T3C1: El Causa es la causa.

2 0 0
                                    

Prádylai tendía su cama, después de la maravillosa noche de sexo del día anterior, con su amada Kyatlina. Un juego nuevo de edredones y uno que otro pétalo de clavel hacían que su habitación dejara de ser tan abismal como siempre (pues los anteriormente puestos fueron ensuciados por la conivencia de fluidos). Évve, por su parte, seguía yendo a terapia con Žepherinyo, y las sesiones parecían ir bien, sustancialmente. Abiatti descansaba de Nara, quién disfrutaba su relación con Noé. Vanya conoció a una chica de su misma índole espectral en Tinder 4 Ghosts. A Gabo y a Cema les estaba yendo mal en sus respectivos clubes, y es que, si bien, han hecho goles y aportado asistencias, pero les están dejando todo, cosa que los agota muy rápido. Muchas cosas habían cambiado pero había un factor que nos sigue afectando el tiempo de sueño... Tsháhirzkat.

¡Ay, este cabrón! Tiene a Tarim más oprimido que una ateo gay por el Estado Islámico. Por lo menos, Tsháhirzkat sigue desarrollando su chamba como debe de. Alan ni siquiera había podido ir ya a su casa en las últimas semanas, debiendo de dormir, no más en el cuartillo asignado, sino que, ahora, debía mimir en la sala principal, a ojos de las pilmamas, el portero boquinche y los guaruras fácilmente recriminables. El documento está en su casa y no hay forma de volver. Un pelo afuera de la mansión y los guardias le darán 32 balazos de advertencia.

Una de las misiones de Anaxímenes tras huir de Zwölfmex, y posiblemente de Nosé, es entrar a la base de datos de la Suprema Corte General de la República Parlamentaria de Nosé y eliminar los cargos por los que encerrarían a Tsháhirzkat. Por lo pronto, todo parece ir bien, pues sus compañeros del ICKS lo han dado por desaparecido, y encargó a alguien que le tome fotos a un señor internado parecido a Tsháhirzkat en una clínica del IMSS en Puebla, México y les haga creer que, el estado de salud del señor desconocido, sea el del magnate.

Glímarij Rodríguez Alborán es un peruano que venía a pedirle empleo a Tsháhirzkat. Alan, con la boca seca y olor a sobaco, le dijo susurrando que mejor buscara jale en otro lugar.

—Oe pe, pero e' que necesito el trabajo. Me estoy quedando sin ingresos y debo regresar a Cuzco el próximo año con plata. Estoy re piña.
—Sólo mírame, soy su asistente pero parezco más su puto saco de Box. ¡No quiero que te pase nada! Será mejor que optes por lugares menos... culeros.
—Bueno.
—Mejor ve con Abiatti, en OGT, él sí te emplea.
—¿Qué requisitos pide?
—¿Te graduaste de la universidad?
—Sí, pe. Aquel campus de Ayacucho pasas por a fuerita y sales hasta con especialidad.

Tsháhirzkat los pilló platicando, alzando la voz inmediatamente.

—¿Qué no te dije que no hablaras con nadie en horario laboral?

Glímarij se molestó con Tsháhirzkat por su actitud tan arrogante.

—Oe pe, pero e' que esto es...

Y al más puro estilo del Sr. Burns, Tsháhirzkat activó, por medio de un botón, una compuerta en el suelo, que al abrirse, hizo caer a Glímarij a un calabozo.

—... ¡¡PE CAUSAAAA!! —gritó el peruano mientras caía. Dicha acción duró unos asombrosos 3 segundos. Pero el calabozo estaba acolchado, por lo que su caída no fue riesgosa, mucho menos mortal, y dicho calabozo tenía una puerta de escape. De hecho, había una leyenda en la puerta.

"Sal, pero no le digas a nadie".

Tsháhirzkat, molesto, le preguntó, a todos los empleados de su mansión, el porqué dejaron entrar a una persona, ajena a los que están en la nómina y en busca de empleo, como si nada a las instalaciones de la morada de Gáranikh, y repitiéndoles histéricamente que eso debía ser en CDC, no en su casa. Glímarij, como buen latinoamericano, hizo caso omiso a la sentencia de la puerta y, metros fuera del aposento, llamó a las autoridades, quienes por cierto, le creían realmente poco.

ZwölfmexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora