Criada y entrenada en un bosque a las afueras de la ciudad de Musutafu, hija mestiza de uno de los tres principales dioses de la mitología Griega.
Takahiro Chiho, una joven preciosa de cabellos dorados como el sol y ojos azules como el mar, guerrer...
Las clases terminaron y antes de que alguno pudiera salir, un montón de alumnos se encontraban en la puerta del salón, mirándolos fijamente. La oji-azul se acercó con curiosidad junto a Kirishima, sintiéndose por breves momentos muy pero muy abrumados al ver la barrera de estudiantes en la puerta de su salón.
Un pelimorado se hizo paso entre todos ellos y habló sobre una declaración de guerra, eso no le gustó a la chica, pero simplemente ignoró aquello, solo quería ir temprano a casa antes de que anochezca, pues la noche es muy peligrosa para una semidiosa aún en entrenamiento.
Los minutos pasaban y el sol ya estaba poniéndose, así que, sin importarle de qué aún se encontraban hablando, se puso frente a Bakugou y gruño hacia el morado, quien la miró fijamente y sonrió de lado al ver a una chica bajita tratar de encararlo.
-¿Y tu qué? -le mira fijamente-
-Sal del camino de los demás, pincel con patas -dice seria y fría-
-Jaaaaahg-chilla Kirishima tapándose la boca- la chica dulce se volvió rebelde!
La rubia giró su rostro en dirección al mencionado al igual que Bakugou, quien arqueó la ceja y movió levemente la cabeza, buscando saber la explicación de la oración recién dada.
-Jajajajaja, ¿esta niña que hace en el departamento de héroes?
-Yo lo mato -dice Mina detrás de sus compañeros pero rápidamente es tomada de los brazos por el pelirrojo y un chico de cabello rubio con un rayo negro en su flequillo-
-Ha? -dice la rubia mientras se cruza de brazos- Acaso tienes miedo de esta niña? Tienes miedo de que te supere? -sonrie de lado y le da un empujón en el pecho- a ver, demuéstrame en el festival deportivo de lo que eres capaz y admitiré todo lo que dijiste, incluso diré que mereces estar aquí en vez de mi.
-Cuando pierdas y llores, quiero que vengas a mi de rodillas. -sonrie de lado y se agacha un poco, mirándola fijamente- pero si ganas, cosa que dudo mucho, porque te ves... débil y mimada, admitiré que eres "buena" pero repito, no lo eres.
-Eso veremos, plumero con ojos. -dice la chica, abriéndose paso entre los alumnos- no tengo tiempo que perder como ustedes. En vez de estar aquí, deberían empezar a entrenar.
Bakugou y Kirishima se asomaron por la puerta y el segundo sonrió en grande, viendo la espalda de su compañera, la veía muy varonil. También se abrió paso el bicolor, quien caminó entre los alumnos hasta salir y caminar en misma dirección que la rubia. Le daba curiosidad la chica, y si lo que había visto en el domo era cierto, debía derrotarla a ella también.
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Shoto subió al mismo tren que Chiho, pues los dos irían en la misma dirección. Durante el camino, el vagón poco a poco se fue vaciando, solo dejando a unas 6 personas más ellos dos en el.
Despertó de un brinco en su lugar y parpadeó un poco, enfocando su vista a ambos lados, encontrándose con la rubia aún en el tren.
