T1C22: Dilema.

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Mistáhirolz Bizkahizakqú es un hombre viejo, no tiene familia y lo único por lo que vive es por las herencias de su bisabuelo y su tatarabuelo, llamados del mismo nombre. Tiene 85 años y hace lo posible por estar saludable. Es un hombre sabio y a pesar de su avanzada edad, da clases de historia sólo 2 días a la semana en el campus Calzada Mistáhirolz Bizkahizakqú perteneciente a la Universidad de San Petexio. No, él no es epónimo de la calle, es su tatarabuelo, un hombre histórico para la nación Noséana y para la zona metropolitana de Cawerpearlt. A parte de ser profe, tiene otro trabajo interesante que veremos más adelante.

Sin entrar en detalles, Mistáhirolz estaba descansado en su casa, pues había salido a trotar. Miraba su programa favorito, "Cinismo de pH Bajo". Le gusta mucho la comedia, aunque cualquier programa sobre historia no lo pasa desapercibido, pues nunca se deja de aprender. Observaba una de las escenas más hilarantes nunca antes vistas en el programa.

Era Xu Wang, metido en su personaje, el señor Deksaker (que en inglés suena a Dick Sucker) y luego de estar discutiendo con una niña, finalmente pierde los estribos y comienza a insultarla, pero sus palabras estaban mal pronuncias.

"¡Eres una hipa de juta!", "Malpadira", "Espútida".

Pero cuando la niña le hizo ver lo tonto se veía, el Sr. Deksaker de la nada, e inesperadamente, gritó: "¡OH DIOS MÍO, NECESITO PENE!".

Mistáhirolz empezó a reír. Tanto que se le fue el aire, y cayó desmayado. Afortunadamente, él tiene una pulsera que monitorea sus signos vitales, y le avisa a alguien que tenga la app oficial en su celular vinculado a la pulsera del paciente, para que esté sea atendido de inmediato o en su defecto, mande a otra persona.

Évverimkjai Izhnyeva, una de sus ex alumnas, se ofreció a cuidarlo cuando su único hijo (quien no pudo dejar descendencia) falleció, hace ya 5 años. Hablo de Návidai Bizkahizakqú Iktoluemz, procreado por Mistáhirolz cuando acababa de cumplir 52 años, edad a la que se casó, por única vez, con Yevarikh Iktoluemz, su amiga de la infancia y quien fallecería solo 3 años después de haberse casado.

La respuesta de Évverimkjai fue rápida y eficaz. Sin embargo empezó a cuestionarse sobre qué ha estado haciendo de su vida. 36 años, nunca ha conocido el amor, A pesar de su título universitario en Antropología, no ha ejercido por desidia, y trabaja vendiendo cosméticos por catálogo. Ella mira a Mistáhirolz con mucha ternura, pues nunca supo lo que era tener abuelos, pero a veces, por más cariño que le tuviera, deseaba llevarlo a un asilo, para tener más tiempo y finalmente ejercer y casarse. Aquí el detalle más curioso. Sabemos que Mistáhirolz tiene un físico anormal para su edad, entonces... ¿Por qué debe ser cuidado por Évverimkjai? Bueno, aquí la respuesta: El señor Bizkahizakqú desde los 60 años sufre de apnea de sueño, por lo que al dormir, Izhnyeva debe monitorear su respiración, circulación sanguínea y otras cosas. A Évverimkjai no le molesta, pero considera que si no tuviera qué hacerlo, todo sería mejor.

Ahora vamos con Amerkeyev, ha mejorado bastante, pero según las órdenes de la doctora María José Izovarova, debe permanecer 2 semanas en el hospital y, una vez dado de alta, reposo absoluto por un mes más. Un equipo de médicos expertos lo visitará periódicamente para una evaluación exhaustiva. Ha pasado una semana de las dos en el hospital, es visitado por su mamá, Ankara Tvájikh.

  —¡Mamá! ¡Qué sorpresa!
  —¿Cómo vas, hijo? Veo que has mejorado bastante.
  —¡Mucho mejor! Aunque a veces siento que un elefante me oprime el pecho.
  —Es comprensible.
  —¡Gracias por visitarme desde Tchgaykú⁴! Me hacía falta verte.
  —Todo sea por ti. ¿Dónde está Tdrathládilayev?
  —Es su día libre.
  —¿Del trabajo?
  —No, de cuidarme.
  —¡Ah, chispiajos! ¿Te cuida todos los días?
  —El primer día me visitó hasta 3 veces y andaba todo desvelado. Le debo una muy grande.
  —¡Cielos! Oye, te traje algo de Tchgaykú.
  —¿Makjulenta?¹
  —¡Si!
  —La Makjulenta de Tchgaykú es única en su especie. ¡Gracias!
  —No es nada, Amerkeyev.
  —¿Visitarás a Tdrathládilayev?
  —Sí, hijo. ¿Sigue viviendo donde mismo?
  —No. Tuvo problemas con su esposa. Se fue a vivir a un centro comunitario.
  —¡Por Neptuno! ¿Y luego?
  —No quiso volver a su casa. Ya ves que te platiqué que anduvo viviendo conmigo... Pues... Se quedó otro día, pero me accidenté y en lo que estoy acá no tiene caso que siga en mi casa. Intentó volver a su casa pero le agarró la depresión y cuando volvió a mi casa, Lindsay lo corrió.
  —¿De verdad?
  —Sí. Pero yo la voy a correr a ella. Me voy a divorciar.
  —Necesitas explicarme eso muy a fondo.
  —¡Simple! Se enamoró de otro, aunque según otras fuentes, está enamorada de esa persona desde antes de conocerme.
  —¡Válgame! Lo siento mucho, hijito.
  —No te preocupes, no importa realmente.
  —¿Seguro?
  —Claro.

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