T3C7: Utópicamente Posible.

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24 de Agosto de 2040. El día recibió a los zwölfmexinos, cawerpearltenses, sampetexinos y navidaienses con una agradable llovizna matutina que bajaba del cielo como mis dedos por el rostro de mi querida Magda. Con un alba clareando todo a su paso, aderezando la vista con algo de niebla y un lindo rocío, las calles retiemblan ante ese característico eco que es identidad inmarcesible del frío, acariciando cada vez mejor las orejas de todos, como una suave sinfonía, a su vez dejando helados tanto lóbulos como narices. Apapachado por el clima, tenemos a Alan Tarim y un quinteto de Jarkarianos, que se encontraban degustando unos paninis, en una de las mesas del comedor de la cafetería de OGT.

—¡Me habló feo hoy! ¡Se tomó el atrevimiento de siquiera dirigirme la palabra! Melina renunció y no hay más gente que tome su lugar.
—Lamentamos su situación, señor Tarim. —dijo Papvoloutróbulous A, condolente.
—Sí. Esperemos que las cosas mejoren. —añadió Papvoloutróbulous P.
—¡Créanme que... ! —limpió Tarim la mayonesa de sus labios. —... Si se vuelve a pasar de listo... —pasó. —¡Me va a valer madres y le voy a partir la cara!
—Señor Tarim, estamos en contra de cualquier uso de la fuerza a razón de violencia. —dijo Papvoloutróbulous T.
—No obstante, estamos de acuerdo en que lo haga, para que su alma descanse de tanta furia resguardada. —completó Papvoloutróbulous Ə.

Los terribles flashbacks de abuso que sufrió Tarim durante todo este tiempo empezaban a calentarle la cabeza de maneras que no podía pasar por alto. No obstante, evitó molestarse, y es que la última vez que se enojó mucho, después de su salida del hospital, le dio un dolor punzante en el flanco derecho de su pequeño abdomen. Podrían ser cálculos biliares, o algo así.

De repente, los entes de Jarkarian y el señor Tarim, notaron que ya no había nadie en los comedores anejos. Las preguntas inundaban las 6 mentes, pero, al salir del lugar, se respondieron sólos.

Había una toma de las instalaciones de parte de todos los empleados de OGT, así como de Comutep, OPENDEJ, y exempleados de las mismas nóminas. El tumulto era colosal, parecía el festival Woodstock pero repleta de gente encabronada. Al parecer, ocurrió un error en el cobro de la nómina de todos los empleados y exempleados, desembocando en que nadie haya recibido su sueldo desde hace ya 2 semanas. Gramyov, a través de una representante, informó que el problema ya se encontraba siendo resuelto, y así era, pero volvió a suceder antes de solucionarlo, y no sabe nadie qué sucede.

Abiatti a penas estaba llegando a OGT, pero primero se detuvo en un OXXO para comprar algún bocadillo o bebida. Al momento de querer pagar, en algo así como 3 intentos, la tarjeta de crédito de Pourway no pasó. Probó con otras 2 y ocurrió lo mismo. Sólo tenía 3 billetes de medio Shepsa y las cajas no tenían suficiente cambio. Se avergonzó bastante, y en pocos minutos, recibió una llamada de su banco.

—¿Aló? ¿Me comunico con el señor Abiatti Pourway?
—¿De parte de quién, oiga?
—Soy la licenciada Kanak Alumavéish, de parte del Banco Nacional de Nosé.
—¡Qué bueno que llama! Fíjese que...
—Le informo que, lamentablemente, a petición del gobierno de la República Parlamentaria de Nosé, así como el gobierno del Estado de José Vasconcelos, el gobierno Municipal de Zwölfmex y el Instituto Nacional Tributario, sus cuentas han sido temporalmente congeladas.
—¿Ah sí? Ya veo.
—Y un colectivo anónimo informó a este, su banco, que será demandado por Fraude, con agravante de Evasión de Pagos Salariales Interempresariales.
—Oh... ¡Oh no! ¡El Kalinko se iba a encargar de eso!
—¡Qué tenga un buen día!

Cuando Abiatti colgó, la señorita Alumavéish, hija de un ex trabajador aún no indemnizado de de OPENDEJ, giró su cabeza y comentó a su padre que...

—...Se tragó el cuento de la demanda, papá. —rió Kanak cubriéndose los dientes.
—¡Haha! Excelente, cariño.

La gente dentro de la sucursal se devoraba al señor Pourway con su juicio individual. No podía creer que sus problemas económicos empresariales empezarían a afectar de lleno su economía personal. Al llegar a OGT, debía hacerlo por la puerta trasera. Llegando a su oficina central, debía hacer un plan urgentemente con Fender y Pyotr. A Pourway se le estaba viniendo la noche... Aunque era de mañana.

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