Criada y entrenada en un bosque a las afueras de la ciudad de Musutafu, hija mestiza de uno de los tres principales dioses de la mitología Griega.
Takahiro Chiho, una joven preciosa de cabellos dorados como el sol y ojos azules como el mar, guerrer...
Los jóvenes aterrizaron cerca del centro comercial, sorprendiendo a algunos transeúntes que estaban por allí comiendo o encontrándose con amigos o simplemente iban al trabajo. La chica se agachó y generó nuevamente su portal de invocación para que el grifo pudiera irse; este no quiso pero la joven sacó algo de su mochila que hizo que su cola de león se moviera de un lado a otro.
De un lado a otro, el pescado guardado en unas 8 bolsas, fue lanzado adentro del portal y el grifo fue detrás de el, así pudiendo la chica, cerrar su portal. Suspiró algo aliviada y se enderezó en su lugar para poder tirar las bolsas en un tacho de basura, debía encontrar otra cosa que darle a un grifo que no sea tan oloroso y resbaloso como el pescado.
-Listo, ahora solo debo lavarme las manos y podré ir con ustedes -sonrie contenta- Adelántate tu, Izuku, luego te alcanzo.
-S-Si! -traga duro y va rápido hacia donde están sus compañeros-
Guiándose por el mapa del centro comercial, fue directamente al baño para poder lavarse las manos con abundante jabón. Mientras se lavaba las manos, por un momento las vio teñidas de rojo. Aquello la asustó y cerró el grifo del lavabo con fuerza, con la respiración agitada, revisando si fue real o no. Sacudió su cabeza, se secó las manos y se puso un poco de alcohol en gel; -Recuerden lavarse bien las manos por 20 segundos y usar alcohol en gel cuando salen de casa o tienen visitas al igual que el tapabocas- respirando ya con tranquilidad, hizo esfumar aquello que atormentó su mente por unos segundos y fue a buscar a sus compañeros pero a lo lejos vio a Izuku, sentado de espaldas en la banca con alguien de negro encapuchado.
Algo anda mal.
Con sigilo y sin prácticamente hacer ruido se acercó por atrás a ellos, generó su espada y abrazó al extraño por detrás de manera amistosa pero solo es una tapadera a la espada que tiene apoyada por el cuello del encapuchado.
-Hey! Tiempo sin vernos! Ya me era raro no saber nada de ti!!! -dice con felicidad fingida, manteniendo sus ojos cerrados y su sonrisa en grande- Verdad... Shigaraki-kun? -su seriedad aparece y abre sus ojos que poco a poco van teniendo un tono azul brillante- Haces algo y tu cabeza va a rodar.
La sorpresa del villano fue vista por el pecoso apresado por él, el filo se siente muy peligroso en su cuello; y es cierto lo que dice ella, apenas mueve su dedo, ella podrá cortarle la yugular. Su sonrisa se hizo grande y lentamente fue girando su rostro en dirección a la joven rubia, quien también la sonrie para disimular.
-La semidiosa... -rie un poco y sus ojos se posan en los ojos de la rubia- tranquila~ no le haré daño, a menos que quieras que haya un escándalo~
-Escándalo será si tu cabeza cae de tu cuello a causa de un corte perfecto -dice seria- suéltalo.
-Deku-kun? Chiho-chan?
La voz de Uraraka hizo desviar la atención de los tres hacia ella; Shigaraki soltó el cuello del verdoso y la joven guardó su espada al momento de ver que su compañero estaba libre. Tomura alzó las manos y con cuatro dedos tomó de la muñeca a la semidiosa, la atrae y la apega a él, abrazandola y susurrandole al oído.
-El maestro desea tu poder y nosotros deseamos que estés de nuestro bando -rie un poco- ¿no te parece tentador? Estarías sin restricciones en usar tu poder...~ -mira hacia el pecoso y la castaña que estaban entrando en pánico al ver la situación en que su compañera se encuentra, provocando una risa macabra en un tono en que solo los tres presentes ante él escuchen- No crees que estas en el bando contrario? Nosotros te trataremos como mereces..., no te trataremos como villana~ Chiho-chan ~ serás parte de nuestra familia~
Soltandola, el peliceleste se alejó y advirtió que no lo siguieran o pasaría algo malo. Ochako se acercó rápidamente a su compañera y comenzó a revisarla desesperada. Chiho la tranquilizo y la contraria la abrazó con fuerza, llorando asustada, sorprendiendo a la joven rubia. Sonrió con suavidad y correspondió el abrazo, acariciándole la cabeza, observando en dirección a donde fue Tomura.
No se iba a dejar que la quieran llevar al bando contrario, eso no lo va a permitir.
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El centro comercial fue evacuado apenas supieron que Shigaraki Tomura estuvo allí, amenazando al verdoso y a la rubia. Dieron sus declaraciones en la comisaría y apenas quedaron libres, salieron del lugar, encontrándose con la desesperada madre de Izuku, que con lágrimas pide a su hijo que deje de ser héroe, que no puede resistir más ver a su hijo arriesgarse su vida.
Miró a la mujer y luego observó a su compañero, quien no sabía que decirle a su madre sobre lo que ella le pidió. Suspiró suavemente y se acercó a la peli-verde mayor.
-Hola señora Midoriya -sonrie suavemente y hace una reverencia, haciendo que la contraria la vea con lagrimas- Lamento mi intromisión y mi falta de educación pero no pude evitar escuchar su conversación... -se mantiene haciendo la reverencia- Si desea que su hijo esté a salvo, yo, Takahiro Chiho, le prometo cuidar a Izuku cueste lo que cueste.
-A-Ahhhh?! -dice sonrojado el pecoso-
-H-Harias eso? No no no, n-no puedo hacer que hagas aquello, señorita. -se seca las lagrimas y entra levemente en pánico-
-Señora..., el sueño de su hijo es ser héroe, al igual que el mío y le de nuestros compañeros en la academia. No trate de hacer que Izuku quiera abandonar ese sueño, no quiera evitar que él siga lo que desea, pues eso sería como sacarle la mitad de la vida a la juventud. No lo obligue, déjelo volar alto y que toque el cielo de su meta. -se endereza y observa a la verdosa- Y yo seré quien cuide de él hasta que pueda abrir sus alas por si mismo y pueda alzarse en grande al igual que todos nosotros -sonrie cálidamente-
Los ojos de Inko se pusieron cristalinos y tomó de las manos a la joven, agradecida de que alguien estaría al tanto de la seguridad de su hijo. Midoriya por otro lado, con los ojos abiertos en grande, observa a su rubia compañera con sorpresa, sintiendo los colores subirse a su cara hasta dominarlo por completo.
Ella sin duda, como dicen sus compañeros Kirishima y Kaminari, es un angel en la tierra.
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