Percy, Annabeth y Tyson escaparon pero no pudieron llevarse a Chiho con ellos, pues una quimera había sido puesta en la habitación donde ella se encuentra.
La semidiosa se encuentra en un sueño profundo, reviviendo bellos momentos que tuvo con su abuela, su madre, con su padre, con los del campamento.
Se sentía libre allí, corría por unos campos de tulipanes amarillos y unas hermosas violetas, riendo pues un pequeño Cerbero la va persiguiendo. Giró sobre su eje y se dejó caer en la superficie de dos colores. Su risa se va tranquilizando y con suavidad alza su mano derecha al cielo, viendo como un par de mariposas se posan en su mano. Su sonrisa permaneció hasta que alguien más se sentó a su lado. Sus ojos azules se posaron sobre ella y pudo notar a una bella mujer de unos ojos rojos preciosos cual rubí, cabellos negros como la noche y una piel blanca como la blancura de una perla, además de que unos cuernos granates sobresalen de la cabeza de esa extraña y una cola se mueve de un lado a otro.
- ¿Te gusta este lugar?. -pregunta esa mujer-
-Me gusta mucho. -sonrie y se sienta, mirando las flores-
-Este lugar es tuyo, Chiho-chan, es tu mundo ahora... -acaricia la cabeza de la joven- Aquí serás feliz... mira, allí están tu madre y tu abuela.
Chiho rápidamente miró en dirección a que la mujer le apunta, viendo a su madre y abuela a lo lejos, llamándola para que vayan a comer. Sonriendo en grande, Chiho se puso de pie y con cada paso que da, su tamaño va reduciendo hasta tener el aspecto de 6 años, que risueña corre hacia la madre falsa que se manifiesta en ese mundo tan bello.
La súcubo se puso de pie y observó como la pequeña semidiosa corretea alrededor de ambas mujeres. Su seriedad se mantiene y con delicadeza observa sus manos, viendo ahora como el control de los rayos e invocaciones son suyas.
-Lo siento mucho, Chiho, pero el mundo será nuestro a mí manera. -mira nuevamente a la joven y cierra sus manos- Pero primero...
Debo deshacerme de quienes te lastimaron.
Fuera de ese sueño, las cosas no estaban muy bien.
El vellocino de oro ha sido obtenido por Luke y ahora, en un parque abandonado para mestizos, Percy, Annabeth, Grover y Clarisse son testigos de lo que estaba a punto de hacer aquel rubio.
Con el manto en sus manos, esta fue puesta sobre la caja que sacaron del inframundo y no tardaron en salir de el unos destellos dorados, reviviendo al único ser capaz de destruir el mundo, comiéndose a todo aquel que quiera impedirlo.
Los pedazos de aquel ser salieron de la prisión y poco a poco comenzaron a formar su cuerpo, esto no está nada bien.Cronos esta libre y lo primero que hizo Luke fue arrodillarse ofreciendo primero la flor de cristal que estaba en el olimpo.
El Dios recién despierto, tomó entre sus dedos aquella delicada flor, la observó y sin piedad alguna, la aplastó con fuerza.Esta vez, la verdadera flor fue destruida.
El grito de Chiho en aquella caja de cristal hizo erizar la piel de todos -menos del Dios-. Luke abrió los ojos con sorpresa y anunció que aquella que había lanzado el grito, es la última hija de aquel que junto a sus hermanos lo habían encerrado en lo profundo del Tártaro en aquella caja.
-Mi señor!!! Si la devora!!! Obtendrá un poder enorme!!! Más de la que ya tiene!!
Cronos observó al rubio una vez más y con su enorme mano tomó aquella caja, rompiendo las cadenas que la mantiene cerrada para luego abrir la tapa, viendo a la que se "encuentra" dormida.
Cabellos negros y piel blanquecina, los ojos de la súcubo se van abriendo, mirando a quien la está tomando sin cuidado alguno.
Aún debilitada, sus ojos rojos se posan sobre los de aquel enorme titán; la boca de este se abrió y ella observó hacia un lado, susurrando una simple palabra.-Titán.
Un enorme portal con escarcha se abrió en grande, dejando pasar al titán de hielo, quien le propina un puñetazo a Cronos, haciendo que suelte a la Súcubo.
Ella es atrapada por el enorme ser de hielo y poco a poco se va se va enderezando en la palma del congelado.
Cronos observó con enojo a quien se iba a comer, acariciandose el mentón donde el golpe se le fue dado.La que alguna vez fue Chiho quedó en el olvido y la súcubo predomina en ese cuerpo, sonriendo en grande mientras se eleva y abre las manos dejando salir enormes rayos negros.
Percy, Annabeth, Clarisse, Grover y un recién llegado Tyson, observan como enormes rayos oscuros y solidos se clavan en el cuerpo de su "abuelo".
El titán de hielo, con los ojos rojos al igual que el de ella, lanzó un rugido congelante, lanzando escarcha que pronto se convierten en picos fríos que van en dirección al contrincante.-¡¡¡CHIHO!!! ¡¡¡DETENTE!!! -grita el hijo de Poseidón-
-Shhhhh!!!! Le está dando la golpiza de su vida y quieres detenerla?! -Clarisse se acerca a Percy-
-Clarisse, no lo entiendes! -la hija de Atenea se acerca a la otra- Chiho ha sido siempre una semidiosa fuerte! Pero si no escuchaste lo que sucedió con ella, todos estamos perdidos! Ella dejó su humanidad!!! Sea quien sea que está allá arriba! ¡NO ES CHIHO!.
-A-Amm... todo muy destructivo y todo!!! Pero debemos huir de aquí!!! -Tyson toma por los hombros a su hermano apuntando como Cronos se va acercando hacia ellos a devorarlos- Quiero a mi madre...
Cuando la gran mano de Cronos estaba sobre ellos, otro Dios arremetió contra él, mandandolo a hacia un lado, cayendo a bruces al suelo sobre el hijo de Hermes que trataba de huir lejos de la pelea.
El segundo Dios que se encontraba allí es nada más y nada menos que Anubis, rugiendo y mostrando de manera amenazante sus fauces junto a sus garras.
Otro portal se abrió con un chasquido de la súcubo y el Dios Ra se hizo presente, teniendo los ojos carmesí al igual que el Dios egipcio y el titán de hielo.Con temor, los semidioses observan como la demonio se mantiene flotando con la mirada seria pero soltando una leve risa antes de dar su orden.
-Capturenlo..., porque quiero domarlo.
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⚡Zeus Daugther⚡||BokunoHero||
Hayran KurguCriada y entrenada en un bosque a las afueras de la ciudad de Musutafu, hija mestiza de uno de los tres principales dioses de la mitología Griega. Takahiro Chiho, una joven preciosa de cabellos dorados como el sol y ojos azules como el mar, guerrer...