T3C10: Pizza > Xanax

5 0 0
                                    

Klóman "Chutney" Zahar es el nombre de aquel tipo prácticamente ebrio que logró salir del estadio y entrar de nueva cuenta al inmueble. Su hazaña fue icónica, puesto que, tras la desaparición del quiste de Papvoloutróbulous I, esto fue lo segundo que estuvo en boca de todos. No obstante, los dueños del estadio Nemesio Hígado estaban muy molestos, pues ellos no estaban enterados de que existe algún lugar por dónde se colen los aficionados. Para suerte de ellos, pareciera ser que Chutney es la única persona que sabe cómo colarse... ¿O no?

Gabo y su esposa Angéllika discutían sobre cosas un tanto... serias.

—Te he notado indiferente ante las cosas previamente suscitadas. ¿Quién me repondrá mi E-34?
—Lo siento, hace poco salió mal uno de mis negocios. Tendré qué buscar un empleo diferente al de ser futbolista y llevarlos a cabo al mismo tiempo.
—¿Eso qué tiene qué ver?
—De ahí saco dinero...
—¡Pero ni siquiera vivimos al día!
—Ángel... Veo que tienes la belleza como una gran prioridad.
—¡No!
—Sí, pero mira... ¡Eres bella como sea! ¡No necesitas maquillaje o algo... !
—Gabo... Ah. Creo que es momento de que lo sepas.
—¿Saber qué? Dime.
—Es que... Todo este tiempo no había querido decirte mi edad real porque...
—Tienes mi edad, ¿Qué hay de malo en eso?
—No.
—¿No? ¿De qué rayos hablas?
—El E-34, creado por Fréinztek, es la forma indispensable en la cuál mi piel luce jóven. Pero en realidad yo...
—¡Deja de darle vueltas y dímelo ya!
—Gabo, soy 25 años mayor que tú.
—¿25? Me estás diciendo que cuando nos casamos tenías 52 y no 28.
—Sí.

A Gabozaki le daba vueltas todo, fue una revelación un tanto difícil de procesar. No estaba molesto, sino muy intrigado.

—¿Cuántos años llevas poniéndote esa cosa? ¿De dónde has sacado tanto dinero para comprarla? Te sigues viendo de 28. ¡Digo! De 52.
—Honestamente, al ser una prueba de invento reciente, y antes de la patente, Fréinztek me la regalaba. Era barata, hasta que quedó en el registro de patentes nacionales. Entonces su precio se infló por los cielos. Y al no necesitar mucho de ese ungüento para verme joven y radiante, llegué a acumular hasta 20 frascos, de cuando costaban a penas 2 setis. César Jr se acabó el último, y no llevaba ni la mitad. Entiendo que no puedas costear mi crema, pero eso de ponerte rejego ya es mucho.
—Ángel mío, no puedes detener el envejecimiento. Incluso si estuvieras manchada y llena de arrugas, verrugas, máculas, pápulas, vesículas y pústulas, yo te seguiría amando.
—Pero verme bien es importantísimo para mí. Entiende eso, por favor.
—Hace no mucho acababas de negar ese punto.
—¿Qué tienes qué decirme al respecto, entonces?
—Cariño, a mis... ¿qué serán?... 18, y hasta los veintitantos años, yo era una albóndiga con patas. Mi autoestima estaba por los suelos y no tenía ningún tipo de chance de conseguir siquiera una cita. De repente, me di cuenta que todos mis primos, excepto Abiatti, comenzaban a casarse, tener hijos, y yo me quedé atrás, resignado. Y para acabarla de joder, casi después de eso, me diagnosticaron diabetes tipo 2 y fue ahí cuando supe que tenía que actuar. Fue entonces que comencé a hacer ejercicio. Tanto, es decir, demasiado, que incluso podría decirse que me volví vigoréxico. A lo que voy es que, de qué sirve verte bien, si no vas a estar bien contigo misma.
—Oh, yo estoy muy bien conmigo misma.
—Pues, A veces, lo que te hace ver bien, es lo que en realidad te está matando.

Angéllika hizo una pausa breve, y ahora su cara estaba impregnada de desasosiego.

—¿Crees que el e-34 me esté llevando a la tumba?
—Cariño, ¡Ayer leí un artículo sobre el Espécimen 34!
—¿De El Deforma Nosé¹?
—¡Un artículo científico avalado por la Universidad De Cawerpearlt, la Universidad del Desierto de Champers, el Instituto Nacional Universitario de Nosé y el Instituto Politécnico Nacional de México!
—¡Qué casualidad! ¿Y qué es lo que dice tal artículo?

ZwölfmexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora