T1C18: Tensión.

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Tras la ajetreada noche, Abiatti despertó... tarde. Eran las 11:45 de la mañana. ¡Por favor! Abiatti sabe que se ha dormido más tarde y levantado a unas decentes 9:00 horas. Por lo menos no tiene qué ir a trabajar... Aunque, ahora, en realidad sí tiene muchas cosas qué hacer.

Quedó de verse con su hermana para buscar un buen local y empezar a trabajar en él, de modo que dicho lugar esté listo para el siguiente mes y empiece a recibir gente. Según las exigencias de Yeret, el lugar debe ser amplio, con una planta baja y un piso, en una zona concéntrica y que quede cerca de un sitio de interés público de muchas visitas al día. En toda la ciudad, el área metropolitana de Cawerpearlt, hay demasiados sitios de este tipo, por lo que Yeret se dedicó a enlistar los lugares más visitados.

1.- Hospital General "Uzhnar Kanuzhov" (Cawerpearlt).
2.- Plaza Periponte (Cawerpearlt).
3.- Plaza 12mex (Zwölfmex)
4.- Estadio Nemesio Hígado (Zwölfmex)
5.- Bosque de San Petexio (San Petexio)

Luego de pensarlo detenidamente, ambos concluyeron que, para mayor comodidad, instalarán el híbrido entre un centro botanero y un ciber justo en frente del Estadio, pues, queda también prácticamente en frente del Club Tarwenüng. Ahora sólo faltaba ver un local propicio para la generación de plata.

Mientras tanto, bueno, tenemos al pobre Tdrathládilayev. No pudo pegar los ojos. Su mente le daba a conocer a sí mismo los peores escenarios. A su vez, era inevitable recordar esa sonrisa tan bella e indeleble que sólo Shathérynai podía tener, y todos los bellos recuerdos adjuntos al sonar de su suave risa, así como el día en que se conocieron, la vez en que decidieron ser novios, su primera vez, la boda y su luna de miel. En fin, no voy a negar que yo estaría igual de abatido... O peor. Definitivamente es algo por lo que muchos de nosotros, de verdad, no queremos pasar.

Mientras Amerkeyev preparaba el desayuno, llegaba a casa Lindsay Gómez. Cabe mencionar que la casa de Amer y Lindsay es en verdad enorme. El aceite saltaba de la sartén, uniforme y constantemente, y el poste de la tetera sollozaba al unísono con Tdrathládilayev. Lindsay se sentó a un lado de éste último para platicar.

  —¡Qué hay, Tdrath!
  —Hola, Lindsay.
  —¡Cuánto tiempo!
  —Sí.
  —¿Qué te trae por acá?
  —No quiero volver a casa, Lindsay.
  —¿Qué pasó?
  —No quiero recordarlo.
  —Su esposa le fue infiel —Dijo Amerkeyev mientras batía unas yemas.
  —¡Gracias por recordarlo, hermano! —Replicó Tdrathládilayev.
  —¡Oh, Tdrathly! ¡Lo siento mucho!
  —Ya lo veía venir.
  —¿De veras?
  —Sabía que estaba interesada en alguien, pero me enteré de la peor forma.
  —¿Ah, sí? ¿Cómo?
  —Dejó su móvil encendido. Estaba mensajeándose con un tal Cripstek Mavluffen. Eran... mensajes sumamente sugerentes. Ella envió una foto de sus... pechos. No vi más, no quise ver más porque... ¡No pude!
  —¡Cielos!
  —Y justo al día siguiente, le permito ir a una fiesta pero yo no sabía que a esa fiesta también estaba asistiendo Cripstek.
  —¿Los viste besarse?
  —Eso quisiera...
  —¡Se metieron a un cuarto a tener sexo! —Añadió Héllay en voz alta.
  —¡No tienes remedio, Hélly-Jelly! —Respingó Tdrathládilayev— ¡Sí, Lindsay! Eso fue lo que pasó. Los encontraron teniendo sexo.
  —Lo lamento mucho, Tdrathly. No sabía lo que pasabas.
  —En fin, ella está en mi casa, quiero suponer, yo estoy aquí, esperando algo peor... Realmente no puedo hacer nada.
  —Te ves muy mal, muy desmotivado.
  —Ni que lo digas, Lindsay. Aunque debo de admitir que me dio mucho gusto verte de nuevo.
  —Y a mí me da cosa que lo digas así, tan inexpresivo. Tú eras alegre. ¡Vamos! Trata de alegrarte. ¡Regálame una sonrisa!
  —¡Lindsay! —gritó Amerkeyev, algo molesto.
  —¿Qué sucede, amor?
  —¿Realmente crees que sea buena idea pedirle que se alegre? ¿No te das cuenta?
  —Perdón, amor.
  —No te preocupes, Lindsay. Tal vez haya algo que me haga sentir mejor —Tdrathládilayev estaba tratando de ser optimista.
  —¿Realmente lo crees?
  —No... Me siento miserable. ¿Les importa si salgo un poco?
  —¡Quédate aquí, Tdrath!
  —Quiero estar sólo, Lindsay.
  —Déjalo, linda, esperemos que todo mejore —Mencionó Amerkeyev.
  —¡Qué optimista eres! Ni siquiera te has puesto en mi lugar. Sólo déjenme salir un rato.
  —¡Vale, hermano! No vayas a cometer una locura.
  —¿Por quién me tomas? Estaré bien... Claro, de salud física.
  —¿Estaremos en contacto?
  —¡Sólo estaré sentado en la maldita acera de la calle! Vigílenme si así lo desean.
  —Lo siento mucho, hermano.
  —¡Adiós!

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