Criada y entrenada en un bosque a las afueras de la ciudad de Musutafu, hija mestiza de uno de los tres principales dioses de la mitología Griega.
Takahiro Chiho, una joven preciosa de cabellos dorados como el sol y ojos azules como el mar, guerrer...
Luego de lo ocurrido con la criatura, Medusa fue dominada por Chiho, volviéndose mansa ante la rubia. Con solo verla, se enrolló en ella y la abrazó por detrás, frotando su mejilla contra la de ella mientras sus serpientes le da pequeños cariñitos en el rostro. Muchas personas se sorprendieron ante el cambio de actitud de la mujer, pero eso no importó, pues festejaron la victoria de la joven sobre una criatura más.
Los Dioses sin embargo, observan por los alrededores, buscando alguna pista del responsable de la aparición de esa criatura, no iban a perdonar a sea quien sea que haya liberado a una Medusa entre los mortales ajenos al mundo de los dioses y semidioses.
Mientras tanto, la madre de Chiho se puso de pie y salió corriendo hacia los pasillos de las gradas, estaba bastante preocupada por su pequeña. Por un momento había sentido que la perdía y si eso ocurría, quien sabe que hubiera pasado con la mujer.. Corrió y corrió hasta que vio a su hija, acompañada de Medusa y Anubis en unos de los interminables pasillos. Sus lágrimas se hicieron presentes y corrió hacia ella para poder abrazarla con fuerza, soltando sollozos sonoros.
-¿Mamá? ¿Por qué lloras? -abraza a su madre, escuchando los sollozos de esta-
-N-no quiero perderte mi amor -dice con la voz quebrada mientras la abraza con fuerza- no quiero perder a mi único gran tesoro. Chiho-chan... p-prometeme que te volverás fuerte, que podrás contra todo aquel que quiera pelear o hacerte daño, prométeme que serás mi pequeña flor fuerte y valiente -llora con fuerza-
Sorprendida ante lo dicho por su progenitora, la abrazó con más fuerza, tratando de transmitirle un poco de tranquilidad a la mujer que sigue rompiendo en llanto; sin separarse del abrazo, sonrió con suavidad y asintió lentamente, cumplirá con esa promesa, volverse fuerte y vencer a los que quieran lastimar a su familia y amigos.
-Lo prometo mamá, prometo que me volveré fuerte.
Eso te lo aseguro.
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Pasado ya un buen rato, el festival deportivo continúa sin problema alguno. Las batallas siguieron hasta que su nombre fue nombrado; su contrincante, Tokoyami Fumikage, observa con seriedad la tabla de clasificados. Si gana, tendrá que pelear contra Bakugou, cosa que le eriza la piel, y si ella gana, se enfrentaría al cenizo. Sacudió levemente su cabeza una vez que estuvo en la plataforma y observó como la rubia sube las escaleras con una mirada de decisión y seriedad.
-Espero no se contenga, Takahiro-san. -dice el joven con cabeza de cuervo-
-Lo mismo digo, Tokoyami-kun. -se posiciona y respira hondo- No te contengas, Dark Shadow.
-¡No lo haré! -dice la sombra muy contento-
La heroína dio luz verde para que la pelea comience, dando paso a que el primero en atacar sea Tokoyami, mandando a Dark Shadow para que arremetiera contra la chica, pero esta, dobló la espalda hasta el suelo y apoyó las manos sobre la superficie del ring. Una vez que la sombra se alejó, ella tomó impulso y se puso nuevamente de pie de una sola vez, algo jadeante, mirando como la sombra se acerca nuevamente con intenciones de darle un puñetazo. Se movió de derecha a izquierda y luego se agachó al suelo, esquivando la garra de la sombra. Nuevamente se lanzó por completo en el suelo, rodando sobre la plataforma, tratando de esquivar los puños de la criatura que impactan con fuerza.
