T3C16: CK Champers Vs Mázklen Spórtif

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El instante en que las alas de un lepidóptero despegan recién rota la crisálida, marca el final de una minúscula niñez que al volar, libar y revolar, inminencian un final que, inconsistente de consciencia, afecta tan sólo a los números de un ecosistema, ¿No? Empero, traduciendo lo dicho a individuos humanos, entonces hablamos de afectaciones a los allegados, a los laburos, a todo lugar en el que este sujeto haya dejado huella. Por supuesto, la importancia de un lepidóptero es exponencialmente mayor, y la del ser humano sólo es grande cuando este mismo lo presume con orgullo y aberrante alevosía.

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Iris Dellice platicaba con su hermana sobre la situación de Abiatti Pourway, provocando que Amir se sintiera desagradada por lo que pudiese ocurrir entre ellos a costa de la razón principal de la charla.

—Es que me encanta, créeme. Pero yo quiero ser madre. Sus genes parecen ser fuertes. Tener hijos con él significaría forjar grandes especímenes.
—Iris, escucha. Yo no desearía ver que llegues a vieja sin lograr tu sueño de ser mamá. Por más buenos detalles que tenga él, su esterilidad lo convierte en automático en un nada. Deberías de dejarlo y buscar otras opciones.
—No puedo... No quiero hacerle daño.
—No llevan mucho tiempo de relación. Habla de eso con él. Dile que no puedes seguir.
—Oh... Es que... No estoy segura. Temo mucho por él. Me confesó que hacía mucho tiempo que no sentía una conexión tan profunda con alguien.
—¿Y sabes si es cierto?
—Yo confío en él. No deseo lastimarle. Es un ángel.
—Como sea. Si algo sucede aquí estaré.
—Gracias, pero no creo que pueda suceder algo de cuidado.
—Todos hemos pensado eso alguna vez y sucedió todo lo contrario.
—Ah. En fin. Debo irme, saldré con él hoy mismo.
—Vale, te me cuidas.
—¿Estás molesta?
—Sí, pero no contigo.
—¿Con él?
—No. Ayer perdió el Rosezet FC el partido por el tercer lugar contra Lastfisch.
—Agh, ya. Adiós.

Siguiendo su caminar desde su casa hasta la de Pourway, escuchaba las dulces notas de las obras de Mendelssohn a través de sus auriculares. Sentía algo pesadas las palabras de su hermana, pero se convenció de que ella tan sólo desea cuidarla. Las hermanas Dellice son huérfanas a causa de un terrible accidente en un ferry, en septiembre de 2009, que costó la vida de 44 personas, incluyendo a Klara Banzai y a Cheneq Dellice. Un error de cálculo provocó una colisión con un buque de mercancía, generando un aplastamiento del costado izquierdo del ferry. Muchos de los sobrevivientes terminaron mal de alguna forma, ya sea con secuelas físicas o mentales. Las entonces pequeñas hermanas Dellice fueron protegidas en todo momento por un capitán, Luku Cheráji, quien las resguardó en un pequeño búnker, ubicado cerca de la proa y en el costado contrario al siniestro.

Iris llegó emocionada al 701 de la planta baja, pero esto disminuiría de golpe, pues terminó encontrándose con un Abiatti Pourway nunca antes visto por sus ojos marrones.

—¡Ah! —bostezó Pourway quitándose las lagañas.
—¿Te acabas de despertar?
—Sí. Disculpa. Ayer hubo una gran fiesta en casa de un conocido de mi primo. Acabó algo temprano pero la seguí aquí en casa con unos camaradas.
—Lindo... Mameluco. —dijo Iris, sin quitar la mirada del atuendo para dormir de su novio.
—Me mantiene cómodo y tibiecito.
—Es bastante raro mirar un tipo de cuarenta y algo usando eso.
—Sé que no vienes a juzgarme. ¿Qué quieres hacer primero?
—No lo sé. Quítate eso, o no podré tomarte en serio.
—Dame 1 minuto.
—¡Oye! —gritó Dellice mirando al suelo.
—¿Qué sucede?
—¿Quién es el que está en el piso?
—Ah... No sé. Pero le dije que podía quedarse hasta recuperar consciencia.
—¡¿Ni siquiera lo conoces y lo dejaste quedarse?!
—Así pasa cuando sucede.
—Y, déjame adivinar... ¡Estás crudo!
—No bebo, cariño.
—¿Entonces qué es ese olor a loquito del centro?
—Debe ser la alfombra. Creo que Tlibirzkóeye se guacareó.
—¡Mira nada más!

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