T3C20: ¡No Más Porno!

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Feng Li disfrutaba de su té, aún algo achicopalada por su reciente ruptura con el nieto del gran Tamarov. Ella observaba con atención desde la ventana del lado este del club, que daba hacia la calle Etiopía, mirando a los autos llegando al pequeño estacionamiento de al lado, antes de uno de los accesos al bosque de San Petexio. Ella estaba tranquila pero no quería volver a la escuela, en un par de días, pues inevitablemente tendría qué mirarle las jetas a Kuleni. El tenesmo miccional se hizo presente, y se separó de la finestra para llegar al sanitario, pero este estaba cerrado, con seguro. Fue necesario golpear la puerta, pues el tenesmo se intensificaba conforme pasaban los segundos. La espera dejaba de ser calmada, y Feng Li comenzaba a bailotear, transpirante y temblorosa. La línea entre perder la cordura o perder el control del esfínter uretral era aguzada como un enlace de carbono y frágil como un revendedor de Costco Wholesale.

Tras varios minutos de golpes y gritos, Xu Wang salió del interior del váter, también sudado, pero con los pómulos bermejos y con un rostro que denotaba satisfacción total. Al principio, su hermana no tomó en cuenta lo previsto, pues ella sólo quería mear. Se sentó en el excusado, e hizo lo suyo, sintiendo liberarse de un aprieto, hasta sonaba el himno de la alegría en su mente. No obstante, la estancia en el excusado cambió radicalmente al percatarse de un aroma desconocido, que entraba a sus bulbos olfatorios como un potencial trauma sensorial. Al terminar sus asuntos fisiológicos, Feng Li salió a cuestionar a su hermano.

—¡Xu Wang! ¿Qué rayos estuviste haciendo en el baño si... —inspiró profundamente. —... ni siquiera hiciste caca o te bañaste?
—A veces, los hombres necesitamos nuestros cinco minutos Milky Way.
—¡Eso no huele a chocolate! ¡Huele como a pescado con Cloralex! ¡A parte no fueron 5 minutos! ¡Fue más!
—Si supieras algo de inglés, te darías cuenta del significado implícito.
—¡Sé más inglés que tú, son of a bitch!
—Entonces, el lenguaje que no hablas es el del doble sentido.
—¡Posiblemente!

Feng Li salió de su casa para ir al mercado. Decidió que debían de dejar de pedir comida y comenzar a preparar la suya de nuevo. Al consumarse su ausencia, Xu Wang sacó su teléfono móvil y se metió a una página de contenido explícito. En segundos, el onanismo era una realidad, nuevamente.

Abiatti despertaba, algo tarde. No se imaginó el poder descansar a pesar de que el espacio de su cama era invadido por alguien, siendo en este caso, Iris Dellice. Ambos son muy territoriales, por lo que ni de chiste durmieron abrazados. Tras pararse a lavarse los dientes, volvió a la cama, y en esto, Iris despertó. En cuanto lo miró a los ojos, se echó a llorar.

—¿Qué pasa?
—¡Lo siento tanto! *Sniff, sniff*.
—¡Oh! ¿Por qué?
—¡No te merezco, bebé!
—No te sientas mal. ¿Salimos a desayunar?

El llanto de Iris cesó abruptamente.

—Buena idea. Mi amiga Prádylai solía llevarme a una menudería, y todo lo que dan allí sabe excelente. ¿Vamos?
—Oye, yo conozco a Prádylai.
—Dejé de hablarle.
—¿Por qué?
—Me estaba tirando los perros y yo me sentía incómoda. Y más aún, porque ella ya andaba con Kyatlina para entonces.
—Vaya... Y no eres lesbiana, por lo que veo.
—¡Claro que no, wey! De ser así, ni te hubiera hecho caso.
—Ah, pos sí.
—Vayamos ya. Te digo por dónde está. Llegamos caminando.
—Te pusiste muy animada de repente.
—¡Es que me mama el menudo!

La pareja salió a la calle, tomados de la mano. La mañana se ponía algo nublada y una pequeña gota de agua fría caía esporádicamente desde el cielo. A lo lejos, Pourway miró, apenas de reojo, a Aubrey Jajanov, quien estaba discutiendo con Yolland.

—¡No! ¡Me niego a afectar al señor Pourway! ¡Es el tío de mi colega, Elaine! ¡Ni lo sueñen!
—Aún no te hablamos del mero beneficio.

Yolland sacó diez billetes de 1 shepsa de uno de sus bolsillos.

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