⚡Zeus Daugther⚡||BokunoHero||

⚡83⚡

Las cosas habían empeorado, Anubis, Ra, Cronos y el titán de hielo se estaban saliendo de control, pues su domador estaba fuera de si aún, por ende aun no saben quien tiene el control sobre ellos ahora. Yumi, agitada apoya la espada como un soporte, mirando a Zeus lanzar sus rayos en dirección a quien lo ha engendrado hace miles de años.
Los héroes estaban ocupados con el ejercito de muertos que el Dios egipcio había traído de entre sus infiernos.
Y no solo eso, ahora otro problema más se sumó, volviendo todo un caos.

Hades ha aparecido exigiendo a la rubia. Luke no le había cumplido, lo había traicionado, All for one no le cumplió, ahora él vino a buscar lo que supuestamente a él, le pertenece.
Con un ejercito de demonios, Hades camina entre los mortales con su casco puesto, apartando de un soplido a quienes intentan tocarlo.
Su risa es terrorífica, mucho más al ver a su padre nuevamente, siendo controlado por una niña, y también, ver como su hermano va peleando con muchos enemigos a la vez, es un Dios, sí, pero el cansancio le llegará en cualquier momento.

Sus ojos rojos se posaron en el edificio donde se encuentra la presencia de la semidiosa, pero su camino es interferido por Yumi con la espada de Poseidón en manos.

-Jamas vas a pasar. -advierte la mujer-

-¿Y quien me va a detener? ¿Tú? ¿O el bebé que tienes dentro?. -ríe alto-

-Yo no, pero ella sí.

Hades observó a un lado y recibió un puñetazo por parte de la Catrina, haciéndolo ir con fuerza hasta unos escombros. La diosa mexicana observó a su señora, Yumi asintió y las velas de su sombrero se encendieron con fieras llamas, se le ha dado el permiso de pelear con todo.
Una fuerte corriente de aire hizo que la mayoría detuviera sus acciones -al igual que los demonios y muertos-, observando como un torbellino se va creando sobre el edificio. Curiosos observan como pequeñas  "estrellas" se acercan rápidamente hacia donde están Chiho y Momo.
Los cuatro domados se arrodillaron y agacharon la cabeza, ¿qué estaba sucediendo?. Esas cositas pequeñas que dejaron una estela de luz, son los fragmentos olvidados de la flor del olimpo que quedaron en el parque de diversiones para semidioses.
Una luz blanca se hizo presente y en una explosión, la forma de la flor se hizo ver. Los dioses presentes observaron curiosos al igual que los héroes y policías, ¿qué ha sucedido allá arriba?.

En la esfera de luz que se había creado, los fragmentos del equilibrio y bonanza se adentran al cuerpo de la semidiosa. Momo y Chiho, tomadas de las manos, se observan a los ojos con amor y cariño para luego darse un suave beso, aumentando el tamaño de aquella imagen floral que el mundo estaba logrando ver.
Las vestimentas negras de la joven rubia, fueron reemplazadas por unos pantalones blancos, una camisa blanca con un saco del mismo color, adornando su cuello con su broche azul. Sus cabellos fueron recogidos en un rodete levemente desordenado pero con una bella flor blanca a un lado, sus manos fueron cubiertas por unos guantes de tela del mismo color que sus vestimentas y unos zapatos de tacones se hicieron presentes en sus pies.

Su divinidad ha despertado.

Mirándose con curiosidad, observó el cielo para luego observar a Momo, ¿ha crecido?.
La vicepresidenta se acercó y sonrió feliz al verla estar de vuelta.

-Bienvenida, Chiho-chan ~

-Gracias Momo... -sonrie felizmente-

Abrazando a la joven pelinegra, extendió su mano libre en dirección al cielo, lanzando una bola de energía blanca. La esfera llegó a lo alto del cielo, estallando y dejando caer una fina onda dorada que va reparando todo lo que ocasionó aquel destructivo problema.
Hades no podía estar más que enojado, no solo por las inutilidades de aquellos que ordenó llevarse a la semidiosa hasta su reino, sino que ahora, alguien había conquistado el corazón de aquella que quiso tener en su repisa de almas favoritas.

Soltando un grito de enojo, corrió hacia el titán de hielo para comenzar a escalarlo, saltando hasta llegar a la punta del edificio, notando a la semidiosa abrazando a la chica.
Preparó su poder para arrebatarle la vida a aquella mortal que se interpuso entre Chiho y él, pero no contó que con solo un chasquido, una ráfaga eléctrica impactó contra su cuerpo, provocando que quedara tieso en un lugar, mientras la ahora, diosa del rayo y de la invocación lo observa con odio.

-Ya no volverás a hacer daño en este mundo, Tío Hades. No dañaras nuevamente a mi familia, a mis amigos y a mi amada. -Momo se sonroja y se aferra más a la diosa- Yo, Chiho Takahiro, flor del olimpo, te expulso y te prohíbo la entrada al mundo de los mortales y te condeno a un encierro eterno en un tu reino donde harás tu trabajo como Dios del inframundo y, a quienes quieras tener como tu trofeo, mi protección caerá sobre ellos, así impidiendote tocarles hasta que sus vidas lleguen al final. Esta es mi orden, ¡¡¡QUE VAS A CUMPLIR A PARTIR DE AHORA!!!.

Soltando un fuerte grito, de entre el concreto, lazos blancos salieron yendo rápidamente hacia hacia Hades, tomándolo de los brazos, piernas y torso, comenzando a estirarlo hacia las profundidades del infierno. Negándose, observa con odio hacia la rubia que lo mira desde el borde del edificio para luego darle la espalda. El Dios dejó de forcejear y sintió la humillación abrazarlo con fuerza, dejándose llevar por las ataduras celestiales que la flor de dos mundos ha dictado en su contra.
Perséfone, que se mantenía oculta, es apresada por las mismas ataduras, poniéndola frente a la nueva diosa; los nervios la dominaron y por vergüenza agachó la mirada.

-Perséfone. No te daré exilio, porque eres una diosa importante para este mundo, pero lo que si te daré, será la prohibición de acercarte a cualquier persona o Dios en presencia. Me hiciste daño pero no te tengo rencor, solo por precaución, no quiero volver a verte, quiero que olvides que somos familia, hasta que encuentres la felicidad al lado de tu esposo.

La diosa observó con tristeza y enojo a Chiho y se fue dejando llevar por las ataduras de castigo, ese será su forma de aprender su lección, después de todo, la rubia nunca quiso a Hades y su mente le había jugado de mala manera, llenándose de celos, rencor y venganza por alguien que jamás le hizo daño.

Cuatro portales se abrieron bajo el edificio y los cuatro invocados pasaron dichos vórtices, haciendo también desaparecer en una arena negra a los demonios y muertos que estaban allí.

Todo había pasado y ahora un Dios se alza entre los demás dioses, haciendo que la balanza universal esté en equilibrio, con la bonanza y felicidad de por medio, dando un escudo más a la seguridad que la tierra necesita de aquellos villanos que buscan deshacerse de los héroes.