T2C15: Super Noé.

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          De una manera un poco extraña y brillantemente intuitiva, Noé decidió ir hacia una pequeña cueva casi al final del acantilado. Olía a epífitas y a guano de aves rapaces. Escuchó el grito creciente de un Cema que aún jaloneaba el cable, como todo un desesperado. Su caída no era directa, pero definitivamente era inevitable.

Cuando Cema, cayendo lentamente pero sin posibilidad de detenerse, pasó donde Gabo y Abiatti, comenzó a gritarles como un loco.

—¡¡Gabo!! ¡Saca el gran trampolín! ¡Por favor! ¡¡Rápido!! ¡No quiero morir de ésta forma!

Pero su hermano, concentrado en lo suyo, lo veía mientras caía, de una manera indiferente. Sólo se molestó en decirle "Estoy aquí, ¿Qué más puedo hacer?". Abiatti, de hecho, lo regañó.

—¡Te dije que hicieras bien tu equipo de protección!

De pronto, en el suelo, aparecieron Yeret, Eli y Joqī, con un enorme trampolín viejo que sacaron de entre las malezas.

—¡No te preocupes, Cema! ¡Eli, Joqī y yo estamos trabajando para darte impulso hacia arriba!

Cema miró hacia abajo, y no pudo evitar pensar en el mal estado de dicho objeto.

—¡Espera! ¿No es ese el viejo pinche trampolín? ¡No es seguro!
—¡No hay de qué preocuparse, Cema!, ¡Lo reparamos con cinta Diurex¹!
—¡¡¿Qué?!!

Cema continuaba cayendo, y sólo escuchaba de lejos a los hermanos preparando ese trampolín para salvarlo mediante algún efecto de rebote. "¡Rápido!", "¡Vamos!", "¡Extiéndelo!". No obstante, pasaba el tiempo —cosa que me terminó afectando, pues tenía una cena con mi esposa, a la que llegué tarde— y Cema dejó de ser avistado. Los 3 hermanos comenzaban a preocuparse por su primo.

—¿Dónde cachuchas está Kazmo? —preguntó Eli, aún mirando a dónde quiera que viese.
—¡Qué sé yo! —respondió Joqī, también mirando todo a su alrededor.

Pero a tan sólo segundos de buscar con la mirada, y a escasos metros del suelo, lo vieron colgando de lo que parecía ser una rama gruesa. No, esperen. No es una rama gruesa. Es un brazo, uno musculado y fuerte. Los hermanos estaban estupefactos, y más Cema, quién pendía literalmente de sus calzones, en posición de calzón chino. —de hecho, siento que necesito unos calzones igual de resistentes que esos—. Tras observar bien, se percataron que el brazo era de Noé, quien, de una inusual manera, detuvo la caída casi libre del pobre César Kazmo "Cemanol" Cruz.

Alek le gritaba a Cema "¡Bájate!". Y, por supuesto que no estaba en sus facultades realizar tal acción por lo que le gritó "¡Bájame!" a Noé. Por cierto, Cemanol aún no se daba cuenta que el señor Barba era quien lo estaba sujetando. Finalmente lo dejó caer, y Cema resultó ileso pero un poco aturdido. Gabo, a lo lejos, gritó. "¡Me hubiera quedado sin hermano de no ser por Super Noé!". Xu Wang gritó a lo lejos "¡Debe ser por Dog Chow!"². Cema, en el vecindario del desfallecimiento, miró a Noé, quien aún se encontraba en la cueva, y vitoreó, casi arrastrando las palabras, "¡Sí, Super Noé!". Y finalmente quedó inconsciente en el suelo. Se le volvió a bajar el azúcar, ya saben.

Noé se acercó con Abiatti y con Gabo, mientras estos ayudaban a Cemanol a pararse.

—Yo vi a Xu Wang haciendo averías en el equipo de protección para escaladores. ¡Está haciendo de las suyas otra vez! —delató Noé, mientras se sobaba las manos.

Gabo, de inmediato, miró a Abiatti, demasiado molesto, como si su vesícula biliar estuviera a punto de formar un cálculo. De por sí, nunca estuvo convencido de que Abiatti completara la adopción de los hermanos chinos.

—¡Oh! ¡Ya vamos a empezar otra vez! —dijo Abiatti mientras Gabo se volteaba, cruzado de brazos.

Gabo, con una gran molestia, se acercó violentamente con Abiatti, lo señaló casi metiéndole el dedo a la nariz.

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