Abiatti dejaba la escena, se dirigió a una parada de autobús cercana en lugar de ir hacia el auto de Gabo. Cema sólo lo miraba alejarse, junto con los dos chicos, con suma confusión. La drástica decisión de Abiatti conmocionó sin duda a sus primos. De hecho, Gabo se apresuró por darle la noticia a Yeret, pues claramente la decisión de Abiatti es tan contrastante como el haber incluido armas reales hace días en la también drástica pelea por el amor de Marysixx, quien prácticamente no ganó nada. Sonó el teléfono de Yeret. La canción "Breathe" de U2 era el tono de llamada.
—¿Bueno?
—Soy Gabo
—El identificador de llamadas existe desde 1968. Ya sé que eres Gabo.
—Como sea. Te tengo una noticia... Algo fuerte.
—¿Qué sucede, Gabo?
—Abiatti adoptó a dos huérfanos chinos.
—¡¿Qué?! Eso no es fuerte.
—Como sea. Les dará asilo en su casa y quién sabe qué otras cosas tendrá que darles pero van a ser unos gorrones.
—Creí que alguien había resultado herido en su misioncita de cuarta.
—¿A caso no te importa?
—Pues... ¿Qué quieres que te diga? El afectado será él, no nosotros.
—Bueno. A fin de cuentas es cierto. Perdón si interrumpo algo.
—No, nada. Sólo estaba mirando las noticias. Extraño a García de La Cadena¹.
—Ya veo, no es una actividad vital, pero igual es importante. Cuídate, Yeret.
—¡Adiós, Gabo! —Colgó Yeret.Nara iba manejando su Bora 2009 a mediana velocidad cuando, en la intersección de las avenidas José Francisco Nosé Tarwenüng y Etiopía, al ser detenida por un semáforo rojo, logró ver a Abiatti con los dos chicos asiáticos. De inmediato empezó a plantearse varias cosas... un tanto anormales.
—¿Qué demonios hace él allí con esos niños? ¿A caso está traficando menores? Seguramente su dinero viene de oscuros orígenes. A no ser que se trate de que sean... Prostitutos, ¡qué horror!, me acordé de los Acapulco Kids². Pero no creo que él, mi príncipe, haría esas cochinadas. A lo mejor son... sus sobrinos, sus primos, o sólo son dos asiáticos desorientados buscando plata para regresar a China.
Abiatti ingresó con sus ya legalmente propios hijos al edificio. Una habitación al lado de la de Abiatti, el 702 sería el nuevo hogar de Feng Li y Xu Wang.
—Bueno, chicos... —Cerró la puerta. —Descansen, hemos llegado. Espero que me platiquen más de su vida. ¿Tienen estudios?
—¿De música o de cine? —Dijo Xu Wang en lo que se sentaba en un sofá carmín.
—Me refiero a que si han ido a la escuela.
—Oh, por supuesto, señor Pourway.
—No es cierto, Xu Wang, nos iban a inscribir en una escuelita mediocre y muy concurrida en los suburbios de Guangzhou, pero ocurrió lo del naufragio.
—Ya veo. En el siguiente calendario escolar los inscribiré a unos cursos intensivos para hispanohablantes, pues casi todas son de la lengua nacional. A no ser que encuentre una escuela para Sinoparlantes. —Dijo Abiatti con sumo interés.
—¿Quiere que trabajemos de mientras, señor Pourway? —Preguntó Feng Li.
—El trabajo infantil está prohibido en Nosé. Ustedes se quedarán aquí. —Advirtió Abiatti.
—Pero no queremos ser una bola de gorrones. —Dijo Feng Li.
—No se preocupen, hijos...
—Me da cosa que nos diga así, Xu Wang. —espetó Feng Li, en voz Baja.
—¡Miren! Aquí lo tendrán todo. Televisión, Internet, les conseguiré teléfonos móviles y computadoras. Sus dormitorios estarán separados por si acaso, a menos que quieran dormir juntos, como en Monterrey³. Pueden visitar a los hijos de Cemanol y al hijo de Gabo. Ellos están en las fuerzas básicas del Mázklen Spórtif, puedo inscribirlos si gustan.
—No me gusta el soccer, señor Pourway.
—Puedo inscribirte en cualquier otra cosa, Feng Li, ¿Qué te gusta hacer?
—Me gusta hacerle bromas a la gente.
—No me digas. Aquí no hay nada de Punk'd ni nada por el estilo.
—Oiga, señor Pourway, yo también tengo derecho a decidir. No me inscriba en soccer. Soy bueno contando chistes. —Dijo Xu Wang.
—¿Malos como los de Luan Loud o excelentes como los de Polo Polo?
—Tengo mi propio estilo. Puedo contarle uno para que vea con qué se está metiendo.
—No es necesario, Xu Wang. Los puedo inscribir en unos diplomados artísticos. Sólo deben saber escribir.
—Tenemos una ortografía pésima, hasta en Pinyin. —Afirmó Feng Li.
—Vaya... Necesitan ir desde primer grado de primaria. Por lo menos ya vi que no son tan mensos como creía. —Dijo Abiatti en un tono de voz no muy bajo.
—¡Oiga! ¡Cómo osa decir eso, señor Pourway! —Bramó Xu Wang.
—Disculpa, hijo. Pero sus modos de divertirse eran cosa de pendejos.
—¡Uy! ¡Dijo la palabra con "P" -Dijo Feng Li sorprendida.
—Señor Pourway, ¡Ilústrenos! —Exhortó Xu Wang.
—¡Ah!, debo recordar no decir palabrotas en frente de ellos. —Musitó Abiatti.
—Vamos ¡Queremos aumentar nuestro repertorio en español! —Rogó Xu Wang.
—¡Oh, demonios! —Abiatti estaba algo molesto.
—Eso es leve. ¿Qué tal "¡Oh, me lleva la esmegmática verga!"? ¿Lo hice bien, señor Pourway? —Xu Wang realmente quería aprender.
—No estoy dando clases de leperadas, Xu Wang. Debo irme. Habrá qué pensar en todo lo que vayan a hacer en el tiempo en que entran a la escuela, que será mucho tiempo, por cierto. ¡Adiós, chicos! —Se despidió Abiatti de los chicos mientras abandonaba la habitación.
—¡Qué aburrimiento!, allá en el orfelinato teníamos por lo menos muchos niños con quienes jugábamos. —Extrañó Feng Li.
—Sí, ese Abiatti cree que seremos felices con todo tipo de lujo. Aunque... debo de admitir que siempre quise un teléfono celular.
—Podríamos buscar bromas Punk'd en Internet.
—¡Hey, sí!
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Zwölfmex
Humor¿Te gustan los finales non sequitur? A nosotros tampoco. Prepárate para las divertidas, algo extrañas y a veces románticas aventuras de un cuarentón soltero al llegar, con sus primos y su hermana, a la capital de un país hasta ahora desconocido. Pas...