Criada y entrenada en un bosque a las afueras de la ciudad de Musutafu, hija mestiza de uno de los tres principales dioses de la mitología Griega.
Takahiro Chiho, una joven preciosa de cabellos dorados como el sol y ojos azules como el mar, guerrer...
Ambas chicas se quedaron en aquella posición hasta que la rubia decidió romper aquel contacto. Lentamente fue retirando sus manos pero Momo las tomó con delicadeza, haciendo que la semidiosa la volviera a mirar directamente a los ojos.
-Chiho-chan... mis sentimientos por ti no han cambiado, más bien, se fortalecieron. -confiesa la vicepresidenta- De verdad...de verdad me gustas y mucho. Mi madre me ha dado su apoyo y quiere conocer a la chica que ha estado teniendo muy distraída a su hija -rie un poco- Si pudieras...corresponderme...
-Te correspondería, pero... estoy confundida...ahora estoy con todo un nudo en la cabeza. -agacha la mirada- Primero debo aclararme todas mis dudas y allí podré darte una respuesta.
-Y-Y que harás para aclararte todo?...
-Me iré de viaje por unos días.
El silencio predominó el lugar. ¿Había escuchado bien? ¿Se iría unos días?. No, no puede haber escuchado mal, ella en definitiva se irá, pero por un lado está bien. Yaomomo la observó y luego le dio un fuerte abrazo, le dolía bastante no poder hacer nada para ayudar a la persona que le gusta.
Transformado en águila, Zeus observa con tristeza a su hija, no sabía que hacer, hace siglos había dejado de ser un padre ejemplar desde que engañó a Hera, ha olvidado como tratar con sus hijos y ni siquiera sabe una buena solución para hacer que esa Súcubo abandone el cuerpo de Chiho. Por un lado, la culpa lo abraza a tal punto de asfixiarlo, si tan solo no la hubiera asesinado...,pudo haberla escuchado, ahora la venganza está contaminando el corazón y pronto tal vez el cuerpo de ella.
No quiere que Chiho deje su humanidad y se deje dominar por aquella demonio por completo, no podría, no aguantaría verla de esa manera.
Cerro los ojos y alzó vuelo, yendo hacia la cabaña donde Yumi, a pesar de estar de luto, se mantiene en la cocina preparando el almuerzo. Pero incluso siendo una mujer fuerte, no puede resistir, cayendo en lágrimas nuevamente mientras que se arrodilla al suelo, lamentándose por todo.
No siempre la fortaleza en una persona permanece.
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6:30 de la mañana.
Aún siquiera el sol ha salido, la oscuridad de la noche pasada se va yendo y el nuevo día apenas se va asomando. Zeus y Yumi observan a su pequeña hija con preocupación, habían tenido una charla anoche y los dos habían decidido darle el permiso a la chica de irse por unos días al campamento, tal vez así pueda estar tranquila. El instituto está al tanto por ende se le fue concedido ese pedido para que la joven pudiese irse por lo menos una o dos semanas, su poder es inestable ahora, tal vez los del campamento puedan encontrar una manera correcta para tranquilizarla.
Poniéndose de pie, la joven toma un maletín donde tiene sus pertenencias, las que utilizaría en el campamento por supuesto. Yumi la abrazo con fuerza y le pidió que regrese pronto, también es el deseo de su padre que observa con algo de intranquilidad a su hija.
