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Desde que la ambrosía se le fue dada a Chiho, esta se la entregó a su esposa y le dijo que si bebía el contenido de ese jarrón, tendría una vida eterna, sin temor a que la muerte las separe para siempre.
Momo por unos segundos miró desconfiada pero al saber que estaría al lado de su diosa por mucho pero mucho tiempo, decidió sacarle la tapa que lo tiene sellado, olfateó un poco y poco a poco consumió el alimento de los dioses.
Su cuerpo lo aceptó y cuando lentamente fue abriendo los ojos, sus iris oscuros se tornaron dorados por breves segundos antes de volver a sus colores normales. Lo veía todo más nítido, se observó las manos y luego alzó la mirada a Chiho, notando enseguida una leve aura dorada que cubre el cuerpo de esta, ¿es la vista de un Dios?.

-Como te sientes? -preguntó aquella vez la rubia al ver la confusión en la mirada de su esposa-

-Me...siento diferente, pero no de mala manera...sino que más viva, fuerte... es difícil de explicar. -se mira las manos- Es normal?.

-Bueno, solo los dioses consumen la ambrosía...pero hay veces en la que hay excepciones, aunque bueno, tu caso es especial -la toma de las manos y le deposita unos besos en el dorso de estas- Ahora tu vida es eterna, mi reina. -sonrie alzando la mirada para observar a la pelinegra pero su sonrisa se borró al ver los ojos cristalinos de la contraria- Momo?.

Los brazos de su mujer la abrazaron con fuerza soltando pequeños sollozos felices, su corazón explotaría de tanta alegría que siente en eso momentos, pero vale la pena.
El abrazo fue correspondido y estuvieron así por un buen rato, diciéndose pequeñas palabras cariñosas, recibiendo una que otra caricia mientras hablan de pequeños planes futuros.

El futuro.

Una palabra conocida pero misteriosa a la vez, pues puedes saber que significa pero no lo que te depara para ello, puede que te vaya bien o que te vaya mal, todo depende de las decisiones que tomes en ese camino tan extenso de la vida.
Y créanme que cuando digo que sus vidas serán muy pero muy larga, es cierto, y tal vez pasen por muchas dificultades, pero eso no les impide su felicidad, mucho menos la crianza y protección de sus dos hijos.

Y su familia? Pues su mayor pilar será.

En una casa particular en uno de los innumerables barrios tranquilos de Musutafu, pasos pesados se escuchan por un pasillo hasta que una puerta de una de las tantas habitaciones se abre de golpe, haciendo que quienes estaban aún durmiendo, abriera...

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En una casa particular en uno de los innumerables barrios tranquilos de Musutafu, pasos pesados se escuchan por un pasillo hasta que una puerta de una de las tantas habitaciones se abre de golpe, haciendo que quienes estaban aún durmiendo, abrieran los ojos de golpe, mirándose uno al otro sintiendo la imponente presencia que está entrando a pasos pesados a sus aposentos.

-Solo quiero saber... ¿¡QUE HACEN DURMIENDO AUN LUEGO DE QUE SU ALARMA HAYA SONADO HACE CUARENTA MINUTOS?!.  ¡¡¡ARRIBA LOS DOS, ŌATARI,  JIYŪ, SE ME VAN A LAVAR LOS DIENTES, DARSE UN BAÑO Y A BAJAR A DESAYUNAR!!!

Chiho es la que había ingresado, pero ahora habia abandonado la habitación, pero pronto se volvió a escuchar pasos apresurados, haciendo que los dos adolescentes que dormían, se levantaran como alma que se lleva el diablo, comenzado a ordenar sus camas mientras se pasan sus cosas que pertenece a cada uno.
Cruzada de brazos y dando un golpe al suelo con uno de sus pies, la diosa observa a los dos mientras que estos sonrieron de manera nerviosa.

⚡Zeus Daugther⚡||BokunoHero||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora