Domingo 23 de Abril de 2041. La mañana venía precipitada, tanto literal como metafóricamente. El sol no brillaba tanto como el día anterior, parecía haber más sombra que claridad. Los pasillos del club parecían oscurecidos, por lo que el encargado de videovigilancia se apresuró a encender las luces. Una tormenta imperante se aprestaba para dejar eyectar sus copiosas lanzas de agua fría, y puede que algo de granizo, actividad eléctrica, y hasta ventarrones katrinescos. Ante todo eso, el día cursaba generalmente tranquilo... excepto para el buen Tlibirzkóeye, quien caminaba truculento por el pasillo norte del piso 3. Venía bebiendo un Amper y una tableta de cafiaspirina. Al llegar al final del pasillo, de entre las escaleras de emergencia y un cuarto de aseo, vio moverse algo. La respiración del director de recursos humanos se volvía cada vez más apresurada. Tras virarse rápido hacia donde escuchó el sonido, logró ver al ente que, según él, lo acechaba como batracio a una inocente xifea. El ente tenía figura de una mujer que parecía tener a un bebé en brazos. El paranoico de Tlib comenzó a desvariar.
—¡No mames! ¡Un fantasma! ¡Un espectro!
Comenzó a hiperventilarse, bebió su Amper como si fuera shot de mezcal con gusano, sacó su carterita de cafiaspirinas y se las aventó todas, para pasárselas secas, valiéndose de su saliva y la secreción orofaríngea, aguantándose el amargor farmacológico. En segundos cayó al piso por la sobredosis, aún con signos vitales, pero bastante alterados, y se golpeó la chompa con la esquinita de una maceta que contenía una linda diffenbachia. En eso iba pasando Noé, tomado de la mano con Esli, avistando al hombre, recostado, en posición de Peter Griffin, con sangre en su cabeza y espuma saliente de sus fauces.
—¡Oh, Tlibirzkóeye! ¿Otra vez? —exclamó Noé.
El gran amigo de Vanya y de Pourway lo recogió del suelo cuidadosamente. Ambos lo llevaron a su casa y cuidaron de él hasta mostrar signos de mejora en su estado alerta y de salud.
Abiatti despertaba, bostezaba, se re-estiraba y rascaba su cabeza. La casa de su primo estaba vacía. No paraba de pensar en lo que trataron durante la noche, antes de dormir. Como encargo de su primo, el peliverde trató de comunicarse con su hermana, Yeret, para decirle todo al respecto, pero su celular estaba descargado, así que ahora tenía qué ir a visitarla. Después de levantarse, salir, cerrar con clave NIP, y empezar a dirigirse al departamento de su hermana, Abiatti empezó a sentir una molestia inusual en su abdomen. Al tocarse la zona de la molestia, notó que había sangre en sus dedos. Una de sus suturas, aún sin cicatrizar bien, se había abierto. Alarmado, fue primero a la casa de Cema, pero fue recibido por Tipton Kuleni.
—No está, Pourway.
—¡Pero lo necesito!... ¿Qué haces aquí?
—Me gusta la hija de tu primo.
—¡Ya quisieras!
—¿Xu Wang?
—¡No me vengas con eso!
—Ya ni he podido visitar a Feng Li porque la estorbosa de su señora no deja de hablarme en lenguaje pasivo agresivo, implícito y un tanto indirecto para darme a entender que quiere que yo me largue. Eso me orilló a que terminara con ella, y... Mi nuevo interés amoroso es Naomi.
—¿Sí sabes que está comprometida?
—¿En serio?
—¿Al menos has visto el anillo que tiene en su mano diestra?
—Hmmm... Ni lo vi bien. Creí que era un mezquino.
—¡Como sea! ¿Sabes a dónde fue Enfi¹?
—No, señor Pourway.
—¿Y los niños de Cema?
—Están con Polly.
—¿Estás sólo con Naomi?
—Sí. Jugábamos con su consola de Nintendo Wii... ¡Maldita sea! Ahora perdí el interés y creo que debería de volver con Feng Li.
—Chamaco menso.
—¡Te estoy ayudando!
—¡Bueno! ¿Ya tienes quién es quien me puso mis balazos e hizo volar mi casa?
—Eso último no lo sabía... ¿Cómo fue que sucedió?
—Desearía saberlo. Por suerte acababa de salir de casa cuando sucedió, sino, ahí quedo. Será mejor que anotes lo que te voy a contar sobre lo de ayer.Mientras Abiatti contaba cada detalle sobre lo acontecido la noche anterior, Naomi salió del cuarto de su padre, en donde estaba la consola, y le indicó a su tío sobre el lugar al que su padre fue. Asimismo, aprovechó para colocarle gasas y vendajes provisionales. Una vez terminada la charla entre el pequeño Tipton y el señor Pourway, éste se dirigió a la morada de su hermana.
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Zwölfmex
Humor¿Te gustan los finales non sequitur? A nosotros tampoco. Prepárate para las divertidas, algo extrañas y a veces románticas aventuras de un cuarentón soltero al llegar, con sus primos y su hermana, a la capital de un país hasta ahora desconocido. Pas...