Criada y entrenada en un bosque a las afueras de la ciudad de Musutafu, hija mestiza de uno de los tres principales dioses de la mitología Griega.
Takahiro Chiho, una joven preciosa de cabellos dorados como el sol y ojos azules como el mar, guerrer...
Dios y Yakuza se miraban fijamente, las cosas se pusieron muy tensas y más al ver como Zeus tiene a Yumi en sus brazos.
Así que los rumores no eran falsos.
De verdad esa mujer es la única que ha mantenido a raya a ese celestial y a quienes haya domado. Con una sonrisa bajo su mascara, observó al muchacho ahora normal y lanzó uno de sus ataques, pero su brazo deforme fue cortado limpiamente por uno de los rayos del Dios. La seriedad se puede notar en la mirada de este, apenas había dejado de sentir la presencia de Yumi, supo inmediatamente que algo andaba mal, pensando que su hija no estaba enterada no le había dicho nada, pero ya es tarde, sabía perfectamente que tanto Chiho y su suegra están allí, yendo rápidamente hacia ellos.
- Así que, esas viejas historias que escuchaba sobre los dioses que antes caminaban entre los humanos, embarazando a cuan puta encuentre por su camino. -dice burlón el villano mientras observa nuevamente a Yumi- Son verdad...
Las chispas rodearon el cuerpo del Dios y preparó uno de sus rayos para lanzarlo hacia Chisaki, no iba a perdonar a ningún humano que se atreva a llamarla con ese título tan ofensivo. Kai se preparó para también atacar, no se iba a dar por vencido, iba a lograr su cometido, se llevará a Eri, a Yumi y si su poder es más que poderoso, se llevará a la semidiosa también.
Iban a atacarse entre sí pero el muro a un lado de ellos fue destruido de una sola vez, dejando a la vista unos escombros con algunas chispas. El agujero se hizo presente y tanto Chiho como Mori, ingresaron al lugar de batalla, buscando rápidamente con la mirada a su madre hasta encontrarla. Mori sonrió en grande al ver a su hija así que con desespero, se acercó a ella, abrazandola con fuerza. Yumi sonrió feliz y aliviada, por fin estaba reunida con su madre y con su hija.
-Mamá -dice la semidiosa que corre hacia su progenitora-
-Mi amor! -la mujer la abraza con fuerza y le reparte besos- ¿por qué viniste? Te arriesgas mucho aquí...
-No iba a permitir que mi madre esté en cautiverio... vinimos a rescatarte y a rescatar a una niña. -mira a su padre y frunce el ceño-
-Sea lo que sea que dirás, hablaremos luego de que todo esto termine, hija mía.
Overhaul estaba más que sorprendido, está enojado, Eri se negaba a dar de abrazar al héroe herido y la capa roja de Lemillion. Yumi estaba protegida por el Dios y su hija, sus planes se estaban yendo al demonio, soltando un fuerte grito grueso, extendió sus brazos deformes en direccion a la semidiosa que se mantiene abrazando a su madre, sintiéndo por breves instantes bajar ese poder inestable, su corazón se estaba sintiendo más tranquilo y eso le hizo bajar la guardia.
Pero a Mori no, al ver que iba directamente hacia su hija y nieta, se puso delante de ellas y extendió los brazos.
El sonido de desgarre y traspaso se escuchó y el lugar se quedó en silencio.
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