Criada y entrenada en un bosque a las afueras de la ciudad de Musutafu, hija mestiza de uno de los tres principales dioses de la mitología Griega.
Takahiro Chiho, una joven preciosa de cabellos dorados como el sol y ojos azules como el mar, guerrer...
Los tres alumnos ganadores del festival, fueron puestos en tres plataformas, cada uno de diferente altura. Chiho en la primera plataforma, en la segunda se encontraba Shoto y en la tercera se encontraba un muy enrabiado cenizo, que si no fuera por las ataduras y esposas, ya estaría sobre la joven rubia.
Las medallas fueron entregadas por nada más ni nada menor que All Might, en una espectacular entrada cayendo desde el cielo con su típica risotada y enorme sonrisa. Primero se lo entrego a Bakugou, quien en un principio se negó pero el héroe al ver su oposición, se lo colocó en la boca y fue al siguiente, Todoroki Shoto, quien cabizbajo se dejó poner la medalla y recibió un segundo abrazo por parte del héroe.
Chiho suspiro levemente y alzó la mirada cuando el héroe número uno se encontró frente a ella con su gran sonrisa. La joven se inclinó levemente y la medalla fue puesta en su cuello, siendo ajena al discurso que el mayor se encontraba haciendo. Levanto la mirada hacia las gradas, viendo a su madre gritando emocionada y con pequeñas lagrimas, mientras que el Dios se encuentra con una sonrisa en el rostro, alzando el pulgar hacia arriba. Atenea y Artemisa se encontraban gritando emocionadas mientras sienten su ego alzarse hasta las nubes, pues a la niña llorona que habían entrenado desde pequeña, ahora se encontraba recibiendo una medalla mortal, símbolo de que ahora es la más fuerte de esa academia.
Luego de un montón de festejos, fotos y entrevistas a la chica, los alumnos por fin pudieron ir con sus familias, siendo recibida con un fuerte abrazo por su progenitora, para luego ser atacada por una lluvia de besos por todo el rostro. La chica se sonrojó bastante y miró a su padre pidiendo auxilio, pero este comenzó a silbar y a desviar la mirada a cualquier otra parte, pues sabía que si interrumpía ese momento, se llevaría un buen escarmiento por parte de la mujer.
-Estoy muy orgullosa de ti, mi niña hermosa -sonrie feliz la mujer y le acaricia las mejillas- Te estas volviendo toda una mujer. Ay, recuerdo la primera vez que peleé ~
-¿Tu querías ser héroe, mamá? -se sorprende bastante-
-Quería, pero apareció alguien que arruinó mis planes en un viaje para recolectar a los seres mitológicos. -gruñe y mira mal al Dios- Pero no me arrepiento de ser historiadora y de tener a una hija maravillosa -sonrie en grande y vuelve a abrazar a su hija- solo te pido una cosa mi amor. Prométeme que no tomaras 3 botellas de vodka y no te acostaras con el primer imbécil que se te cruza por el camino.
-Pero que le dices a la niña, Yumi!? -se queja Zeus, dándole un leve empujón a la mujer-
-Le digo que no cometa el mismo error que yo, aborto de la naturaleza!. -gruñe enfadada-
-Ay esta bueno. -alza ambas manos y mira a la rubia- pero si supieras lo bien que tu madre se movía en...-
El Dios no pudo terminar ya que recibió un potente puñetazo de la mujer que lo hizo salir volando hasta chocar contra la pared. Yumi observó al padre de su hija con la respiración agitada y algo sonrojada.
-¡No seas un arruina inocencia! -le grita enfadada- Chiho, no escuches a tu padre.
-Si. -mira mal al Dios y con sus pequeñas manos se tapa los oidos-
El Dios se comenzó a quejar con la mortal mientras Chiho se encontraba hablando con un recién llegado Kaminari, imitando la acción de la chica. Yumi, con las manos en la cadera, escucha al Dios decir que seria bueno que la chica supiera lo que hicieron en el pasado y de sus escapadas nocturnas en Grecia. De mientras tanto, ambos rubios acercan la punta de sus dedos índices generando un poco de sus koseis, provocando que el choque de ambos diferentes rayos, los electrocute levemente a cada uno. Kaminari rió y ella soltó una leve carcajada, para luego observar como el rubio se agacha, acerca dos dedos a la toma corriente y le presume que puede generar más voltios que un enchufe normal. Cabe decir que mientras aún se lleva a cabo la discusión de los padres de la joven, un rubio se encuentra electrocutado, en el suelo, en su estado de estúpido y humeando, con una Chiho tratando de hacer que el humo desaparezca echándole aire con las manos.
-¡Chiho! -dice su madre- vamos a casa cariño! Tu padre hoy hará la cena, y la de mañana y la de pasado mañana. -sonrie feliz- además de lavar la ropa y hacer los quehaceres del hogar!.
-A ver, ¿cuando dije eso? ¿Y quién lo dice? -se cruza de brazos el Dios-
-Lo digo yo y punto. -mira al celestial y se cruza de brazos- ¿algún problema, Dios de quinta?.
-No mi vida. -un pequeño miedo se apodera de su cuerpo y desvia la mirada, notando al rubio- y este que? Esta tarado o que?.
-Wheeeeeee~... -Kaminari se acerca y abraza al Dios-
Zeus comenzó a forcejear con el rubio, tratando de quitárselo de encima, pero al estar en un estado de estupidez, se negaba a soltarlo, pensando que es la rubia en ese momento. Yumi abrazo por el hombro a su hija y comenzó a caminar, dejando atrás al Dios, quien pide a la mujer que lo ayude, pero solo recibe como respuesta un sacado de lengua y un dedo del medio.
-¡¡YUMI!!! -grita el dios-
-Eeeewuueeeei!!! -kaminari suelta pequeñas chispas mientras se sigue aferrando al Dios-
A lo lejos, unos ojos negros observan a la joven rubia acompañar a la adulta, la curiosidad la estaba matando y ahora mucho más al haber escuchado por accidente la conversación con el que aparentemente es el progenitor de su compañera. Bajó la mirada y recordó sobre lo de semidioses, ¿acaso su compañera es alguna clase de ser superior? ¿Alguien de vida eterna? No estaba del todo segura, pero ahora entendía a la perfección el porqué la chica había sido tan ágil en su pelea contra ella. Ni siquiera había podido darle un buen golpe o haberle dado con su ácido.
Alzó nuevamente la mirada y vio a la joven pasar a tan solo unos pasos de ella, portando la medalla de oro en su cuello, sintiendo por un momento un miedo recorrerle por todo el cuerpo. ¿Y si se volvía mala? ¿Y si lastimaba a todos? No. Chiho no es así, había prometido ser el pilar de la sociedad y ser una heroína junto a todos sus compañeros. Sacudió la cabeza de un lado a otro mientras hace sus manos en puño, se odiaba por pensar así de su compañera sin saberlo. Decidió olvidar aquello y con una enorme sonrisa se acercó corriendo a la rubia para felicitarla y alzarla como un peluche grande, para luego moverse de un lado a otro, provocando que las piernas de la chica parezcan de trapo y ella provoque un pequeño sonido.
-Ohhh.... -dice la rubia, dejándose abrazar por Mina- No tanto... que se me sale el desayuno.
-¡No, eso no! -rie y la vuelve a poner en el suelo-
Yumi observó a la chica y entrecerró levemente los ojos, analizandola, buscando algún rastro de falsedad en aquella chica de piel rosada, no quería que su hija volviera a pasar por lo mismo que en su niñez.
Mami...¿soy una villana?...
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