⚡Zeus Daugther⚡||BokunoHero||

⚡82⚡

Momo despertó en la mañana, sentándose de golpe en la cama en la que estaba, ¿no fue un sueño?. Se miró las manos y el cuerpo, notandose en un tamaño normal. Miró a los lados pero no se encontró con Chiho por ninguna parte, ¿dónde está?. Poniéndose de pie, se acercó a la puerta y cuando la abrió, se encontró con quien estaba buscando.

La semidiosa hizo contacto visual con la contraria, abriendo un poco más los ojos.

-Yaoyorozu?  ¿Que haces aquí?. -le mira mientras poco a poco va frunciendo el ceño-

-Chiho, ¿sabes quién soy, no?.

-Obviamente, pero aún no me has respondido. ¿Que haces en mi casa?.

No se pudo sorprender más cuando sintió los brazos de la pelinegra rodearle el cuello en un abrazo, escuchando el alivio y pequeñas expresiones de felicidad. Momo no podía estar más feliz, la Chiho que conoce esta allí mismo, parada frente a ella.

Lentamente se fue rompiendo el abrazo y Chiho la tomó por los hombros esperando a saber su respuesta, ¿acaso no recuerda lo de ayer?, ¿qué sucedió?.

-Chiho... ¿qué fue lo de ayer?. -le mira a los ojos-eras pequeña... yo era pequeña... no entiendo nada.

-No fue nada. Lo de ayer no fue nada importante. Al parecer te topaste con un recuerdo mío, no lo sé, pero ya lo dije, no es nada importante.

-¿Ni siquiera la pregunta que me hiciste?

-¿Que pregunta?. -le mira con seriedad-

-La de quedarme contigo en este lugar.-la toma de las manos- Chiho, quisiera quedarme contigo pero este mundo no es para ti, es un mundo falso.

-Es mi hogar, un lugar donde no hago daño. -le mira-

-Chiho, está es una realidad de mentira. Tu abuela ya no esta, tu madre ahora debe estar peleando junto a tu padre, ¿por qué quieres quedarte aquí? Solo estas tú. -la mira a los ojos- Vine aquí para llevarte de vuelta, tu familia te espera, tus amigos te esperan... yo te espero.

La semidiosa no dijo nada, solo mantuvo contacto visual con la chica, ¿una realidad de mentira? Claro que no, esa es su casa, su abuela está allí, viva, sonriente con ella como siempre. Esperen... su abuela no sonreía siempre, solo lo hacía cuando estaba en modo "traviesa y curiosa", no serena y cariñosa, su cariño era hacerte entrenar y darte consejos cuando se equivoca en algo o cuando la regañaba. 
Con su ceño fruncido, salió de esa habitación con la vicepresidenta detrás, bajando rápidamente las escaleras, ¿realmente su madre y abuela no estaban allí? ¿Son solo ilusiones?. Llegó a grandes zancadas a la cocina y allí las encontró, las dos mujeres le sonrieron de oreja a oreja, así que supo enseguida que aquellas que imitan a su madre y difunta abuela, son fieras horrendas que toman el aspecto de sus dos mujeres más queridas para engañarla.
Con dolor en su corazón se retiró de allí, sintiendo como la mano de la vicepresidenta toma la suya para salir al patio de lo que sería de esa cabaña.