luego de 10 minutos tocando el timbre y golpeando la puerta, Fer entró en desesperación. Para esto, ya eran las 21 horas.

—¡Puta madre! ¿Dónde está Abiatti?

En eso iba pasando una mujer, cuya edad rondaba los 40 años, aproximadamente, de nombre Shathérynai, la esposa de Tdrathládilayev.

—¿Busca al señor Abiatti?
—En efecto, ¿Usted lo conoce?
—¡Quién no! Es como no saber de Luis Miguel, Rasputín o Abimael Guzmán.
—¿Sabe si salió, o algo así?
—Sí, pero no vi para dónde. Usualmente abre su vocero cuando está ocupado pero creo que está de vacaciones.
—Con razón ya no lo veía, ese Pyotr era todo un loquillo.
—Me excitaba su acento ruso.
—¿Disculpe?
—No me oyó decir nada. Soy Shathérynai, un gusto conocerle. ¿Es usted novia del Sr. Pourway?
—No soy tan afortunada. Soy su mejor amiga.
—Ya veo. Entonces, usted debe de ser Fer.
—Amm... Sí. Mucho gusto... Sha... Sha, Schattenreiter, Mein Begleiter¹.
—Luego le enseño a pronunciar mi nombre. Bueno, si usted es Fer, debe ser muy afortunada, pues el Sr. Pourway no para de hablar de usted.
—¡Cielos! Es extraño saberlo.
—Usted es como... Un amor imposible para él.
—¡Ay, no, por favor!

El rostro de Fer se puso como cuando a Chabelo le preguntaron sobre una joven que presumía ser su hija. Ojos circundantes hacia arriba, mirada de disgusto, sólo que Fer también denotaba algo de nostalgia depresiva en su gesticulación. Shathérynai se preocupó, no quería hacer enfadar a su nueva conocida.

—¿Está todo bien?
—Verá usted. Él y yo tenemos un pasado... delicado en ese ámbito. No me gusta platicar al respecto.
—Ya veo. ¿Fueron novios?
—No.
—¿Entonces?
—Es algo difícil de explicar. La envergadura de esta historia es kilométrica.
—Perdone si insisto. ¿No le importaría si vamos a mi departamento?, preparé galletas para Tdrathládilayev, pero llegará tarde del trabajo.
—¿Eres algo de él?
—Soy su esposa.
—¡Changos! Creí que estaba soltero.
—¿Por qué?
—No me creerá si se lo digo.

Fer le contó a Shathérynai sobre la "guerrilla" en la que su esposo se vio involucrado. El rostro de molestia de Shathérynai no tiene precio, pero se calmó pronto al saber que sólo ayudaba a sus colegas. Aprovechando el momento, Fer contó su historia con Abiatti.

Nos tenemos qué remontar al año 2012. Abiatti, era un adolescente en el cuerpo de un veinteañero, puesto que su desarrollo fue precoz. Con decirles que a los 8 años ya tenía vello facial y una voz engrosada, ni hablar del "peluche en el estuche"². Abiatti era pubescente, en ambos términos. ¿Pubis tiene qué ver con Pubescente? Da igual. Él cursaba la educación secundaria, en la Escuela Mixta 49 "Himno Nacional", ubicada en el Fraccionamiento San Francisco, en Guadalajara, México. Temo que le pusieron ese número a propósito. En fin, Abiatti nunca había experimentado el amor hasta que cursó el primer año de secundaria. Con él, en su salón de clase, estaban también Noé, Vanya, Qubo, Arelly, Slenderkiri, Rebeca y, por supuesto, Fer. Sin embargo, ella no fue la primera dueña de los suspiros de Abiatti, pues él sintió amor por primera vez por culpa de otra de sus compañeras de clase, llamada Esther, sin embargo fracasó rotundamente. Luego estuvo muy enamorado de Fer, pero esto se convertiría justo en el asunto delicado a lo que está última se refiere.

—Ni siquiera éramos nada y me celaba. En aquel entonces me gustaba un chico llamado Gerardo.
—¡Qué terrible!
—Ese día fue... muy triste. Estaban festejando el cumpleaños de todos los que cumplían en junio. Nadie sabía que él (Abiatti) también cumplía años en ese mes. Yo le estaba haciendo un globo a ese crush que solía tener pero, Abiatti lo vio y tuvo un arranque de celos muy... errático. Ese mismo día lo bateé rotundamente, eso lo destrozó por completo. Estuvo muy triste todo el día. Incluso, ese día reforzó su amistad con Noé.
—Me pregunto cómo habrá sido.

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