Criada y entrenada en un bosque a las afueras de la ciudad de Musutafu, hija mestiza de uno de los tres principales dioses de la mitología Griega.
Takahiro Chiho, una joven preciosa de cabellos dorados como el sol y ojos azules como el mar, guerrer...
El sonido del despertador sonó y con fuerza lo apagó removiendose un poco entre las sábanas, soltando un bostezo. En las blancas sábanas de aquella cama, una cabellera rubia se asoma levemente, importandole muy poco si ya es hora de levantarse. Los pasos rápidos se escucharon en el pasillo y su puerta fue para abajo de un solo golpe, mostrando al presidente de salón tomando a Kisihima como una especie de derrumba puertas -obviamente con su kosei de endurecimiento-.
-¡¡Respeto tu privacidad como chica pero tomo mi papel como buen delegado viniendo a despertarte!!! -dice el de lentes mientras que suelta al pelirrojo, soltando un quejido- Chiho-chan!!! Despierta!!!
Soltando un gruñido, la rubia se removió bajo las sábanas, Iida esperanzado, se pone las manos hecho puño en la cadera, sonríe mientras espera a que Chiho se levante.
Pero eso no pasó, más bien, jamás se movió.
La paciencia del de lentes terminó, tomó las sábanas y se las quitó, dejando a la vista el crimen que se le prohibió a la diosa y a cierta pelinegra. Abrazadas mientras duermen, Momo y Chiho siguen en su quinto sueño, mientras que el delegado va soltando un "IIIIIIIIHHHH" llenándose los pulmones de aire y se pone la mano en el pecho, exagerando aquella expresión.
-¡¡¡Son unas criminales!!! -grita el muchacho- ¿¡Como se atreven a desobedecer las reglas?!.
-Shhhh, calla...trato de dormir... -dice la rubia acomodándose y enredando sus piernas con la de las contraria-
Otro "IIIIHHH" salió de los labios del delegado, quedando en blanco por la respuesta que recibió. Kirishima, que recién se iba reincorporadose, observa a sus compañeras dormir o bueno, tratar de dormir, pues los gritos de Iida ya las estaban despertando. La primera en sentarse en la cama fue la rubia, que de mala manera observó al delegado, ¿cómo se atreve a despertarlas?, miró a su amigo pelirrojo y con la mirada le pidió que se lo lleve de allí, sino, sería ella la que le mande a volar con uno de sus rayos.
-Vamos viejo, ya las despertaste, además de que tiraste con MI cabeza la puerta. Eres el único criminal aquí. -dice el muchacho, haciendo que el de lentes observe la puerta en el suelo-
El de lentes, dejó caer su boca al ver la puerta en el piso, ¿¡Que fue lo que hizo?!. Como alma que se lleva el diablo -Hades-, fue a buscar herramientas para arreglar su error. El pelirrojo sonrió en dirección a la rubia y le dijo que podrían dormir por 10 minutos más. Agradecida con su compañero, se volvió acostarse, sintiendo los brazos de su pelinegra aferrarse a ella.
-Ya se fue?... -pregunta adormilada una Momo perezosa-
-Mmh, sip, pero volverá en 10 minutos, Eijiro va a ocultar las herramientas para que podamos dormir un poco más. -se acomoda- duerme tu, yo me levantaré.
Escuchando una negativa, la joven se abrazó más a la diosa, demostrando así que se niega a que se vaya.
Parece que a la que alguna vez fue responsable, se le pegaron algunas costumbres de una diosa perezosa.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
