⚡Zeus Daugther⚡||BokunoHero||

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Despertándose en su habitación, la joven Diosa se remueve sobre la blanda superficie, abrazando algo que estaba en su cama. Abrió uno de sus ojos lentamente y su vista se enfocó sobre el objeto.

O más bien, persona.

-Momo? -le mira tranquila- ¿qué haces aquí?

-Vine a despertarte como me lo sugeriste ayer y me abrazaste y desde hace media hora he tratado de hacer que abras los ojos pero es imposible -rie- o lo era al menos.

-Lo siento... cuando tengo sueño profundo, no hay huracán o concierto mal cantado que me despierte. Tal vez el sonido de mi madre volver después de media hora que me despertó y no me moví, eso sí me despierta todos los sentidos, no quiero cintarazo otra vez.

-Tu madre es asombrosa -sonrie mucho y muy emocionada- es poderosa y muy habilidosa! De seguro lo hace porque te ama mucho.

-Sip, lo sé, pero a veces me comporto como mi padre y quiere sacarme esas costumbres que se me pegaron, como dormir mucho por ejemplo, eso nadie me lo saca pero ella me hace sentir como gato amenazado cuando aparece con su cinto o un jarro con agua. Recuerdo una vez que no saqué una carne congelada de la nevera... tuve que correr todo el día, esquivando sus chanclas, no es mi culpa ser olvidadiza... ¿o tal vez si?.

Momo rió por todo lo que Chiho le comentó y con mucho esfuerzo puso de pie a la diosa, diciéndole que hoy tendrían clases y que en la tarde irían a la casa de la rubia por la cena que su madre haría, además de que Yumi quería darle una noticia y Zeus conocer a su nuera.

Dándose un beso de los buenos días, Momo -ya con su uniforme puesto- avisa a la diosa que la estará esperando abajo con los demás.
Dándose un baño rápido, en menos de 10 minutos, la joven ya se encuentra saliendo de su habitación con su portafolios en mano y uniforme puesto yendo hacia el comedor.

Hoy sería un nuevo día en el cual probar sus nuevos poderes.
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Y vaya que probaría sus poderes, además de que Aizawa quiere ver que tanto a aumentado en porcentaje sus habilidades.

Fueron llevados al gimnasio Gamma, cada uno fue alzado por un pilar hecho por su profesor Cementoss y puestos a pelear contra un clon de Ectoplasm. Aunque la única que no fue levantada fue Chiho, quien tiene la superficie baja para ella sola.
Aizawa la observó y le dio la orden de actuar, ¿qué debería hacer?; con seguridad en su caminar, llegó hasta una distancia aceptable, agachándose y sin necesidad de darse un corte, el portal se hizo presente.

Este vórtice tiene un color metálico, un color bronce con bordes rojos flameantes. Rápidamente dio unos pasos hacia atrás y de ese portal invocado, un toro mecánico de bronce se hizo presente, sacudiendo un poco la cabeza, poniendo sus cuernos hacia delante, moviendo una de sus patas delanteras como si dijera que acepta el reto.
Posicionándose, el "robot" soltó vapor por sus fosas nasales y boca, comenzando a correr en dirección a Chiho que lo espera.

La diosa miró con seriedad al ser que debe de domar -al igual que un gran número de criaturas que aún le falta-. El toro al estar cerca de ella, se paró por sobre sus patas traseras, levantando sus patas delanteras para dar un fuerte pisotón en forma de amenaza. Cuando estuvieron cara a cara, las manos de la rubia se aferraron a los cuernos de este animal metálico, haciendo que sus ojos, tanto rojo y azul, hicieran contacto, enfrentándose por quien es más intimidante.
La fuerza del toro hizo que sus pies se entierren levemente por el concreto, empezando a empujarla hacia la pared, así poder corralarla. Pero, soltando solo uno de los cuernos, la chica tomó impulso para subir encima de este, volviendo a tomarlo con fuerza de sus cuernos de bronce, impidiendo que gire el cuerpo en su dirección.
El animal al no poder girar su cabeza hacia la rubia, comenzó a moverse, lanzando patadas dobles con sus patas traseras. Como si fuera el juego del toro mecánico de las ferias, la chica comenzó a resistir el mayor tiempo posible; muchos alumnos miraban entusiasmados aquello, pues era como si estuviesen en un rodeo.
Quebrando el suelo a cada paso que da, el todo se queda quieto por varios segundos, lanzando vapor por la boca, buscando de alguna manera quitarse de encima a Chiho.
Quiso ir a chocar contra la pared pero el agarre en sus ornamentos hizo que poco a poco vaya deteniéndose, frenando por órdenes de ella.

Moviendo su cabeza de un lado a otro, en un segundo que dura un chasquido, quedo en trance, pues nuestra protagonista ha dicho las palabras de lazos eternos.
Aquellos ojos rojos teñidos por las brazas de fuego que le dan vida, se tornaron blancos, tranquilizandolo y dejando de forcejear.

Una criatura menos en la larga lista de monstruos que quisieron matarla.

Luego de un día arduo de entrenamientos y estudio, las dos muchachas ya se encuentran saliendo de sus habitaciones, vestidas de la manera en que iran a la cena. Con una blusa azul cielo y unos pantalones negros acompañados con unas sandalias blancas de plataforma, Chiho se estira un poco en su lugar mientras baja las escaleras.
La pelinegra, con un vestido rojo puesto y el cabello recogido, sonríe al ver a la diosa acercarse a ella y tomarla de la cintura mientras se despide de los chicos que observan con la boca abierta lo bien arregladas que están.

-¡A donde tan hermosas, sirenas de tierra?!-grita el pequeño pervertido del salón-

-Nos vamos a un lugar donde tu no estés, ramo de uvas. -sonrie de lado la rubia- Ah y por cierto, llevaré a Momo para que conozca mejor a sus suegros..

Con ellas dos saliendo de allí, el grito de sus compañeros inundó toda la sala, incluso el grito se escuchó hasta dos edificios más de la zona de los dormitorios. Los chicos estaban con las materias grises trabajando mientras que las chicas se van retirando de allí de todo ese alboroto, ¿por qué se alteran y emocionan de esa manera?.
Pues obviamente se iban a emocionar de esa manera si el pequeño angelito que se volvió demonio, se volvió una diosa empoderada que muestra seguridad en cada paso al andar, y menos se hubiesen esperado saber que Momo Yaoyorozu, su vicepresidenta de salón, tenga a la "Sugar Goddess Mommy" del salón como su pareja.

Una locura que hizo gritar de asombro a algunos chicos -a los más albotoradores- y dejado en shock a los más serios.

¿Que cosas, no?